—Es usted maravilloso, Poirot. ¡Absolutamente maravilloso!
—Además, me alegró mucho el poder hacerlo. Nunca he ocultado mi admiración por la condesa. Hubiera sentido mucho que pereciera en la explosión.
—No me he atrevido todavía a preguntarle: ¿Qué ha pasado con los Cuatro Grandes?
—Ya se han recuperado todos los cadáveres. El del Número Cuatro quedó completamente irreconocible: tenía la cabeza destrozada. Hubiese preferido que no hubiera sido así. Me hubiese gustado estar seguro... pero no hablemos más de ello. Mire esto.
Me entregó un periódico en el que estaba marcado un párrafo. En él se informaba de la muerte por suicidio de Li Chang Yen, el organizador de la reciente y fracasada revolución.
—Mi gran oponente —dijo Poirot muy serio—. Estaba escrito que nunca nos encontraríamos en persona. Cuando recibió las noticias del desastre aquí ocurrido eligió la salida más sencilla. Tenía una gran inteligencia, amigo mío, una gran inteligencia, pero me hubiese gustado ver la cara del hombre que era el Número Cuatro... suponiendo que, después de todo... pero me estoy poniendo demasiado romántico. Él está muerto. Sí, mon ami, juntos hemos hecho frente y derrotado a los Cuatro Grandes; y ahora usted regresará para unirse a su encantadora esposa y yo... yo me retiraré. El gran caso de mi vida profesional ha concluido. Cualquier otra cosa parecerá insignificante después de esto. Así pues, me retiraré. Es posible que me dedique a cultivar aguacates. ¡Incluso es posible que me case y organice mi vida de manera muy diferente! Se rió a carcajadas ante esta idea, pero observé en él cierta turbación. La verdad es que... los hombres pequeños siempre admiran a las mujeres altas y llamativas...
—Casarme y organizar mi vida —dijo de nuevo—. ¿Quién sabe?
Table of Contents
Los cuatro grandes
Capítulo I - Un huésped inesperado
Capítulo II - El hombre del manicomio
Capítulo III - Más noticias sobre Li Chang Yen
Capítulo IV - La importancia de una pierna de cordero
Capítulo V - La desaparición de un científico
Capítulo VI - La mujer de la escalera
Capítulo VII - Los ladrones de radio
Capítulo VIII - En la boca del lobo
Capítulo IX - El misterio del jazmín amarillo
Capítulo X - Investigación en Croftlands
Capítulo XI - Un problema de ajedrez
Capítulo XII - Una trampa con un cebo
Capítulo XIII - El ratón cae en la trampa
Capítulo XIV - La rubia oxigenada
Capítulo XV - La terrible catástrofe
Capítulo XVI - El chino moribundo
Capítulo XVII - El número cuatro gana una baza
Capítulo XVIII - En el Felsenlabyrinth