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III. Los desiertos de Sonora (1976)

1 de enero

Hoy me di cuenta de que lo que escribí ayer en realidad lo escribí hoy: todo lo del treintaiuno de diciembre lo escribí el uno de enero, es decir hoy, y lo que escribí el treinta de diciembre lo escribí el treintaiuno, es decir ayer. Lo que escribo hoy en realidad lo escribo mañana, que para mí será hoy y ayer, y también de alguna manera mañana: un día invisible. Pero sin exagerar.

2 de enero

Salimos del DF. Para entretener a mis amigos les hice algunas preguntas delicadas, que también son problemas, enigmas (sobre todo en el México literario de hoy), incluso acertijos. Empecé con una fáciclass="underline" ¿Qué es el verso libre?, dije. Mi voz resonó en el interior del coche como si hubiera hablado por un micrófono.

– El que no tiene un número fijo de sílabas -dijo Belano.

– ¿Y qué más?

– El que no rima -dijo Lima.

– ¿Y qué más?

– El que no tiene una colocación precisa de los acentos -insistió Lima.

– Bien. Ahora una más difícil. ¿Qué es un tetrástico?

– ¿Qué? -dijo Lupe a mi lado.

– Un sistema métrico de cuatro versos -dijo Belano.

– ¿Y un síncopa?

– Ah, jijos -dijo Lima.

– No lo sé -dijo Belano-. ¿Algo sincopado?

– Frío, frío. ¿Se rinden?

Lima fijó la vista en el espejo retrovisor. Belano me miró a mí durante un segundo, pero luego miró lo que había detrás de mí. Lupe también miró hacía atrás. Yo preferí no hacerlo.

– Un síncopa -dije-, es la supresión de uno o varios fonemas en el interior de una palabra. Ejemplo: Navidad por Natividad, Lar por Lugar. Bien. Sigamos. Ahora una fácil. ¿Qué es una sextina?

– Una estrofa de seis versos -dijo Lima.

– ¿Y qué más? -dije yo.

Lima y Belano dijeron algo que no entendí. Sus voces parecían flotar en el interior del Impala. Pues hay algo más, dije yo. Y se lo dije. Y luego les pregunté si sabían lo que era un gliconio (que es un verso de la métrica clásica que se puede definir come una tetrapodia logaédica cataléctica in syllabam), y un hemíer. (que, en la métrica griega, es el primer miembro del hexámet dactílico), o un fonosimbolismo (que es la significación autónoma que pueden asumir los elementos fónicos de una palabra o verso). Y Belano y Lima no supieron ni una sola respuesta, no digamos Lupe. Así que les pregunté si sabían lo que era una epanortosis, que es una figura lógica que consiste en volver sobre lo que ya se ha dicho para matizar lo afirmado o para atenuarlo o incluso para contradecirlo, y también les pregunté si sabían lo que era un pitiámbico (no lo sabían), y un mimiambo (no lo sabían), y un homeoteleuton (no lo sabían), y una paragoge (sí lo sabían), y además pensaban que todos los poetas mexicanos y la mayoría de los latinoamericanos eran paragógicos, y entonces yo les pregunté si sabían qué era un hápax o hápax legómenon, y como no lo sabían se lo dije. El hápax era un tecnicismo empleado en lexicografía o en trabajos de crítica textual para indicar que una voz se ha registrado una sola vez en una lengua, en un autor o en un texto. Y eso nos dio qué pensar durante un rato.

– Ponnos ahora una más fácil -dijo Belano.

– Bien. ¿Qué es un zéjel?

– Carajo, no lo sé, qué ignorante soy -dijo Belano.

– ¿Y tú, Ulises?

– Me suena a árabe.

– ¿Y tú, Lupe?

Lupe me miró y no dijo nada. A mí me dio un ataque de risa, supongo que de los nervios que tenía, pero igual les expliqué lo que era un zéjel. Y cuando acabé de reírme le dije a Lupe que no me reía de ella ni de su incultura (o rusticidad) sino de todos nosotros.

– A ver, ¿qué es un saturnio?

– Ni idea -dijo Belano.

– ¿Un saturnio? -dijo Lupe.

– ¿Y un quiasmo? -dije yo.

– ¿Un qué? -dijo Lupe.

Sin cerrar los ojos, y al mismo tiempo que los veía a ellos, vi el coche que avanzaba como una flecha por las avenidas de salida del DF. Sentí que flotábamos.

– ¿Qué es un saturnio? -dijo Lima.

– Fácil. En la poesía latina arcaica, un verso de interpretación dudosa. Algunos creen que tiene naturaleza cuantitativa, otros que acentual. Si se admite la primera hipótesis, el saturnio puede ser analizado en un dímetro yámbico cataléctico y un itifálico, aunque presenta otras variantes. Si se acepta la acentual estaría formado por dos hemistiquios, el primero con tres acentos tónicos y el segundo con dos.

– ¿Qué poetas usaron el saturnio? -dijo Belano.

– Livio Andrónico y Nevio. Poesía religiosa y conmemorativa.

– Sabes mucho -dijo Lupe.

– Pues la verdad es que sí -dijo Belano.

A mí me volvió a dar el ataque de risa. La risa salió expelida del coche de forma instantánea. Huérfano, pensé.

– Sólo es cuestión de memoria. Memorizo las definiciones y ya está.

– No nos has dicho qué es un quiasmo -dijo Lima.

– Un quiasmo, un quiasmo, un quiasmo… Bueno, un quiasmo consiste en presentar en órdenes inversos los miembros de dos secuencias.

Era de noche. La noche del 1 de enero. La madrugada del 1 de enero. Miré hacia atrás y me pareció que nadie nos seguía.

– A ver, ésta -dije-. ¿Qué es un proceleusmático?

– Ésa te la has inventado tú, García Madero -dijo Belano.

– No. Es un pie de la métrica clásica que consta de cuatro sílabas breves. No tiene un ritmo determinado y por lo tanto puede ser considerado como una simple figura métrica. ¿Y un moloso?