"Cuidado cuando hables de esto con Gerry", dijo Bell. "Le gusta decir cuán limpio y recto es el mundo de las finanzas en comparación".
"A papá él le cae bien. Supongo que se parecen un poco".
"No", corrigió Bell, "se parecen mucho".
"Hendley dejó la política debido al accidente, ¿no?"
Bell asintió. "Así es. Espera a tener esposa e hijos. Es el golpe más grande que pueda sufrir un hombre. Peor que nada que puedas imaginar. Tuvo que ir a identificar los cuerpos. No fue bonito. Algunos se matarían tras un golpe así. No él. Había estado considerando postularse para la Casa Blanca, pensó que Wendy sería buena Primera Dama. Tal vez sí, pero su interés por ese cargo murió junto a su familia". No dijo más. La gente del Campus protegía a su jefe, o al menos la reputación de éste. Lo tenían por un hombre que merecía lealtad. Nadie había pensado que hubiese una línea de sucesión en el Campus. Nadie había pensado con tanta anticipación, y el tema no se trataba en las reuniones de directorio. Como sea, éstas nunca trataban de asuntos de negocios. Se preguntó si John Patrick Ryan Jr. notaría esa carencia en la fachada del Campus. -Bien, dijo Bell ¿cómo encuentras todo hasta ahora?"
"Leí las transcripciones de las cosas que se dicen unos a otros los presidentes de los Bancos centrales. Es sorprendente qué venales son muchas de esas cosas". Jack se detuvo. "Ah, sí. No debería sorprenderme, verdad?
"Siempre que la gente controla mucho dinero o mucho poder, es de esperar algún grado de corrupción. Lo que me sorprende es como su amistad cruza fronteras. Muchos de estos tipos sacan provecho en lo personal cuando las monedas de sus países resulta perjudicada, aun cuando esto perjudica a sus compatriotas. En la antigüedad, los nobles solían sentirse más a sus anchas con nobles de otros países que con campesinos que trabajaban en sus feudos y le respondían a su mismo rey. Esa característica sigue en pie, al menos allí. Aquí los grandes industriales trabajan juntos para influir sobre el congreso, pero no es frecuente que sobornen a los congresales y no intercambian secretos. No es imposible de que se conspire a ese nivel, pero cuando eso ocurre, no se puede mantener en secreto durante mucho tiempo. Se involucra a demasiada gente y todos tienen boca. A la prensa, nada le gusta mas que los escándalos, aquí o allá y prefieren exponer a un delincuente rico que a un ministro del gabinete. Es que, a fin de cuentas, éste ultimo es una buena fuente. El otro solo es un delincuente.
"Y como se aseguran ustedes de que su propia gente sea honesta?
Buena pregunta, pensó Bell, y una que lo preocupaba mucho, aunque no se hablaba de ella a menudo.
"Es pagamos muy bien a todos y todos son parte de un grupo de inversión, lo cual hace que se sientan cómodos. El retorno anual ha sido de aproximadamente el diecinueve por ciento en el transcurso de los últimos años".
"No está mal", dijo Junior, quitándole importancia. "Todo legal?"
"Depende de a qué abogado se lo preguntes, pero ningún fiscal de los Estados Unidos demostrará demasiada preocupación y lo manejamos con mucho cuidado. No nos gusta la codicia. Podríamos hacer que este lugar fuera lo más exitoso desde Ponzi, pero si así lo hiciéramos, se notaría. Así que no nos jactamos de nada. Ganamos lo suficiente para financiar nuestras operaciones y mantener satisfecha a nuestra tropa". También investigaban las finanzas de los empleados y cómo éstos invertían, si es que lo hacían. La mayor parte no lo hacía, aunque algunos administraban cuentas a través de la oficina lo cual, una vez más, daba ganancia pero no en exceso. "Nos tienes que dar los números de cuenta y los códigos de todas tus finanzas personales y nuestras computadoras las vigilarán".
"Tengo un fondo de inversión que me puso papá, pero lo maneja una firma de contadores de Nueva York. Me da un buen interés, pero no puedo acceder al capital. Sin embargo, lo que yo haga por mi cuenta es mío, a no ser que se lo entregue a los contadores. Ellos lo incorporan al capital y me envían una rendición de cuentas cada quincena. Cuando llegue a los treinta, podré administrado por mi cuenta".
Sin embargo, los treinta estaban demasiado lejos del joven Jack para que eso lo preocupara por el momento.
"Lo sabemos", lo tranquilizó Bell, "no es que no confiemos. Es que queremos aseguramos de que nadie se haya hecho adicto a los juegos de azar".
Es probable que quienes inventaron los juegos de azar hayan sido los mejores matemáticos de todos los tiempos, pensó Bell. Ofrecían el suficiente incentivo como para engañarte creyendo que ganarías. Era la más peligrosa de las drogas y había sido creada por la mente humana. Eso también se llama "ego".
"Así que comienzo del lado 'blanco' del establecimiento. Me ocupo de fluctuaciones de divisas y cosas así, dijo Jack.
Bell asintió. "Así es. Debes empezar por aprender el idioma".
"Me parece justo". Su padre había tenido comienzos mucho más humildes, como administrador de cuentas junior en Merril Lynch, encargado de buscar nuevos clientes. Empezar de abajo tal vez fuera malo para el ego, pero era bueno para el alma. Su padre acostumbraba sermonear- lo sobre la Virtud de la Paciencia. Decía que era muy difícil de adquirir, aún después de adquirida. Pero el juego tenía sus reglas, aún en este lugar. Especialmente en este lugar se dio cuenta Jack al pensado. Se preguntó qué le pasaba a la gente del Campus que se pasaba de la raya. Probablemente nada bueno.
"Buen vino", observó Dominic. "Para un organismo gubernamental, la bodega no es nada mala". El año que exhibía la etiqueta de la botella era 1962, mucho antes de que nacieran él y su hermano,… de hecho, hacía tanto que su madre recién empezaba a considerar la escuela secundaria Mercy, a pocas cuadras de la casa de sus abuelos en el bulevar Loch Rayen en Baltimore… probablemente en tomo al fin de la última edad de hielo. Pero Baltimore quedaba muy lejos de Seattle, donde habían crecido. "Cuán viejo es este lugar?", le preguntó a Alexander.
"La propiedad? De antes de la Guerra de Secesión. La casa se comenzó a construir en el siglo XVIII. Se incendió y fue reconstruida en 1882. El gobierno la adquirió antes de que Nixon resultara elegido. El propietario era un viejo integrante del DSS, Donald Hamilton, que trabajó con Donovan y su equipo. La vendió por un buen precio, se mudó. Nuevo México y murió allí en 1986, creo que a los noventa y cuatro años. Dicen que fue un tipo que hizo mucho en su momento, estuvo en la Primera Guerra Mundial y ayudó a Wild BilI a luchar contra los nazis. Hay un retrato suyo en la biblioteca. Parece un tipo ante el cual uno se hará a un lado. y sí, sabía de vinos, Este es toscano"
"Va bien con la ternera", dijo Brian. Él había cocinado.
"Esta ternera queda bien con cualquier cosa. No te enseñaron eso en infantería de marina", observó Alexander.
"Lo aprendí de papá. Cocina mucho mejor que mamá", explicó Dominic. "Son cosas del país de origen, y ese viejo hijo de puta del abuelo, también lo hace bien. ¿Qué edad tiene, Aldo, ochenta y dos?"
"Cumplidos el mes pasado", confirmó Brian. "Qué tipo más raro, atraviesa todo el mundo para ir a dar a Seattle, y una vez que llega ahí, nunca abandona la ciudad en sesenta años".
"Vive en la misma casa desde hace cuarenta años", agregó Dominic, a una cuadra del restaurante".
"Esta receta de ternera es suya?"
"Claro que sí, Pete. Su familia es de Florencia, Fui allí cuando me detuve en Nápoles con la fuerza naval del Cuerpo de Infantería de Marina en el Mediterráneo. Su primo tiene un restaurante cerca del Ponte Vecchio Cuando supieron quién era yo, enloquecieron dándome de comer. Sabes, a los italianos Es encantan los infantes de marina".