Выбрать главу

– No estoy disgustado… al menos, no lo estoy por Aisling -dijo Josh entonces.

– Si no es por ella, ¿por qué pareces tan triste? -preguntó Bella. Josh vaciló un momento-. Puedes contármelo. Para eso están los amigos, ¿no?

– Ése es el problema -dijo él entonces, dejando la copa sobre la mesa-. No creo que podamos ser amigos.

Lo había dicho tan serio que Bella se quedó sin respiración.

– No podemos dejar de serlo.

– Creo que sería más fácil si no volviéramos a vernos.

– Pero… ¿por qué?

– Porque ser amigos ya no es suficiente para mí -suspiró Josh, apartando la mirada-. Lo siento, Bella. No puedo. Lo último que deseo es hacerte daño, pero no puedo soportarlo más. No deberíamos haber hecho el amor… lo ha estropeado todo. Lo sabía, sabía que no podríamos volver a tratarnos como antes. Voy a echarte de menos más que a nadie, pero estoy demasiado enamorado como para ser tu amigo. No sé cómo voy a soportar estar sin ti…

Bella nunca lo había visto tan incoherente y tardó unos segundos en entender lo que estaba diciendo.

– Josh…

Pero le había salido como un suspiro y Josh seguía hablando.

– No sabía qué hacer. Estaba desesperado por verte, pero sabía que si lo hacía querría besarte y… sé que tú quieres que sigamos siendo amigos, pero no puedo hacerlo. No soy capaz.

– Josh…

– Lo siento, lo siento, no quiero que lo pases mal. Esto es horrible, pero tengo que decírtelo: te quiero, Bella. Te quiero. No puedo vivir sin ti, pero sé lo que sientes por Will y sé que nada será lo mismo…

– ¡Josh! ¿Quieres callarte un momento?

– Sí -contestó él, cortado.

– Yo no estoy enamorada de Will -dijo Bella-. Estoy enamorada de ti.

Entonces fue Josh quien se quedó sin voz.

– ¿Qué? -consiguió decir al fin.

– Sólo te conté que estaba enamorada de él porque tú estabas comprometido con Aisling. Pensé que te sentirías incómodo y que sería más fácil hacerte creer que estaba enamorada de Will…

– ¿Más fácil?

– Yo no sabía que tú me quisieras.

– ¿Estás enamorada de mí? -preguntó Josh entonces.

Bella dejó escapar un suspiro.

– Yo creo que siempre he estado enamorada de ti. Pero tardé demasiado en darme cuenta.

Josh seguía teniendo problemas para asimilar aquella información.

– ¿Estás enamorada de mí?

– Sí -contestó ella, con una sonrisa que lo reconfortó por dentro-. Sí, estoy enamorada de ti.

– Bella… -Josh seguía mirándola sin entender, pero por fin empezó a reírse-. Bella… -dijo entonces, sentándola sobre sus rodillas-. ¿Sabes cuántos años llevo esperando que dijeras eso? ¡Catorce!

– ¿No irás a decirme que llevas todo ese tiempo enamorado de mí?

– Claro que sí. Me enamoré en cuanto te vi -murmuró él, buscando sus labios.

– ¿Por qué no me lo dijiste?

– Porque nunca me habías mirado más que como un amigo. Eres tan guapa, tan seductora… así que decidí que sólo podíamos ser amigos. Me decía a mí mismo que ser tu amigo era mejor que nada. Supongo que es por eso por lo que me comprometí con Aisling, pero no funcionó… ¿cómo iba a funcionar? Aisling no eres tú. No sabes el alivio que sentí cuando rompió el compromiso.

– ¿De verdad?

– Pero tú no hacías más que hablar de nuestra amistad y nuestra amistad… por eso pasaba tanto tiempo con Aisling. Era la única forma de no abalanzarme sobre ti.

Bella suspiró, feliz.

– Para conocernos hace tanto tiempo, parece que no nos enterábamos de nada. ¿Debo saber algo más para evitar malentendidos?

– Sólo que te quiero -dijo él, tomando su cara entre las manos-. Te quiero y te necesito. Quiero volver a casa cada noche y encontrarte a ti. ¿Qué dices, Bella? ¿Podemos ser amantes además de amigos?

– Sí -contestó ella-. Podemos y lo seremos siempre.

– Todo esto es muy misterioso -dijo Gib cuando Bella abrió la puerta-. Phoebe me ha dicho que teníamos que venir a cenar y que era muy importante, pero no ha querido contarme por qué.

– Te he dicho todo lo que sé -protestó Phoebe-. Díselo, Bella.

– Es verdad. Nadie sabe nada -admitió ella-. Kate y Finn ya están aquí.

– ¡Menos mal que habéis llegado! -exclamó Kate-. Finn y yo nos morimos de curiosidad.

– Yo estoy al borde del infarto -dijo él, irónico.

Bella miró a Josh y él tomó su mano.

– Vamos a casarnos.

Hubo un momento de silencio y entonces los cuatro se echaron a reír.

– ¡Eso ya lo sabíamos! -exclamó Kate.

– Menuda sorpresa -dijo Phoebe-. Pensé que ibais a decirnos que esperabais un niño.

– Pues para-nosotros ha sido una sorpresa -protestó Bella. Pero Josh también se estaba riendo.

– Eso es lo malo de tener tan buenos amigos. Que nos conocen mejor que nosotros mismos.

– Pero nos alegramos muchísimo de que, por fin, os hayáis dado cuenta -dijo Phoebe.

– Ya era hora -añadió Kate-. Estábamos empezando a desesperar.

– Desde luego, esto es increíble -sonrió Gib, abriendo una botella de champán-. Tres compromisos falsos y tres finales felices.

Josh estrechó a Bella contra su corazón.

– Tres comienzos felices.

Jessica Hart

***