– ¿Qué más tenéis que hacer?
– No estoy seguro. Aisling dice que organizarán deportes náuticos, así que no creo que me aburra.
Bella dejó escapar un suspiro.
– ¿Y qué tiene de malo tumbarse en la arena? También se pueden hacer relaciones sociales mientras te pones crema bronceadora.
– No todos tenemos tu habilidad para relacionarnos.
– Pues yo creo que sería más eficaz. ¿Cómo vas a relacionarte si estás bajo el agua? Sólo habrá burbujas y más burbujas.
– ¡Ah, ahora eres una experta en deportes acuáticos!
– Lo he visto en la tele.
Josh soltó una carcajada.
– Lo que pasa es que no te gusta la idea de mojarte el pelo. Afortunadamente, Aisling no es una princesa como tú.
Claro que no. Aisling se haría una coleta, se pondría ropa sencilla y dejaría los tacones en Londres. Pues mucha suerte. Si quería pasarse unas vacaciones bajo el agua, con un traje de baño de neopreno y un tubo en la boca era su problema.
– Por cierto, ¿has hablado con Phoebe? -preguntó Josh, apretando suavemente su cintura.
El corazón de Bella dio un salto y se puso a latir como loco.
– ¿Hablar con Phoebe?
– Sobre lo de que Aisling se mude a la casa.
– Ah, sí. He hablado con ella. Ojala parase la música y Josh la soltara. Así sería más fácil hablar con él.
– ¿Y qué ha dicho?
Por un momento, Bella se preguntó si debía echarle la culpa a Phoebe, pero no sería justo.
– Ha dicho que lo decida yo. Pero la verdad, me gustaría vivir sola durante un tiempo.
Eso había sonado bastante razonable, ¿no? Mejor que: «Antes que vivir con Aisling prefiero clavarme agujas en los ojos», por ejemplo.
– Pues se llevará un disgusto. Ella pensaba que os llevaríais de maravilla.
– ¿Ah, sí?
– Sí, le caes muy bien.
Bella no creía eso para nada. Aisling sonreía dulcemente, pero en sus ojos verdes siempre había un brillo de frialdad.
– ¿De verdad?
– Me lo ha dicho varias veces.
Bueno, si iba a creer todo lo que Aisling le dijera…
¿Cómo podía ser tan ingenuo? Josh debería ser más perceptivo. Debía estar loco por Aisling si creía todo lo que ella decía. La idea le pareció absolutamente deprimente.
Por fortuna, la música terminó en ese momento y Josh la soltó.
– Espero que encuentre apartamento -sonrió Bella, intentando ser amable.
– Hasta entonces, puede venirse a vivir conmigo. Eso sería conveniente porque la oficina está muy cerca.
– ¿Qué? -exclamó Bella.
– Tiene que vivir en alguna parte. Debe irse de su apartamento a finales de la semana que viene.
– ¡Pero tú nunca has querido vivir con nadie!
– Aisling es diferente. Es una chica especial. Nos llevamos muy bien y tenemos muchas cosas en común.
Bella se sintió enferma.
– ¿No crees que trabajar juntos y vivir juntos será demasiado?
– Habrá que probar, ¿no? Por ahora, no ha sido un problema trabajar y salir juntos.
Bella no podía creer lo desastrosa que había resultado su negativa a compartir casa. Nunca se le habría ocurrido pensar que se irían a vivir juntos. Josh siempre había sido tan solitario… sus otras novias solían pasar algún fin de semana en su casa, pero nunca les había pedido que dejaran el cepillo de dientes.
¡Y ahora iba a pedirle a Aisling que se fuera a vivir con él!
A Bella no le gustó nada. Pero nada de nada.
Unas semanas después de la boda de Kate volvió a verlo y buscó alguna señal de que estaba harto de Aisling. Pero no la encontró. Y la culpa era suya. Ella los había empujado a vivir juntos. Echaba de menos a Josh. Horriblemente. Sólo su amistad, claro, pero aun así, era muy triste.
Durante un tiempo pensó que la tristeza pasaría cuando Will volviera de Hong Kong. En cuanto volviese a verlo se daría cuenta de lo importante que era para ella.
Pero no fue así. Le alegró verlo, pero algo había cambiado definitivamente. Y Will también se dio cuenta.
– Lo siento, no eres tú -le dijo Bella, con tristeza- No sé lo que me pasa.
– No te preocupes -sonrió Will-. Podemos seguir siendo amigos.
En realidad, acabó adoptando el papel de Josh, aunque Will nunca la conocería tan bien como él. Bella sabía que encontraría otra mujer, era demasiado guapo como para estar solo mucho tiempo, pero por el momento se llevaban mejor que nunca.
Su vida era más tranquila que antes… ¿antes de qué? La verdad era que no le apetecía ir de fiesta y prefería encontrarse con sus amigos para tomar una copa tranquila o ir al cine.
El teatro nunca le había interesado mucho, pero cuando Will le dijo que tenía dos entradas para el estreno de un musical, le hizo ilusión. En otro momento, seguramente habría levantado los ojos al cielo, protestando porque ella quería ir a bailar. Llegaron al teatro cuando faltaban quince minutos para el comienzo de la función y subieron al bar a tomar algo.
Y allí se encontraron precisamente con Josh y Aisling.
El corazón de Bella dio un vuelco terrible al ver a Josh, pero él no parecía muy afectado.
– ¡Bella! ¿Dónde has estado escondida todo este tiempo?
Claramente, su corazón no había dado un vuelco porque la besó con toda naturalidad.
– Hola, Josh.
– ¡Hace siglos que no te veo…! Ah, hola, Will. Veo que has vuelto.
– ¿Cómo? -preguntó él, sorprendido.
– Según Bella, estabas salvando la economía mundial en Hong Kong y por eso no pudiste ir a la boda de Kate.
– Yo no diría tanto -sonrió Will, modesto-. Pero conseguimos sobrevivir a esa crisis.
– ¿Cuándo has vuelto? -el tono de Josh no era precisamente amistoso.
– Hace un par de semanas…
– Siento no haber llamado -intervino Bella, tomando a Will por la cintura-. Pero ya sabes cómo son las cosas. No hemos visto a nadie, ¿verdad, cariño?
Will le pasó un brazo por los hombros, un poco sorprendido.
– Sí, la verdad es que no hemos salido mucho.
– Me alegro de que todo os vaya bien -dijo Josh, que no parecía alegrarse en absoluto.
– Sí, todo es perfecto. ¿Verdad, Will?
– Perfecto -repitió él.
– Bueno, ¿y vosotros qué tal?
Josh le pasó a Aisling un brazo por la cintura, como si quisiera imitarlos.
– Estupendamente.
¿Lo había imaginado o estaba a la defensiva?
– Qué raro verte en el teatro, Bella -dijo Aisling entonces-. Josh siempre dice que como tú eres la reina del drama no te gusta ver a otra en el escenario.
Seguramente Josh había dicho eso, pero no en el tono que Aisling pretendía.
– Sí, bueno, la verdad es que a mí también me sorprende encontraros aquí. Pensé que preferiríais estar en medio de una montaña, compitiendo para ver quién tiene más barro en las botas.
– Nos gusta estar activos -dijo Aisling, con una sonrisa tan falsa como la de Bella-. Pero también disfrutamos de la cultura.
Sin embargo, Josh no parecía estar disfrutando en absoluto.
– Si quieres tomar una copa antes de que se levante el telón, será mejor que nos demos prisa -dijo Will entonces.
– Claro. Nos vemos luego -sonrió Bella, dirigiéndose a la barra-. ¡Cultura! -explotó en cuanto se alejaron-. Pero si es un musical… ¡Y Josh los detesta!
– ¿Te importaría decirme qué está pasando? -preguntó Will.
– No quería decirles que hemos roto.
– Ya me lo he imaginado -sonrió él.
– Gracias por hacer tu papel.
– Pensé que, siendo Josh tu mejor amigo, se lo habrías contado.
– En otras circunstancias… pero en la boda de Kate fue muy desagradable conmigo. Además…
– ¿Además qué?
– Nada -suspiró Bella. No podía contárselo-. Es que no he tenido oportunidad.