capítulo 1 *La fiesta*
Con la música a todo volumen y las personas bailando al igual que yo me ayuda a refrescar mi mente. mis brazos al sado y moviéndolos en el aire me dan una sensación de libertad. en estos momentos el DJ pone animals de Martin Garrix y es cuando ahí, esto se descontrola. De tanto bailar mis fuerzas se agotan y me voy a la barra a descansar.
_ Yosep dime que tienes una botella de agua o un Gatorade -digo llegando a la barra y recostándome en esta.
_ Cariño ya te he dicho que acá no se vende eso, solo bebidas ALCOHOLICAS. -responde este poniendo dos vasos pequeños y echando lo que sea que tenga esa botella, de inmediato dos tipos la toman la bebida y se van, pero no antes de darme una mirada lasciva.
_ ¿por favor? -pongo una carita de niño con pena, Yosep suelta una carcajada y saca de abajo del mostrador una botella de agua.
_ Que no te la vean.
_ va’ nadie sospechara que andas de contrabandista -el sonríe y se va a tender a las demás personas. me siento en un taburete y recuesto mi espalda en la barra, destapo la botella de agua y le doy tragos de agua pausadamente. la disco está completamente a oscuras acepto por algunas luces de diferentes colores como; verde lumínico, amarillo, rojo, azul, blanco, violeta, etc.… también en la barra hay algunas luces.
La disco es de dos pisos, en el primer piso hay cuatro o cinco mesas donde mayormente se encuentran las personas que tienen sus primeras citas y las que solo quieren un polvo de una noche. El segundo piso ese es otro nivel, allí se reúnen las personas que van a hacer tratos o van a tener... no sé qué. pero Yosep me ha dicho que es mejor nunca ir por esos pasillos, que no sería una linda sorpresa, él dice que el dueño de esto tiene su oficina ahí arriba y es mejor estar alejado de sus asuntos, y que no debo de ser curiosa. ja! mi segundo nombre es curiosidad. bueno en lo que estaba, las sillas, muebles y cortinas son de un color vino con tela gruesa y suave, con bordados dorados.
La entrada a esta disco cuesta mucho, pero como siempre la frecuento ya sé por dónde colarme sin pagar.... es mentira, la seguridad me conoce y me baja la tarifa. entre la multitud puedo reconocer algunos compañeros de la escuela y los saludo. Me remuevo incomoda al sentir que me observan, miro a los lados y no veo que alguien me preste a tención así que vuelvo a lo mío ‘’observar a las personas bailar’’.
_ ¿No deberías ya irte a tu casa?
_ No tengo ganas de irme, Carlos. -respondo dándole la cara y apoyando mis codos en la barra.
_ Son las 11 de la noche y eres chica, no puedes andar de noche como si nada y más por aqui.
_ Soy un gato -le giño el ojo derecho- tengo siete vidas.
_ Si claro, un día de estos te darán un susto y dejaras de decir que tienes siete vidas. -se agrega a la conversación Yosep.
_Si, si, si en un rato más. me duelen las piernas. -ellos niegan con su cabeza y se ponen a atender. Siento otra vez la incomodidad de que me observan y miro arriba, mis ojos se encuentran con los de un chico. El esta recostado en la barandilla, tiene un vaso de vidrio en las manos y las mangas de su camisa azul están remangadas hasta sus codos. Me quedo mirándolo fijamente curiosa. ¿Qué rayos me mira este tipo? el no quita su mirada y yo tampoco, dos minutos de duelo de miradas entre él y yo, un hombre se acerca a él y le susurra algo, este me da una última mirada y se retira.
_ Yosep... Yosep... creo que te hare caso y me iré. -el me mira raro.
_ ¿No esperaras que te acompañe? _ No te preocupes, hay muchas personas en la calle hoy. -le hago una seña de despedida y me alejo de la barra rápidamente. Para salir tuve que aguantar unos pisones, arrempujasen y algunas interrupciones de amigos que me invitaron a bailar -algo que acepte, nunca digo no- y en eso se me llevo una media hora. Al salir por fin de la discoteca el aire helado golpea mi rostro y me siento congelar.
Carajo, aunque tengo un abrigo tengo frio. Estoy vestida con una falda de cuero hasta encima de la rodilla, con un crop tod negro y una camisa mangas largas rojo de cuadro con blanco (que me sirve como abrigo) pero no hoy, me abrazo a mí misma y me animo a caminar. Al pasar por el callejón que está al lado de Dark Dreams escucho un gemido de dolor. Me acerco un poco y puedo ver que hay unos tres hombres al rededor golpeando a un sujeto.
_ !Por favor paren! ¡ayuda!
_ Paren -un hombre hace una seña con las manos y ellos se alejan, dejando al tipo golpeado en el centro- no seas niña, ¿no que eras un hombre? te quisiste ser listo ¿y sabes lo que les pasa a las personas que quieren pasarse de listos conmigo?
_ sí, sí. Dame otra oportunidad. -el hombre lloriqueo, el otro se pone en cuclillas y con un cuchillo fino le hace una línea desde su frente hasta su mentón. el sujeto suelta un grito de dolor horrible que, hasta a mí me hiso estremecer de miedo. el hombre que tenía la cuchilla suelta una carcajada.
_ Gritas como un bebe ¿y así piensas que te da una oportunidad? bueno... ahora que lo pienso podría darte una. -él le hace una seña con las manos y los tipos vestidos de negro levantan al sujeto, que apenas puede mantenerse en pie. - haremos esto Marlon, si logras llegar a la esquina y escapar salvas tu vida. -saca una pistola y la carga- bueno no hay que decir lo que pasara si no llegas ¿no? -el hombre que apenas puede caminar, intenta correr, pero no puede ya que esta cojo. En cambió el otro tipo le apunto y soltó el gatillo. Lo siguiente que se escucho fue el grito que solté.
capitulo 2 ¿otra vez?
Me despierto sobresaltada y empapada de sudor. Quito las sabanas que tenia en encima y voy al baño. Me despojo del pijama y me echo agua en la cara para despojar el sueño.
Anoche después de lo que vi y mi ‘’discreta’’ acechanza, llegué a casa como una loca. Con los ojos llenos de lágrimas, con las piernas cansadas de correr y con el brazo derecho raspado. Sobe mi muñeca un raspón feo tenia allí, rojo e inflamado, dolía muchísimo. Después de media hora estaba lista para ir a la escuela y enfrentarme a la vida.
- Papa…
- Está bien amor, son cosas que pasan. -lo abraso y le doy un beso.
- También te quiero papa.
- Vaya, andan muy amorosos hoy y me dejan de lado. -mama apareció en el umbral de la cocina y se acercó a nosotros.
- Buenos días cariño -me revuelve el cabello.
- Buenos días mama. -respondo dándole un beso.
- ¿Viste? Hubo un asesinato anoche. -mi padre comenta viendo el periódico, un nudo se forma en mi estómago y trato de ignorar la conversación. Media hora después ya estaba frente al colegio.
La mayoría de los estudiantes estaban afuera en grupos, contando todo lo que hicieron en su fin de semana. Lunes, el día mas cargado y pesado de la semana y del año. Todo se deja para el lunes, citas médicas, tareas, exposiciones, las cosas más importantes o pesadas, todo para un lunes.
Una cabellera castaña pasa por mi lado y la agarro por las muñecas.
— Vale, lo siento. Reaccione como una estúpida y estuvo mal.
Valeri, mi mejor amiga de casi toda la vida sonrió. Paso sus brazos por mis hombros y me acerco a ella, dándome un abrazo de osos. Ella era unos cinco centímetros mas alta que yo, con ojos cafés claros y cabello por el mentón. Una chica linda e inteligente, y mala con los deportes en general. En cambio, yo era un poco baja, no una enana, pero mi tamaño era decente. Mi cabello lo tenia del mismo corte que mi amiga: por los hombros y teñidos de plateados. Mis ojos eran de color canela claros y nariz un poco bola, se, mi nariz a veces la cagaba. Y bueno, yo si amaba el deporte.