Me gusta la manteca me gusta la tostada
Versos compa quién se inventará esas cosas
Y entonces invoqué la ira de Dios le señalé con el dedo le disparé al corazón pero ella pécora pensaba yo pécora fría como el hielo
allí quieta esperando esperando sin más y entonces no sé no estoy seguro no estábamos solos
Algo así
Allí estaba Rekha flotando en su alfombra tú la recordarás compa
tienes que acordarte de Rekha en su alfombra cuando caíamos y alguien más un tipo raro vestido de escocés a lo gora
no entendí el nombre
Ella no sé si los veía o no los veía no estoy seguro estaba quieta
Fue idea de Rekha llévala arriba la cumbre del Everest cuando llegas a lo alto ya sólo puedes ir hacia abajo
la señalé con el dedo subimos
yo no la empujé
Rekha la empujó
Yo no la habría empujado
compa
Compréndeme compa
Maldita sea
yo quería a esa mujer
Salahuddin pensaba cómo Sisodia, con su extraño don para el encuentro casual (con Gibreel al casi atrepellarlo en Londres, con el propio Salahuddin al volverse éste, despavorido, delante de la puerta de un avión y ahora, al parecer, con Alleluia Cone en el vestíbulo del hotel), finalmente había ido a tropezarse con la muerte; y pensaba también en Allie, menos afortunada que él en su caída, que (en vez de su ansiada ascensión al Everest en solitario) había hecho este fatal e ignominioso descenso, y en que ahora él iba a morir por sus versos, y no podía decir que la sentencia de muerte fuera injusta.
Sonaron golpes en la puerta. Abran, por favor. Policía. Vaya, después de todo, Kasturba los había llamado.
Gibreel levantó la tapa de la lámpara maravillosa de Changez Chamchawala, que cayó al suelo tintineando.
Ha escondido una pistola dentro de la lámpara, advirtió Salahuddin. «Cuidado -gritó-. Aquí dentro hay un hombre armado.» Los golpes cesaron, y entonces Gibreel pasó la mano por el costado de la lámpara maravillosa: una, dos, tres veces.
La pistola saltó a su otra mano.
Apareció un temible jinnee de monstruosa estatura, recordó Salahuddin. «¿Cuáles son tus deseos? Yo soy el esclavo del que posee la lámpara.» Cómo te limita un arma, pensaba Salahuddin, sintiéndose extrañamente distante de los hechos. Lo mismo que Gibreel, cuando le dominaba la enfermedad. Sí, realmente, te condiciona. Porque qué pocas eran las opciones, ahora que Gibreel era el armado y él, Salahuddin, el desarmado; ¡cómo se había reducido el universo! Los verdaderos djinns de antaño tenían el poder de abrir las puertas del Infinito, de hacer posibles todas las cosas, de hacer que pudieran obrarse todos los prodigios; qué banal, en comparación, era este trasgo moderno, este descendiente degenerado de antepasados poderosos, este débil esclavo de una lámpara del siglo veinte.
«Hace mucho tiempo -dijo Gibreel Farishta suavemente-, te dije que si un día me convencía de que la enfermedad nunca iba a dejarme, que seguiría acometiéndome, no podría soportarlo.» Entonces, muy de prisa, antes de que Salahuddin pudiera mover un solo dedo, Gibreel se puso el cañón de la pistola en la boca; y apretó el gatillo; y quedó liberado.
Salahuddin estaba en la ventana de su niñez, contemplando el mar de Arabia. La luna era casi llena; su reflejo, que se extendía desde las rocas de Scandal Point hasta el horizonte, creaba la ilusión de un camino plateado, como una división en el pelo brillante del agua, como una senda hacia tierras milagrosas. Él sacudió la cabeza; ya no podía creer en cuentos de hadas. La niñez había terminado, y la vista desde esta ventana no era más que un viejo eco sentimental. ¡Al diablo con todo ello! Que vinieran los bulldozers. Si lo viejo se resistía a morir, lo nuevo no podría nacer.
«Ven», dijo a su lado la voz de Zeeny Vakil. Al parecer, a pesar de sus tropiezos, su debilidad, sus culpas -a pesar de su humanidad-, iba a tener otra oportunidad. A veces la suerte de uno era increíble, desde luego. Aquí estaba, agarrándole por el codo. «A mi casa -propuso Zeeny-. Larguémonos de aquí.»
«Vamos», respondió él, y volvió la espalda al panorama.
AGRADECIMIENTOS
Las citas del Quran insertadas en la presente obra proceden en parte de la versión inglesa de N. J. Dawood en la edición de Penguin y en parte de la versión de Maulana Muhammad Ali (Lahore, 1973) con algún toque mío personal; el fragmento de Faiz Ahmad Faiz es una variante de la traducción de Mahmood Jamal en el Penguin Book of Modern Urdu Poetry. Para la descripción del Mantícora, soy deudor del Libro de los seres imaginarios de Jorge Luis Borges, mientras que el material sobre Argentina deriva en parte de los escritos de Guillermo Enrique Hudson, sobre todo Allá lejos y hace tiempo. Quiero también expresar mi agradecimiento a Pauline Melville por sus valiosos consejos sobre el uso de slang de las Indias Occidentales; y confesar también que los poemas de Gagari son en realidad, ecos del volumen Jejuri de Arun Kolatkar. Los versos procedentes de The Living Doll son de Lionel Bart (copyright © 1959), reproducidos con autorización de Peter Maurice Music Co. Ltd., London WC2H OLD) y los de Kenneth Tynan en la última parte de la novela proceden de Tynan Right and Left (copyright © Kenneth Tynan, 1967).
Espero que la identidad de muchos autores de quienes he aprendido cosas se desprenda claramente del propio texto; otros deben quedar en el anonimato, pero también a ellos quiero darles las gracias.
GLOSARIO
Abba: padre, papá.
afreet: demonio o gigante de la mitología musulmana.
Amma: mamá.
amphisbaenae: serpiente fabulosa con una cabeza en cada extremo, que puede moverse en ambos sentidos.
behemoth: en la Biblia, bestia colosal identificada con el hipopótamo.
bibi: señora, señorita.
burga: vestido hasta los pies, con abertura para los ojos, de las mujeres musulmanas de la India y el Pakistán.
bustees: barrios de chabolas.
crorepati: multimillonario.
chapati: pan de trigo sin levadura en forma de torta.
chappals: sandalias.
chhi chhi: interjección que expresa vergüenza o disgusto.
dabba: almuerzo.
dhaba: taberna.
djin o afreet: gigante o demonio de la mitología musulmana.
djinni: espíritu que habita en el mundo, según la doctrina islámica.
farangi: persona de raza blanca.
funtoosh: liquidado, acabado, hundido.
gazaclass="underline" canción.
gopi: pastora de rebaños celestiales, danzarina del paraíso.
Haj: peregrinación.
hubshee: etíope o abisinio, aplicado despectivamente a negro africano.
hijra: travestido.
jalebis: pastel dorado.
kabaddi: juego popular en el norte de la India y Pakistán, entre dos equipos de nueve muchachos.
Khattam-shud: dama, título de cortesía.
kurta: camisa.
lathi: bastón pesado, generalmente de bambú y de hierro, utilizado por la policía.
Mullah: maestro de leyes y doctrina islámicas.
Munshi: profesor.
namaste: saludo juntando las manos e inclinando el cuerpo.
nawab: potentado.
nikah: boda, contrato matrimonial.
obeah: brujería practicada por los negros.
ohé: eh, oye.
paan: nuez de areca y especias, envueltas en hoja de betel, que se mastican como estimulante.
padyatra: peregrinación hindú a pie.
panchayat: Consejo de pueblo, una institución muy antigua. Literalmente «consejo de los cinco», pero puede tener cualquier número de miembros. Tribunal que juzga pequeñas faltas.
purdah: reclusión de la mujer musulmana, especialmente cuando utiliza el velo, o el velo mismo.
puri: galleta ligera.
qasidah; poema u oda, panegírico o elegiaco, generalmente dividido en tres partes.
rishi: santones.
roc: legendaria ave de rapiña tan grande y tan fuerte que puede llevar entre sus garras grandes animales.
samosa: empanadilla de verduras.
silkie: pollo pequeño que se distingue por su plumaje largo y sedoso.
Swadeshi: movimiento nacionalista de Bengala que propugnaba el fomento de las industrias indígenas con materiales propios.
toddy: vino de palma.
wallah: persona que realiza cualquier trabajo o presta cualquier servicio; la palabra sirve para formar infinidad de compuestos (dabba-wallah: repartidor de almuerzos, etcétera).
wog: nombre ofensivo para el extranjero, especialmente de extracción árabe.
yaar: amigo.
yoni: vagina, vulva.
zamindar: terrateniente y recaudador de impuestos.
zenana: parte de la casa reservada a las mujeres.