—Lo hicieron, en efecto. ¿Qué más?
—Quieres usar esos agujeros de gusano para transmitir fotones de luz visible. Ahora bien, los agujeros de gusano en la espuma cuántica vienen con la longitud de Planck-Wheeler, que es de diez elevado a menos treinta y cinco metros. Lograste expandirlos hasta alcanzar veinte órdenes de magnitud, de modo de hacerlos lo suficientemente grandes como para que hagan pasar fotones de rayos gamma. Frecuencia muy alta, longitud muy corta de onda.
—Sí. Usamos rayos gamma para transportar flujos de datos digitalizados, que…
—Pero la longitud de onda de tus rayos gamma es alrededor de un millón de veces menor que las longitudes de onda de la luz visible. La boca de tus agujeros de gusano de segunda generación tendrían que tener, como mínimo, alrededor de un micrón de lado a lado.
David miró con atención al padre.
—Presumo que tuviste a tus ingenieros tratando de conseguir exactamente eso… y no funciona.
Hiram suspiró.
—En realidad conseguimos meter suficiente energía de Casimir como para abrir violentamente agujeros de gusano que tuvieran esa anchura. Pero se produce una especie de efecto de realimentación que hace que la maldita cosa se desplome.
David asintió con la cabeza.
—Eso se denomina inestabilidad de Wheeler: los agujeros de gusano no tienen estabilidad natural. La gravedad que hay en la boca de un agujero de gusanos atrae fotones y los acelera hasta hacerlos adquirir alta energía, y esa radiación cargada de energía bombardea la garganta del agujero y lo hace comprimirse. Es el efecto que se debe contrarrestar con energía negativa del efecto Casimir, para mantener abiertos los agujeros, aun los más pequeños.
Hiram caminó hasta la ventana del diminuto comedor. Más allá, David pudo ver la forma voluminosa del complejo de detectores, en el corazón de la planta.
—Acá tengo algunos buenos cerebros. Pero esta gente es experimentadora: todo lo que hacen es atrapar y medir lo que ocurre cuando todo sale mal. Lo que necesitamos es reforzar la teoría, es ir más allá del estado conseguido por la tecnología más avanzada. Y es ahí donde entras tú. —Se volvió. —David, quiero que te tomes un año sabático en Oxford y que vengas a trabajar conmigo en esto. —Hiram pasó el brazo por encima de los hombros de David; su carne era fuerte y cálida; su presión, abrumadora. —Piensa en cómo podría resultar todo esto. A lo mejor recibes el premio Nobel de Física, al mismo tiempo que yo devoro la NLT y esos otros cuzquitos ladradores que persiguen mis talones. Padre e hijo juntos… Hijos. ¿Qué opinas?
David estaba consciente de que la mirada de Bobby estaba clavada en él.
—Creo…
Hiram aplaudió.
—Sabía que dirías que sí.
—No lo hice, aún.
—Está bien, está bien, pero lo harás. Puedo percibirlo. Sabes, es simplemente maravilloso cuando los planes de largo plazo rinden dividendos.
David sintió escalofríos.
—¿Qué planes de largo plazo?
Hiram, hablando con rapidez y vehemencia, dijo:
—La posibilidad de que fueras a trabajar en Física; fue una sagacidad tuya permanecer en Europa. Hice investigaciones en ese terreno: te especializaste en matemática, ¿no es así? Después obtuviste el doctorado en un departamento de Matemática aplicada y Física teórica.
—En Cambridge, sí. El departamento de Hawking…
—Ésa es una típica ruta europea. Como resultado eres muy versado en la matemática más moderna. Es una diferencia de culturas. Los estadounidenses estuvieron a la vanguardia del mundo en física práctica, pero utilizan una matemática que se remonta a la Segunda Guerra Mundial. Así que si se está buscando un progreso teórico de importancia, no hay que pedirlo a alguien que hubiera recibido su instrucción en los Estados Unidos de América.
—Y aquí estoy yo —dijo David con frialdad—, con mi conveniente educación europea.
Bobby dijo con lentitud:
—Papá, ¿nos estás diciendo que arreglaste las cosas de manera que David obtuviera una educación europea en física, por si se hubiera dado la posibilidad de que te fuera útil? ¿Y todo eso sin que él lo supiera?
Hiram se sentó muy tieso.
—No sólo útil para mí: más útil para sí mismo. Más útil para el mundo. Más obligado a tener éxito. —Miró al uno y al otro, y les puso las manos sobre la cabeza, como si les estuviera dando la bendición. —Todo lo que hice fue pensando en lo más conveniente para ustedes. ¿Todavía no se dan cuenta?
David miró a Bobby a los ojos. La mirada de Bobby se desvió; su expresión era inescrutable.
4. AJENJO
Extraído de Ajenjo: Cuando las Montañas se Funden, por Katherine Manzoni, publicado por Shiva Press, Nueva York, 2033; también asequible como conjunto en flotación de Internet.
…Enfrentamos grandes desafíos como especie, si es que hemos de sobrevivir durante los próximos siglos. Ya es evidente que el efecto de los cambios de clima será mucho peor que lo que se imaginaba hace unas pocas décadas. En verdad, la predicción de esos efectos que se hiciera, por ejemplo, en la década de 1980, ahora aparece como tontamente optimista.
Hoy sabemos que el rápido calentamiento que tuvo lugar durante estos últimos siglos causó que una serie de sistemas naturales metaestables que había por todo el planeta, pasara a tener estados nuevos. Desde debajo del subsuelo siberiano permanentemente congelado que se derrite, ya se están liberando miles de millones de toneladas de metano y de otros gases de invernadero. Las aguas oceánicas que se calientan están desestabilizando aún más a los inmensos depósitos de metano alrededor de las plataformas continentales. La Europa boreal está ingresando en un período de frío extremo, debido a la interrupción de la Corriente del Golfo. Nuevas modalidades atmosféricas —tormentas permanentes— parecen estar surgiendo por sobre los océanos y las grandes masas continentales. La muerte de los bosques tropicales está volcando ingentes cantidades de dióxido de carbono en la atmósfera. La lenta fusión de la capa de hielo antártico occidental parece estar aliviando la presión sobre un archipiélago de islas hundidas que hay debajo de esa capa, lo que, a su vez, llevará a una fusión catastrófica adicional de la capa. Ahora se pronostica que el ascenso del nivel de los mares habrá de ser mucho mayor que lo que se imaginaba hace algunas décadas. Y así todo el tiempo.
Todos estos cambios están entrelazados. Puede ocurrir que la temporada de estabilidad climática que la Tierra disfrutó durante miles de años, estabilidad que, en primer lugar, permitió que la civilización humana surgiera, esté llegando ahora a su fin, quizá debido a nuestras propias acciones. Lo peor de todo es que nos estamos encaminando hacia un colapso climático irreversible como, por ejemplo, un efecto invernadero desbocado, que nos mataría a todos. Pero todos estos problemas empalidecen, en comparación con lo que nos ocurrirá a todos nosotros si el cuerpo que ahora se conoce como Ajenjo chocara contra la Tierra… aunque es una escalofriante coincidencia que la palabra rusa para Ajenjo sea Chernobyl…
De muchas de las especulaciones sobre el Ajenjo y sus probables consecuencias lamentablemente se ha dado información errónea… en verdad, complaciente. Permítanme reiterar aquí algunos hechos concretos básicos.
El primer hecho concreto es que el Ajenjo no es un asteroide. Los astrónomos creen que el Ajenjo en otro tiempo pudo haber sido una luna de Neptuno o Urano, o quizás estaba trabado en un punto estable dentro de la órbita de Neptuno, y después se lo perturbó de alguna manera. Pero que se lo perturbó no admite dudas y ahora está siguiendo un curso de colisión que lo llevará a chocar con la Tierra dentro de quinientos años.