“Pero tenemos el testimonio del señor Huxtable de que sus especulaciones respecto de invadir Escocia son—fueron— privadas y personales. La noción es de él, no la había puesto en papel ni confiado al almacenamiento electrónico ni discurrido sobre ella con alguien, ni con su gabinete, ni siquiera con su compañera. Sus conversaciones con la presidenta Juárez fueron, en realidad, la primera vez que daba a conocer la idea en voz alta, para medir el grado de apoyo de la presidenta a una propuesta así, si se la formulaba de manera oficial.
“Y en el momento en que usted reveló el suceso, ni el primer ministro ni la presidenta habían discurrido sobre eso con alguien más. —Miró con ferocidad a Kate. —Ms. Manzoni, ya entiende cuál es la situación: la única fuente posible para su noticia es la conversación Juárez-Huxtable en sí.
Hiram se paró al lado de Kate.
—Ella no va a revelar sus fuentes a un imbécil como usted.
Mavens se pasó la mano por la cara y se reacomodó en la silla.
—Tengo que decirle, señor, que haber intervenido las conversaciones de la presidenta hará que le caiga encima una lista de acusaciones federales larga como su brazo. Un equipo de interorganismos de seguridad está investigando este asunto. Y la presidenta misma está sumamente enojada. A Nuestro Mundo se lo podría clausurar… y usted y Ms. Manzoni se podrán considerar afortunados si esquivan la prisión.
—Primero tendrá que demostrarlo —rugió, jactancioso, Hiram—. Puedo atestiguar que ninguna de las operaciones de Nuestro Mundo estuvo siquiera cerca del Infante de Marina Uno, como para plantarle un micrófono oculto o alguna otra cosa más. Este equipo de investigación interorganismos que usted dirige…
Mavens tosió.
—Yo no lo dirijo. Soy parte de él. De hecho, el jefe mismo del FBI…
La mandíbula de Hiram cayó, abierta por la sorpresa.
—¿Y sabe él que usted está aquí?¿No? Entonces, ¿qué está usted tratando de hacer acá? ¿Entrometerse conmigo… o chantajearme? ¿Se trata de eso?
Mavens parecía estar cada vez más incómodo, pero se mantenía recto en su silla.
Kate tocó el brazo de Hiram.
—Creo que mejor es que lo escuchemos, Hiram.
Hiram sacudió el brazo para que Kate lo suelte. Se volvió hacia la ventana, las manos fuertemente apretadas a la espalda, los hombros subiendo y bajando por la furia.
Kate se inclinó hacia Mavens.
—Usted dijo que conocía el secreto de Hiram. ¿Qué quiso dar a entender con eso?
Y Michael Mavens empezó a hablar sobre agujeros de gusano.
El mapa que hizo aparecer de dentro de su maletín y que extendió sobre la mesa estaba trazado a mano sobre papel sin membrete. Evidentemente, pensó Kate, Mavens estaba perdido en especulaciones que no había querido compartir con sus colegas delfbi ni confiar, siquiera, a la dudosa seguridad de una pantalla flexible.
El agente dijo:
—Éste es un mapa de la ruta que el Infante de Marina Uno recorrió ayer sobre los suburbios de La Habana. Marqué los puntos de tiempo con estas cruces. Se puede observar que cuando la conversación clave a bordo entre Juárez y Huxtable tuvo lugar —sólo duró unos minutos—, el helicóptero estaba acá.
Hiram frunció el entrecejo y con el dedo tocó una casilla que aparecía sombreada para que se destacara en el mapa y que estaba inmediatamente por debajo de la posición del Sikorsky cuando comenzó la conversación.
—¿Y esto qué es?
Mavens sonrió de oreja a oreja.
—Es suyo, señor Patterson: ésta es una terminal de Datos de Nuestro Mundo. La boca de un agujero de gusano, que establece la conexión con sus instalaciones centrales aquí, en Seattle. Estoy convencido de que la terminal Cadena de Datos que está debajo del Infante de Marina. Uno es el mecanismo que ustedes usaron para obtener la información proveniente de esa charla.
Los ojos de Hiram se achicaron hasta convertirse en dos ranuras.
Kate escuchaba, pero con una abstracción cada vez mayor, mientras Mavens hacía especulaciones, un tanto alocadamente, sobre micrófonos direccionales y los efectos de ampliación de los campos gravitacionales de la boca de los agujeros de gusano. La teoría que esgrimía el agente, tal como la estaba planteando, era que Hiram estaría utilizando como base la Cadena de Datos para llevar a cabo la escucha clandestina.
Era evidente que Mavens había descubierto sólo algunos aspectos de la verdad.
—Todo eso es basura —dijo Hiram con tranquilidad—. En su teoría hay agujeros por los que yo podría hacer pasar un 7a7.
—Exacto —agregó Kate con delicadeza—. Tal es la capacidad de Nuestro Mundo para instalar cámaras en sitios en los que no hay una terminal agujero de gusano para la Cadena de Datos. Como es el caso de aquellas islas filipinas arrasadas por un huracán o los pechos de la secretaria general Halliwell.
Hiram le lanzó una mirada asesina a Kate, advirtiéhdole que cerrara la boca.
Mavens parecía estar confundido, pero no cejó.
—Señor Patterson, no soy físico. Todavía no resolví todos los detalles, pero estoy convencido de que así como su tecnología de los agujeros de gusano es lo que le brinda la ventaja sobre sus competidores en la transmisión de datos, así también debe de hacerlo en sus operaciones de consecución de noticias.
—¡Oh, vamos, Hiram! —dijo Kate—. Él ya sabe la mayor parte de los hechos.
Hiram gruñó:
—¡Maldición, Manzoni! Le dije a usted que quería plausible negabilidad en cada una de las etapas.
Mavens miró a Kate con gesto de no entender de qué se hablaba.
Ella explicó:
—Lo que quiere decir es “tapar la existencia de las cámaras Gusano”.
Mavens sonrió levemente.
—Cámaras Gusano. Puedo imaginar qué quiere decir eso. Lo sabía.
Kate prosiguió:
—Pero la negabilidad no siempre fue posible. Y no en este caso. Usted lo sabía, Hiram, antes de dar su aprobación al artículo. Lo que pasó es que era una noticia importante demasiado buena para dejarla pasar. Creo que le debería decir a Mavens lo que él quiere saber.
Hiram la masacró con la mirada.
—¿¡Por qué demonios debería hacerlo!?
—Porque —intervino Mavens— creo que lo puedo ayudar.
Mavens contempló atónito la primera boca de agujero de gusano de David, que ya era una pieza de museo: la perla de espacio-tiempo todavía embebida en su bloque de vidrio.
—Y no se necesitan anclajes. Se puede poner el ojo de una cámara Gusano en cualquier parte, observar cualquier cosa… ¿Y puede recibir sonidos también?
—Aún no —dijo Hiram—. Pero el motor de búsqueda es un muy buen lector de labios. Y tenemos expertos humanos para respaldarlo. Y ahora, agente especial, dígame de qué manera me puede ayudar.
Con renuencia, Mavens volvió a depositar el bloque de vidrio sobre la mesa.
—Tal como Ms. Manzoni dedujo, el resto de mi equipo está nada más que unos pasos detrás de mí. Es probable que mañana se haga un allanamiento de estas instalaciones.
Kate frunció el entrecejo.
—Pues entonces usted, ciertamente, no debería estar acá dándonos el soplo.
—No, no debería —dijo Mavens con seriedad—. Miren, señor Patterson, Ms. Manzoni, seré franco. Tengo la suficiente arrogancia como para creer que en este asunto puedo ver con un poco más de claridad que mis superiores, que es la causa por la que me estoy extralimitando. La tecnología de cámara Gusano de ustedes, aún con lo poco que he podido deducir, es fantásticamente poderosa. Y podría hacer una inmensa cantidad de bien: llevar delincuentes ante la justicia, hacer contraespionaje, vigilancia…