—¿Sobre la base de… ?
—El adn. Estamos convencidos de que será posible empezar a partir de cualquier fragmento orgánico analizable, un poco de piel muerta o un recorte de uña, suficiente como para registrar la disposición individual del adn; y después hacer el seguimiento hacia atrás del fragmento hasta que… hmmm… se vuelva a unir a la persona en cuestión. Y después, utilizando la clave de adn, podemos seguir las huellas del individuo hacia atrás y hacia adelante en el tiempo, tan lejos como queramos.
“Este disco contiene soporte lógico de seguimiento. Lo que necesitamos de usted es que lo incorpore a una cámara Gusano operativa. La gente de Nuestro Mundo, y usted de manera específica, doctor Curzon, aún tienen la delantera en esta tecnología.
“Pensamos que, en última instancia, podría ser posible establecer una base global de datos sobre secuencias de adn: de los niños se tomaría la secuencia de adn y se la registraría cuando nacen… y sería usado como base de un procedimiento general de búsqueda, sin necesidad de depender de que se tuviera un fragmento físico…
—Y entonces —dijo David lentamente—ustedes se podrán sentar en el cuartel general delfbi y sus espías a través de los agujeros de gusano van a rastrillar todo el planeta hasta que encuentren a quien sea que estén buscando… inclusive en completa oscuridad. Será el golpe mortal a la vida privada. ¿Tengo razón?
—Oh, vamos, doctor Curzon —insistió Mavens—. ¿Qué es la vida privada? Mire a su alrededor. Ya los muchachos están teniendo sexo en la calle. Dentro de diez años más usted tendrá que explicar cuál solía ser el significado de las palabras vida privada. Estos muchachos ya son diferentes. Los sociólogos dicen eso. Usted puede verlo. Están creciendo acostumbrados a la apertura, a vivir abiertos a la luz y a hablar entre sí todo el tiempo. ¿Oyó hablar de las Palestras, gigantescas discusiones en curso que se transmiten a través de enlaces por cámara Gusano, en las que no hay mediadores, son internacionales y, a veces, constan de miles de participantes? Prácticamente ninguno de los participantes supera los veinticinco años de edad. Están empezando a resolver cosas por sí mismos, casi con ninguna referencia al mundo que construimos. En comparación, nosotros estamos como la mierda, ¿no es así?
Muy a su pesar, David descubrió que estaba de acuerdo. Y eso no se iba a detener ahí. Quizás iba a ser necesario que las dañadas generaciones mayores, entre ellas él mismo, hicieran mutis por el foro llevándose consigo sus problemas emocionales y tabúes, antes de que los jóvenes pudieran heredar este nuevo mundo, que únicamente ellos entendían de verdad.
—Puede ser —gruñó Mavens cuando David expresó en voz alta M ese pensamiento—. Pero yo no estaría tan dispuesto a rendirme aún. Y, mientras tanto…
—Mientras tanto, yo podría encontrar a mi hermano.
Mavens estudió su vaso.
—Mire, eso nada tiene que ver conmigo. Pero Heather es una cabeza de gusano, ¿no?
Un cabeza de gusano era el resultado máximo de la adicción a las cámaras Gusano. Desde que se había aplicado sus implantes retinianos, Heather había pasado la vida en un sueño virtual. Naturalmente, tenía la capacidad de sintonizar sus ojos con cámara Gusano para ver el presente o, por lo menos, el pasado muy reciente, como si sus ojos hubieran seguido siendo los originales orgánicos. Pero —eso David lo sabía— su madre prácticamente nunca optaba por hacerlo.
Por lo común vagaba en un mundo iluminado por el fulgor perdido del pasado profundo. A veces caminaba con su propio yo más joven, incluso mirando a través de sus propios ojos, volviendo a vivir los sucesos pasados una y otra vez. David estaba seguro de que Heather estaba con Mary casi todo el tiempo, la bebé en sus brazos, la niñita corriendo hacia ella; incapaz y, de todos modos, para nada dispuesta, a modificar un solo detalle.
Si el estado de Heather nada tenía que ver con Mavens, tenía bastante que ver con David. Quizás el impulso de él por protegerla había sido el propio roce de David con la seducción del pasado.
—Algunos analistas —dijo David con calma— dicen que esto es el futuro para todos nosotros: agujeros de gusano en los ojos, en los oídos. Aprenderemos una nueva percepción, en la que los estratos del pasado sean tan visibles para nosotros como los del presente. Será una nueva manera de pensar, de vivir en el universo. Pero, por ahora…
—Por ahora —completó Mavens con delicadeza—, Heather necesita ayuda.
—Sí. Tomó muy mal la pérdida de su hija.
—Pues entonces haga algo al respecto. Ayúdeme. Mire, este seguimiento por el adn no es un mero dispositivo de intervención clandestina. —Mavens se inclinó hacia adelante—. Piense en las otras cosas que se pueden hacer con éclass="underline" erradicar enfermedades, por ejemplo. A una peste que se estuviera extendiendo se le podría seguir el rastro en forma retrospectiva a lo largo de sus vectores, ya sean portadores por aire o por agua o por lo que fuere, reemplazando lo que pueden ser meses de trabajo de investigación esmerada y peligrosa por una mirada que durara un instante… Los centros para control de enfermedades ya están considerando esto. ¿Y qué tal la historia? Se podría hacer el seguimiento de una persona hacia atrás en el tiempo, hasta el útero, ¿de acuerdo? No se precisaría una extensión muy grande del soporte lógico para transferir el seguimiento hasta el adn de cada uno de los padres, y para sus padres antes de ellos. Se podría recorrer árboles genealógicos hasta sus raíces atrás, en el tiempo. Y se podría trabajar al revés: empezar con un personaje histórico cualquiera y hacer el seguimiento prospectivo de todos sus descendientes vivos… Usted es científico, David. La cámara Gusano ya puso de cabeza la ciencia y la historia, ¿no es así? Piense hasta dónde podría usted con esto.
Sostenía el disco delante de la cara de David, tomándolo entre el pulgar y el índice como si fuera, pensó David, una hostia.
24. OBSERVANDO A BOBBY
El nombre de ella era Mae Wilson.
Su intención era clara, como un trozo de cristal.
Esto fue a partir del momento en que su hija adoptiva, Barbara, fuese condenada por el asesinato en primer grado de su hijo adoptado, Mian, y sentenciada a seguir los pasos de su padre, el marido de Mae, Phil, hasta un cuarto en el que se le habría de aplicar una inyección letal.
Lo concreto de esto era que la mujer ya se había acostumbrado a la idea de que su marido fuese un monstruo que había abusado y matado al muchacho que ambos tenían a su cuidado. Con el transcurso de los años había aprendido a culparlo a Phil; hasta había aprendido a odiar su recuerdo y, al aferrarse a eso, había encontrado un poco de paz.
Además, todavía la tenía a Barbara, que estaba en alguna parte fuera del hogar y era un fragmento del naufragio de su vida; era la prueba de que algo bueno había salido de todo ello.
Pero ahora, debido a la cámara Gusano, eso había dejado para siempre de ser una opción. No había sido Phil después de todo… sino Barbara. Eso ya no era admisible. El monstruo no había sido quien le había mentido durante todos estos años, sino otro, al que ella había alimentado, criado, formado.
Y ella, Mae, no era víctima del engaño sino que, de algún modo, era agente de todo el desastre.
Por supuesto que dejarla a Barbara al descubierto había sido justo. Por supuesto que era verdad. Por supuesto que había sido una gran injusticia lo que se le había hecho, de entre todos ellos, a Phil en su errónea convicción, injusticia que ahora se había corregido, por lo menos de modo parcial, gracias a la cámara Gusano.
Pero no era ni justicia ni verdad ni corrección lo que Mae quería. Nadie lo quería. ¿Por qué toda esa gente que amaba de tal modo la cámara Gusano no podía ver eso? Todo lo que Mae quería era consuelo.