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—Pero usted —dijo Kate— tiene una idea mejor, ¿no es así?

Hiram la miró con odio.

—Eso no es algo que le importe. —Fue hasta la maquinaria y la acarició. —Nos fue tremendamente bien extrayendo agujeros de gusano de entre la espuma cuántica y ampliándolos. Hasta ahora los hemos estado usando para transmitir información, ¿sí? Pero tu inteligente hermano David te dirá que se necesita una cantidad finita de energía hasta para registrar un solo pedacito de información. Así que si estamos transmitiendo datos tenemos que estar transmitiendo energía también. En estos momentos no es más que un hilito… ni siquiera suficiente como para hacer que se ponga incandescente una lámpara.

Bobby asintió con movimiento rígido de la cabeza, evidentemente tenía dolores.

—Pero tú harás que todo eso cambie.

Hiram señaló los equipos.

—Éste es un generador de agujeros de gusano. Es tecnología de vacío comprimido, pero mucho más adelantada que cualquier cosa que se pudiera hallar en el mercado. Quiero fabricar agujeros de gusano más grandes y más estables, y que lo sean mucho más, más que lo que nadie hubiese podido conseguir hasta el momento. Suficientemente amplios como para que actúen como conductos para cantidades importantes de energía.

Y la energía que obtengamos pasará a través de este equipo, el intercambiador térmico y la turbina, para extraer energía eléctrica utilizable. Tecnología sencilla, del siglo XIX… pero eso es todo lo que necesito en tanto y en cuanto tenga el flujo de energía. Esto no es más que una instalación experimental, pero es suficiente para demostrar el quid del principio, y para resolver los problemas, en especial la estabilidad de los agujeros de gusano…

—¿Y de dónde —preguntó Bobby lentamente— vas a extraer la energía?

Hiram sonrió y se señaló los pies.

—De aquí abajo, del núcleo de la Tierra, hijo. Una bola de níquel-hierro sólida, del tamaño de la Luna, que fulgura emitiendo tanto calor como la superficie del Sol. Toda esa energía atrapada ahí desde que se formara la Tierra; el motor que impulsa los volcanes y los terremotos y la circulación de las placas de la corteza… £50 es lo que planeo aprovechar.

“¿Puedes ver lo hermoso de todo esto? La energía que los seres humanos quemamos acá, en la superficie, es la de una vela en comparación con la de ese horno. No bien los tipos de Técnica resuelvan el problema de la estabilidad de los agujeros de gusano, toda empresa actual que se dedique a la actividad de generación de energía se volverá obsoleta de un día para otro. ¡Fusión nuclear, un cuerno! Y no se detendrá ahí. Quizás algún día aprendamos a aprovechar las estrellas mismas. ¿No lo ves, Bobby? Hasta la cámara Gusano es nada en comparación con esto. Cambiaremos el mundo. Nos volveremos ricos…

—Más allá de los sueños de avaricia —musitó Bobby.

—He aquí el sueño, muchacho. Es en eso que quiero que trabajemos juntos. Tú y yo. Construyendo un futuro, construyendo Nuestro Mundo.

—Papá —Bobby extendió su mano libre—, te admiro. Admiro lo que estás construyendo. No te voy a detener. Pero no quiero esto. Nada de esto es real, ni tu dinero ni tu poder. Todo lo que es real para mí es Kate y yo. Tengo tus genes, Hiram, pero no soy tú. Y nunca lo seré, no importa cuánto intentes que así sea…

Y mientras Bobby decía eso, en la mente de Kate se empezaron a formar enlaces, como se solían formar cuando ella se aproximaba al núcleo de verdad que se hallaba en el corazón de la noticia más compleja.

“No soy tú”, había dicho Bobby.

Pero, ahora lo entendía Kate, ésa era toda la cuestión.

Mientras flotaba en el espacio, la boca de Mary estaba completamente abierta. Sonriendo, David extendió el brazo hacia ella, le tocó la barbilla y le cerró la mandíbula.

—No puedo creerlo —dijo ella.

—Es una nebulosa —contestó David—. De hecho, se la llama Nebulosa Trífida.

—¿Es visible desde la Tierra?

—Oh, sí. Pero estamos tan lejos de casa que la luz que emanó de la nebulosa en la época de Alejandro Magno recién ahora está llegando a la Tierra. —Señaló con el dedo: —¿Puedes ver esos puntos oscuros? —Eran glóbulos oscuros, finos, como gotas de tinta en agua coloreada. —Se los llama glóbulos de Bok. Hasta el más pequeño de ellos podría encerrar todo nuestro Sistema Solar. Creemos que son el lugar de nacimiento de las estrellas: nubes de polvo y gas que se condensarán para formar nuevos soles. Se necesita mucho tiempo para formar una estrella, claro, pero las etapas finales, cuando la fusión rompe todo y la estrella explota haciendo volar la cáscara circundante de polvo y empieza a brillar, puede ser un proceso repentino. —Miró a Mary. —Piensa en eso: si vivieras aquí, quizás en esa bola de hielo que está debajo de nosotros, podrías ver, en el curso de tu vida, el nacimiento de docenas, quizás centenares, de estrellas.

—Me pregunto qué religión habríamos inventado —dijo ella.

Era una buena pregunta.

—Quizás algo más suave. Una religión dominada por imágenes de nacimiento, antes que de muerte.

—¿Por qué me trajiste hasta acá?

David suspiró.

—Todos deberían ver esto antes de morir.

—Y ahora lo hemos hecho —dijo Mary con un poco de formalidad—. Gracias.

David sacudió la cabeza, irritado.

—No ellos. No los Unificados. , Mary. Espero que me perdones por eso.

—¿Qué es lo que quieres decirme, David?

Él vaciló. Señaló la nebulosa.

—En alguna parte de por allá, allende la nebulosa, está el centro de la galaxia. Hay un gran agujero negro ahí, que tiene una masa que es un millón de veces la del Sol. Y todavía está creciendo. Nubes de polvo y gas y estrellas aplastadas fluyen hacia el agujero desde todas direcciones.

—Vi fotografías de él —dijo Mary.

—Sí. Ahí afuera ya hay todo un enjambre de stapledons. Tienen cierta dificultad para acercarse al agujero en sí. La inmensa distorsión gravitatoria hace estragos con la estabilidad de los agujeros de gusano…

¿Stapledons?

—Puntos de vista de las cámaras Gusano. Observadores incorpóreos que vagan por el espacio y el tiempo. —Sonrió e indicó su propio cuerpo flotante. —Cuando te acostumbres a esta exploración con cámara Gusano en realidad virtual, descubrirás que no necesitas llevar tanto equipaje como éste.

“Lo que quiero decir, Mary, es que estamos enviando mentes humanas como una nube de villanos a través de un bloque de espacío-tiempo de doscientos mil años luz de anchura y cien milenios de profundidad, al otro lado de cien mil millones de sistemas estelares, hasta llegar de vuelta al nacimiento de la humanidad. Ya hay más que lo que podemos estudiar aun cuando contáramos con una cantidad cien veces superior de observadores preparados… y a los límites se los empuja hacia atrás todo el tiempo.

“Algunas de nuestras teorías se están confirmando, a otras se las desenmascara sin que se lo lamente en absoluto. Y eso es bueno: así es como se supone que sea la ciencia.

“Pero pienso que hay una lección más profunda, más abstrusa, que ya estamos aprendiendo.