Выбрать главу

James dijo:

– Qué descaro. Y yo que estaba comenzando a encariñarme con ella. Pensé que era agradable, llena de bondad.

– Lo es, generalmente.

– No, evidentemente es cruel -dijo James, y sacudió la cabeza. -Dura, eso es lo que es, e insensible.

Douglas asintió.

– Así es. Confío en que le hayas puesto los puntos, Jason. Estoy muy decepcionado de ella. Creo que iré a Lyon’s gate ahora mismo y le haré saber lo que pienso.

– Iré contigo, papá -dijo James. -Me gustaría sacudirla, decirle que no comprende lo que realmente sucedió, cómo golpeó hasta el alma a Jason, lo profundamente que lo sientes, y tu parte en todo eso.

– Tuvo el descaro de decir que cualquier parte que yo hubiera tenido debería haberse agotado ya.

– Qué criatura fría -dijo Douglas. -Lamento mucho que hayas tenido que casarte con ella, Jason. Me he preguntado si tal vez ella se aprovechó de ti porque sabía que su padre estaba allí, quizás incluso sabía que su padre iba camino al establo.

Jason bebió más brandy.

– No, no sabía que su padre se encontraba allí. Simplemente no pudo contenerse.

– Bueno, no importa. Sí, iré ahora mismo y le aclararé las cosas. No permitiré que te lastime cuando ya estás tan herido.

– Le conté que fui un tonto, cómo Judith me atrajo tan sin esfuerzo, que ella había ganado. ¿Saben qué dijo Hallie? Dijo que Judith no ganó, ¿cómo podía si estaba muerta?

James dijo, bebiendo su brandy:

– Nunca lo miré exactamente bajo esa luz. La realidad es, Jase, que ella te engañó, nos engañó a todos si vamos al caso, y seguramente eso nos convierte a todos en idiotas… pero por supuesto que entiendo porqué te sientes más tonto, más como un fracasado y un perdedor, que el resto de nosotros. Quiero ir contigo, padre. Hallie necesita ser azotada.

– ¿Más brandy, Jason?

Jason frunció el ceño mientras adelantaba la copa hacia su padre.

– Ella no me dijo fracasado ni perdedor. Intenté explicárselo, pero conocen a Hallie, es capaz de entrar y salir serpenteando de una conversación. Estaba hablando de que el espíritu de Judith está rondando, sobre cómo su espíritu debe estar tan encantado de seguir controlando mi vida. ¡Eso no es cierto, maldición!

– Por supuesto que no -dijo Douglas. -Imagina, una mujer muerta durante cinco años todavía controlando los pensamientos y acciones de alguien. Es absurdo.

– Bueno, sí, lo es. Es sólo que yo… Oh, diablos, padre, podrías haber muerto. ¿Me oyes? ¡Podrías haber muerto! ¿Cómo puedo perdonar alguna vez mi rol en eso?

– Pero no lo hice, Jason, fuiste tú quien pudo haber muerto.

– Bueno, tampoco lo hice, pero eso no tiene nada que ver. ¿Sabías que preguntó si alguna vez me habías mentido?

– No creo haberlo hecho -dijo Douglas. -Hmm. Bueno, tal vez lo hice cuando eras pequeño y te preguntabas porqué tu madre había gritado en el cenador…

James se cortaría el cerebro antes de pensar en eso. Asintió.

– Sí, yo también mentiría a Douglas y Everett.

– El punto es que jamás me has mentido en nada importante, y eso le dije. Entonces ella tuvo el descaro de decirme que yo creía que me habías mentido… mi propio padre.

– ¿Por qué?

– Dijo que era evidente que no te había creído cuando me dijiste que no era mi culpa, y por lo tanto creía que me habías mentido.

– Hmm -dijo Douglas. -La realidad es, Jason, que ella tiene razón. No me creíste. Detesto decirlo, pero Hallie sí acertó en eso.

– No es que no te creyera, papá, es sólo que podrías haber muerto tan fácilmente, y tú también, James, y fue todo mi culpa, de nadie más. Me sorprendió de tan claro que era. ¿Cómo podría negar algo tan evidente? Me quieres, maldito seas, y por eso es que… bueno, muy bien, no acepté tus palabras, no podía porque sabía que las decías porque me amabas.

Douglas dijo:

– Aunque me gustaría influenciar a Hallie, déjame ser sincero. El hecho es, Jason, que tú mismo lo admitiste… no me creíste. Tal vez simplemente no podías, pero me heriste, Jason, profundamente, lo admito.

– Sin embargo -dijo James, -ella no debería haber dicho algo tan cruel sobre un hijo incrédulo de su padre, un padre que admite que nunca le mintió. Espero que le pongas los puntos, Jase.

– Sí, desde luego. ¿Sobre qué exactamente?

Douglas dijo:

– Está bien. No te fastidies más por eso. La verdad es que he vivido cada día de los últimos cinco años preocupándome por ti. Aún puedo sentir la humedad de tu sangre contra la palma de mi mano. Había tanta sangre, Jason, y eras tú quien estaba sangrando… mi hijo, que era un maldito héroe. Recuerdo exactamente cómo me sentía, como todos nos sentíamos, cuando estabas tan enfermo, cuando escuchábamos cada respiración tuya, rogando que no fuera la última. Ese tipo de miedo es corrosivo, te quema las entrañas y el corazón. -Douglas se detuvo un momento, y luego dijo con calma: -No fuiste el único que sufrió, Jason. Corrie mató a dos personas. Es una tremenda carga que debe llevar el resto de su vida, aunque nunca se arrepentiría de lo que hizo. Aún tiene pesadillas esporádicas. Nosotros, todos nosotros, vivimos con el pasado, Jason, tú más que nadie. Tal vez es hora de que todos releguemos esa espantosa época al éter. Es hora de que todos lo dejemos ir.

– No puedo -dijo Jason, e hizo una pausa. -Hallie dijo una vez que lo único bueno que veía en recordar un evento doloroso era que podría evitar que volvieras a cometer la misma estupidez. Pero es mucho más que eso. Maldición… ¿pesadillas? Lo siento mucho. Pobre Corrie, además de ser tonto soy egoísta. No tomé en consideración a nadie más que a mí mismo. Oh, diablos.

James dijo:

– Agradezco a Dios por el paso del tiempo. Desdibuja las cosas, y comienzas a darte cuenta de lo afortunados que somos todos, lo muy bendecidos que somos. Todos sobrevivimos. Estamos aquí bebiendo brandy ahora, ¿verdad?

– Pero era mi culpa, yo…

Douglas dijo:

– Mañana iré a Lyon’s gate e informaré a Hallie que no volverá a tratarte tan mal otra vez, que debe consolarte, ayudarte a soportar tu miseria de toda la vida. Que debe dejar de ser insensible.

Jason dijo:

– No es que sea insensible. Es lo que sucedió… está tan condenadamente dentro mío que nunca me libraré de eso. Lo acepto. Ella también debe aceptarlo, debe hacerlo.

– Yo le pondré los puntos -dijo Douglas. -Confía en mí, Jason.

– No, por favor, padre, no le digas nada. Debo irme ahora, los he retenido demasiado tiempo.

– Una cosa más, Jason -dijo su padre. Jason se dio vuelta lentamente. -Nunca olvides que te amo, que te he amado desde que estabas en el vientre de tu madre y yo ponía mi palma sobre su panza y los sentía a ambos intentando apartar mi mano a patadas. Cuando llegaste gritando como loco al mundo, creí que no podía haber nada más dulce en la vida. Sin embargo, a decir verdad, en este momento, Jason, me gustaría patearte al otro lado de la habitación.

Jason casi se cayó.

– No comprendo.

– ¿No? -James sacudió la cabeza a su hermano. -Dijiste que te marchaste de Lyon’s gate porque Hallie estaba burlándose de ti. ¿Quieres decir que no puede entender porqué, después de cinco años, sigues queriendo ahogarte en la culpa?

– Del modo que lo dices no suena razonable, James. Seguramente tú debes comprender que… -se quedó callado porque no podía encontrar palabras que decir.

– Sí, lo comprendemos -dijo su padre. -Creo que después de lo que sucedió cinco años atrás, quisiste desesperadamente librarnos a todos de tu dolor. Creíste que abandonar Inglaterra era la respuesta. ¿Pensaste que te olvidaríamos, quizá? ¿Que cuando hablábamos de tus triunfos en Baltimore, no te recordaríamos también yaciendo en la cama con el médico sacando esa maldita bala fuera de tu hombro, que no recordaríamos que casi moriste? Eres un bruto, Jason.

– Pero fui yo quien…