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Douglas lo interrumpió:

– Siempre me ha asombrado lo ansiosamente que te diste todo el crédito por ocasionar esa tragedia en particular. No eras nada más que un joven que valoraba muchísimo el honor, que amaba a su familia, que enfrentó el mal y no lo reconoció. ¿Y por qué deberías? Nunca antes ninguno de nosotros había sido enfrentado al mal como el que esos tres ofrecían. Huiste, Jason. Desearía que no lo hubieras hecho, eso casi destruyó a tu hermano, dejándolo para ocuparse de una nueva esposa que había tenido que matar a dos personas, y enfrentar cada día a una madre y un padre que felizmente hubiesen dado sus vidas por la tuya. Y sobreviviste, Jason. Creo que has sobrevivido bastante bien. Y ahora tienes una esposa que, si no estoy errado, también daría su vida por ti. Ve a casa, Jason. Enfréntate, y a tu pasado, y piensa en tu presente y tu futuro. Ambos se ven increíblemente bien para mí. Oh, sí, recibí una carta de James Wyndham. Él y su familia estarán aquí en tres semanas y te traerán un pura sangre que tú mismo entrenaste, como regalo de bodas.

– ¿Cuál?

– Creo que James Wyndham dijo que su nombre era Eclipse, nombrado así por nuestro propio y muy famoso Eclipse.

Jason dijo distraídamente:

– Eclipse nunca perdió una carrera. Era asombroso. Stubbs lo pintó.

– Sí -dijo Douglas. -Muy bien. James Wyndham dijo que su niñita Alice lo bautizó.

– Sí -dijo Jason, -así fue. -Fue hasta su hermano y lo abrazó fuerte. Luego se detuvo un momento, mirando a su padre a una distancia de dos metros. Sintió que las lágrimas subían en su garganta-.Papá, yo…

– ¡Tío Jason!

– ¡Tío Jason!

Dos pequeñitos, con sus camisones blancos ondeando alrededor de sus tobillos, entraron de golpe en la habitación, con los brazos levantados.

Jason se quedó mirando a los dos queridos niñitos. La vida siempre seguía adelante. Cuando los levantaba y los apretaba con fuerza contra él, las lágrimas se secaron en sus ojos y en su corazón.

– ¿Qué están haciendo, diablitos, despiertos tan tarde?

Everett le dio un beso húmedo en el cuello. Douglas estaba apretándole el cuello tan fuerte que casi lo quebraba.

– Escuchamos a mamá discutiendo sola.

Jason asintió.

– Eso también despertaría mi curiosidad. Ah, madre, ¿también estás despierta?

Alex fue a arrancar a uno de los niños del hombro de Jason.

– Estoy aquí para rescatarte. No, Everett, nada de vals esta noche. Es hora de que los dos regresen a la cama.

Luego de no más de dos minutos de quejas, James llegó al punto de decir:

– Suficiente. Los dos se callarán. Den a su tío un beso de buenas noches. Volverán a verlo pronto. Iré enseguida a arroparlos.

Douglas sacudió la cabeza a su esposa.

– Creo que le decía lo mismo a él y a Jason.

– Muy probablemente. Innumerables veces. ¿Estás bien, Jason?

Jason abrazó a su madre y se apartó.

– No te preocupes por mí, mamá. Me voy. -Se detuvo un momento y entonces dijo: -Los extrañé mucho a todos cuando estuve en Baltimore, por favor, nunca duden de eso.

Mientras oía las pisadas de bota de Jason alejándose en el piso de baldosas, James dijo:

– Daré a Hallie cualquier cosa que desee.

Su padre sonrió.

CAPÍTULO 40

En el desayuno la mañana siguiente, Hallie dijo alegremente:

– Ha pasado casi una semana desde la carrera Beckshire. ¿Qué haremos con lord Grimsby?

Mientras untaba miel en su tostada, Jason respondió:

– Esas son las primeras palabras que salen de tu boca desde que me marché de la casa anoche y te dejé sola con Petrie y Martha.

– Te vi regresar y supe que estabas bien.

Por supuesto que iba a esperarlo levantada.

– Dormí en la habitación de Angela.

– Sí, lo sé. Espero que hayas dormido bien.

– No mucho, pero no importa. -Jason se volvió repentinamente muy rígido y formal. -Deseo disculparme por mi melodrama de anoche, Hallie.

– Lo tuyo no fue un melodrama.

Aunque él levantó una ceja en interrogación, ella simplemente negó con la cabeza y no dijo nada más.

– Ya veo, vas a ser misteriosa respecto a esto. Esperaba que ayer fuera el día para ir a ver a lord Grimsby, pero no fue. Tengo esperanzas, de cualquier modo, de que sea hoy.

Sacó su reloj del bolsillo de su chaleco y lo consultó.

– Ahora tú estás siendo misterioso.

– Así es, ¿verdad? Bueno, veremos. Imagino que está preguntándose por qué diablos estoy esperando tanto, especialmente porque sabe que tenemos a Kindred.

Hallie dijo:

– Tal vez piensa que lo has perdonado, ya que parece estar bien visto. ¿Cuándo estarás listo? ¿De qué depende que vayas a verlo? -Jason simplemente le sonrió. -Muy bien, un cerebro de trucha callado, como diría Martha.

– Tan misterioso como mi esposa.

– Eso es diferente, pero no importa. Ahora, tengo una maravillosa sorpresa para ti, Jason -y le sonrió abiertamente.

Una ceja se levantó.

– ¿Estás embarazada?

Ella dejó caer su tostada.

– Oh, cielos, no lo sé. No lo creo.

– No has tenido tu flujo femenino mensual desde que nos casamos.

– Oh, bendito infierno, ¿es eso cierto? Pero no siempre soy… Jason, eso es muy privado. No deseo hablarlo.

– Soy tu esposo. Debes hablar conmigo de todo.

– No, seguramente no.

– Mi padre siempre dijo que era muy importante que una esposa contara todo a su esposo. Cuéntame tu sorpresa.

¿Embarazada? Su flujo era irregular pero no pensaba discutir eso con él. Hallie no podía imaginar una cosa semejante. La dejó helada que él sacara el tema tan tranquilamente.

Dio un mordisco a su tostada, se aclaró la garganta y dijo:

– En la carrera, ¿recuerdas al otro hombre, el que realmente disparó a Lorry, al que no atrapamos…?

– Sí, por supuesto, no puedo descubrir quién es, maldición. Kindred no me dice una maldita cosa. Ni siquiera admite nada.

Ella miró el reloj junto al aparador y le ofreció una enorme sonrisa.

– Como soy una esposa y socia excelente, estoy sirviéndotelo en bandeja. Henry y Quincy deberían llegar a la puerta principal con él en breve.

– ¿El hombre que disparó a Lorry? ¿Qué es esto, Hallie? ¿De qué estás hablando?

– Temprano esta mañana, tuve un encuentro informativo con Kindred. Me dijo el nombre del otro hombre. Es Potter. También es mozo de cuadra de lord Grimsby. Culpó a Potter por todo, por supuesto.

Jason se quedó mirando a su esposa.

– ¿Estás diciéndome que Kindred soltó todo simplemente porque le preguntaste? No puedo creerlo, Hallie. Amenacé a Kindred varias veces con un largo viaje a Botany Bay, pero seguía sin decirme nada, afirmó una y otra vez que estaba fumando su pipa de plata cuando una roca llegó volando por el aire y lo golpeó en la cabeza. No puedo creer que te lo haya dicho.

– Las grandes amenazas no funcionaban con él, así que hice una amenaza creíble. Kindred dijo que “el pequeño maldito debe haber creído que está a salvo”, y Kindred escupió entonces, así que no creo que lamente haberme dado el nombre de Potter.

No podía más que mirarla, esta joven mujer que esta misma mañana había roto el silencio de casi una semana de un hombre. No sabía si estar feliz o aullar porque ella lo había logrado y él no.

– Hallie, ¿qué amenazaste? No cortar su masculinidad, espero.

– Oh, no, eso no es creíble.

– Dime.

Hallie se adelantó en su silla y apoyó el mentón sobre los dedos unidos.

– Dije a Kindred que lo dejaría desnudo y haría que caminara tras mi caballo, con las manos atadas frente a él, atado a una soga. Le dije que montaría por todas partes… que visitaría cada alma en la aldea, que vería a todos sus parientes, sus amigos, sus enemigos, que visitaría a lord Grimsby y los establos, y que le diría a todos lo que había hecho, y que ese sería el castigo para cualquiera que intentar dañar a nuestros caballos o a nuestros jinetes. Escogió no creerme. Se rió, me dijo que era una niñita bonita, y que seguramente no podía ser una muchachita audaz.