DE LAS SEÑALES
Las señales de vida son como las señales de tránsito: por las dudas, es mejor respetarlas. Hay momentos para parar, y momentos para seguir adelante. Cuando estamos perdidos, seguimos el flujo, mas prestando atención en alguna cosa que nos irá a indicar una dirección cierta. Cuando está prohibido seguir adelante, siempre existe un camino para rodear al obstáculo. Más, como también sucede con las señales de tránsito, muchas veces encontramos que tal indicación no sirve para nada; y no la obedecemos. Violamos la luz roja una vez, otra vez, sin que suceda nada. Y nos acostumbramos a seguir así hasta que un día…
Por eso, atención. No sea imprudente con sus sueños. No use su suerte en tonterías.
DEL ESCLAVO
En la época en que trabajaba en el Sahara como piloto de aviación postal, el escritor Saint- Exupéry hizo una colecta con sus amigos de la Base Aérea; un empleado marroquí quería volver a su ciudad natal.
Consiguió juntar mil francos. Uno de los pilotos transportó al empleado hasta Casablanca, y volvió contando lo que sucedió: "Apenas él llegó, fue a cenar en el mejor restaurante, distribuyó generosas propinas, pagó bebidas para todos. Con el dinero que sobró, compró juguetes para los niños de su aldea. Este hombre no tenía el menor sentido de la economía".
"Al contrario", respondió Saint Exupéry. "Él sabía que la mejor inversión del Mundo son las personas. Gastando así, consiguió de nuevo ganar el respeto de sus coterráneos, que terminarán por darle empleo. Al final de cuentas, solo un vencedor puede ser tan generoso".
DE LA PASARELA
François es cantante de ópera. Caminábamos juntos por el margen del río que baña Strasburgo. Conversamos sobre la necesidad del hombre de comprenderse a sí mismo. En determinado momento, pasamos cerca de una pequeña pasarela que cruza el río, y François comentó: "Existe quien es capaz de construir puentes entre los seres humanos. Sus trabajos repercuten durante muchos años, y ayudan a la raza humana a crecer. Todo lo que yo tengo para compartir, entre tanto, es la belleza de la música. Cuando estoy en el escenario, un lazo fino, pero suficientemente fuerte, me permite comunicar la poesía de quien escribió las Arias. La belleza nos ayuda a estar mas cerca de Dios. Ella puede no tener la fuerza de un puente, pero tiene la utilidad de una pasarela que, aunque aparentemente frágil, cumple su misión de transportar a los hombres sobre las aguas turbulentas".
DEL DIBUJO
Estoy viajando en el auto con Moebius, el ilustrador de "El Alquimista" en Francia. Llueve, y Moebius dibuja en los vidrios empañados.
"En ciertas ocasiones, el pesimismo puede ser una gran fuerza de transformación", dice él. "De tanto observar el lado oscuro de la vida, las personas acaban en el fondo del pozo. Mas, en el medio de la oscuridad total, algo tranquilizador acontece".
"Ya saben que no pueden descender más abajo". "Solo les resta una alternativa: comenzar a subir. Entonces los valores cambian, la esperanza renace, y el camino de vuelta es hecho con sabiduría".
Creo que es un proceso donde los riesgos son exageradamente grandes. Si vislumbramos una luz, es mejor dejar todo y seguirla. Pero Moebius piensa diferente, y yo resolví registrarlo aquí.
DE LA AYUDA
Mauro Salles me contó la siguiente historia reaclass="underline" Un diputado fue a contarle a Tancredo Neves que uno de sus asesores lo criticaba constantemente. Y Tancredo respondió: "¿Pero como? ¡Si aún no lo ayudé!"
Todos ya experimentamos la ingratitud. Tancredo trató el asunto con buen humor y sabiduría; otros pierden la confianza en el ser humano, y dejan de hacer cualquier cosa por los otros.
¿Ayuda saber que esto no pasa solamente con usted? Espero que sí. Porque las personas ingratas no pueden modelar nuestro comportamiento. Ellas no tienen el poder de definir nuestro carácter.
Dios, cuya opinión, en el fondo, es la única que cuenta, jamás fue ingrato con nosotros. Vamos a aferrarnos a esto; vamos a continuar intentando comportarnos de la manera que deseamos.
DE LA VEJEZ
Ana Cintra cuenta que su hijo pequeño, con la curiosidad de quien oyó una nueva palabra pero aún no entiende su significado, le preguntó: "¿Mamá, que es la vejez?". En una fracción de segundo antes de la respuesta, Ana hizo un verdadero viaje al pasado. Se acordó de los momentos de lucha, de las dificultades, de las decepciones. Sintió todo el peso de la edad y de la responsabilidad sobre sus hombros. Volvió para mirar a su hijo que, sonriendo, aguardaba una respuesta. "Mira mi rostro, hijo", dijo ella. "Esto es la vejez". E imaginó al muchacho viendo las arrugas, y la tristeza en sus ojos. Cual no fue su sorpresa cuando, después de algunos instantes, el pequeño respondió: "¡Mamá! ¡Cómo es la vejez de bonita!"
DEL MERCADO
El filósofo Sócrates, que provocó una verdadera revolución del pensamiento humano (y por causa de esto acabó condenado a muerte), era siempre visto paseando por el mercado principal de la ciudad.
Cierto día, uno de sus discípulos preguntó: "Maestro, aprendemos con el señor que todo sabio lleva una vida simple. El señor no tiene tampoco siquiera un par de zapatos". "Correcto", respondió Sócrates. El discípulo continuó: "Entre tanto, todos los días lo vemos en el mercado principal, admirando las mercaderías. ¿Será que podríamos juntar dinero para que pueda comprar algo?". "Tengo todo lo que deseo", respondió Sócrates. "¡Más adoro ir al mercado, para descubrir que continúo completamente feliz sin aquel montón de cosas!"
DE LA GENTE
Cuando usted comienza a hacer alguna cosa, siempre tiene alguien en contra. Si usted consigue traspasar las primeras dificultades, la "contra" aumenta.
Es preciso saber aprovechar esto. No beneficia el querer agradar a todo el mundo. Solo los mediocres consiguen eso, y mismo así a costa de mucho sacrificio personal. Tampoco beneficia quedarse resentido, u odiar a quien no lo ama. Convénzase de que esto hace parte del trabajo. Use la energía de la "contra" para adiestrar su voluntad, para ser más profundo y más serio lo que está haciendo. Aproveche.
Entre tanto, si este tipo de contra puede apartarlo de su camino, es porque no era su camino. Si lo fuese, solo la mano de Dios podría haber hecho alguna cosa en contra.
DE LA VERDAD
Márcia Frerias recuerda la historia de un hombre que se acercó a Sócrates: "¡Cómo soy amigo suyo, preciso contarle algo!" "¡Espera!", dice Sócrates. "¿Y las tres pruebas?" ¿Ya has hecho la primer prueba, que es saber si lo que me cuentas es verdad?" "Bien, no tengo absoluta certeza, más oí decir…" "¿Entonces hiciste la segunda prueba?". La prueba de la bondad. ¿Lo que me contarás será bueno para mí?". "No… mucho por lo contrario…". "Si no hiciste la prueba de la verdad o de la bondad, con certeza hiciste la de la utilidad. ¿Lo que me contarás es útil?" "¿Útil?", dijo el visitante. "Bien, útil no es". "Entonces", concluyó el filósofo sonriendo, "si el asunto no es verdadero, no es bueno, tampoco útil, es mejor no preocuparse por él".
DE LOS DESAFIOS
Acepte los desafíos. Y no olvide: existen momentos en la vida en que precisamos más de la bravura que de la prudencia. Ciertas decisiones precisan ser tomadas con el fuego de la emoción.
Entre tanto, estamos acostumbrados a decir: "es preciso calma. Tengo que estar preparado para esto". Nadie consigue prepararse directamente para nada. Existen muchas cosas que pueden ser planeadas, pero tampoco siempre es lo mejor que la vida nos ofrece. Una aventura mágica, donde todo conspira para ayudarnos a dar un gran salto sobre el abismo, siempre surge inesperadamente, y parte luego. Su presencia fue resultado de un trabajo invisible que realizamos, sin que nos diésemos cuenta. Es tomarlo o dejarlo para siempre. Claro que nos podemos caer en el abismo. ¿Pero qué, en esta vida, no es arriesgado?