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William Blake decía: "El tonto no ve el mismo árbol que el sabio ve". Me costó entender esto, pero acabé aprendiendo.

DE LA MUJER

Yo siempre quise conocer a la mujer que, en la noche de la Masacre de Candelaria, surgió como Angel de la Guarda de los niños de la calle.

Durante una cena, alguien me presentó: "Esta es Ivonne". Yo saludé formalmente a la recién llegada, y continué conversando con mis amigos. Ella, sin comentarios, se apartó. Cuando íbamos saliendo de la fiesta, mi mujer comentó: "entonces, ¿te gustó conocer a la mujer que tanto admiras?" Y me di cuenta de mi error.

En ese mismo momento, la busqué entre los invitados, e Ivonne Bezerra de Mello se quedó sabiendo de mi admiración por su resistencia y coraje.

Mas, al volver a casa, pensaba: ¿cuantas veces en mi vida estuve delante de algo que era importante para mí y no lo percibí?

DE LA MATER CHRISTI

Conocí a Regina Sylvia en la época hippie, cuando nuestras mentes vivían pobladas de dioses astronautas, purple haze y discos voladores. Regina caminó por muchas rutas esotéricas y místicas. Hoy está en Pirenópolis (Goiás), dirigiendo una comunidad Cristiana, volcada a la devoción de María.

"La conversación no es un momento apenas, es un trabajo para toda la vida", dice ella. "Porque es preciso estar siempre comprendiendo lo que el corazón quiere manifestar. Si dejamos de escuchar nuestro corazón, la conversación también se detiene".

"La palabra conversación viene de metanóia, que en griego quiere decir: cambio de mentalidad. Dios nos da la conversación por la gracia, y nosotros le retribuimos con la acción. No es un camino fácil, el trabajo es semejante al de transformar un desierto en un bosque; pero, si la gente lo permite, el Espíritu Santo se encarga de esto".

DE LA VIDA

Tal vez usted diga: " Bien, mi vida no está exactamente de acuerdo con mis expectativas".

Si, entretanto, la vida le preguntase: "¿que es lo que tú has hecho por mí?". ¿Cuál sería la respuesta?. No adelanta querer acortar el camino: es preciso equilibrar el Rigor y la Misericordia, disciplina y entrega. Nada sucede sin esfuerzo, ni siquiera los milagros. Para que un milagro ocurra es preciso tener fe. Para tener fe, es preciso vencer la barrera de los preconceptos. Para derrumbar barreras, es preciso coraje. Para tener coraje, es preciso dominar el miedo. Y así sucesivamente.

Vamos a hacer las pases con nuestros días. Es preciso no olvidar que la vida está de nuestro lado. También ella quiere mejorar. Vamos a ayudarla.

DE LA DESFIGURACIÓN

Cuidado, porque los símbolos se pueden transformar en trampas.

En el libro "Cántico para Leibowitz" todo pasa en un futuro distante, mil años después de que la actual civilización ha sido destruida. Sus habitantes usan antiguos cables de computadora enrollados en el cuello, porque, dice la tradición, esos cables contenían sabiduría.

Jorge Luis Borges también habla de la transformación de los símbolos: la cruz, un instrumento de tortura, se volvió a un instrumento de fe. Una flecha asesina ahora apenas indica una dirección.

Una leyenda Zen cuenta la historia de un maestro que siempre mandaba a atar a su gato, que perturbaba la meditación de los discípulos. El tiempo pasó, y el maestro murió. El gato también murió, y trajeron otro. Cien años después, alguien escribió un tratado respetadísimo, sobre la importancia de tener un gato atado durante una meditación.

DEL CAMINO

La tradición oral listó los diez pasos del Camino espirituaclass="underline" La inquietud: la persona percibe que precisa cambiar de vida, sea por tedio o por sufrimiento. La Búsqueda: viene la decisión del cambio. La búsqueda se da con libros, cursos, encuentros. La decepción: comienzan los cambios de camino. Aquel que está buscando percibe los problemas y defectos de los que enseñan. Por más que cambie de corriente filosófica, religión, o sociedad secreta, encuentra los problemas clásicos: vanidades y búsqueda de poder. La negación: es común abandonar el camino después de constatar que los que están en ellos aún no resolvieron sus problemas. La angustia: el camino fue abandonado, mas una simiente fue plantada: la fe. Y crece día y noche. La persona se siente disconforme, con una sensación de que descubrió algo y lo perdió.

DEL CAMINO

Anteriormente listé cinco de los diez pasos del camino espirituaclass="underline" inquietud, búsqueda, decepción, negación y angustia. Concluyo con los cinco pasos siguientes: El retorno: por causa de otra ruptura seria (una tragedia, un éxtasis, etc.) la persona descubre que su Fe está viva. Y la fe, si fue bien cultivada, resiste a cualquier decepción. El maestro: el momento más peligroso. Los maestros son apenas personas experimentadas. El camino es individual, mas, en este momento, puede desvirtuarse, y volverse colectivo. Las señales: el camino se muestra por sí mismo. A través de las señales, Dios le enseña lo que precisa saber. La noche oscura: son hechas las elecciones. La persona cambia su vida y da sus pasos, a pesar del miedo. La Comunión: es el momento en que, como decía San Pablo, la propia Divinidad pasa a habitar en la persona. El misterio de los milagros se manifiesta con toda su maravilla y grandeza.

DEL PAN

Los ejércitos de Alejandro Magno, se preparaban para tomar una ciudad en África. Mas las puertas se abrieron, sin resistencia; la población era casi toda femenina, ya que todos los hombres habían muerto en los combates contra el Conquistador.

En el banquete de la victoria, Alejandro pidió que le trajesen pan. Una de las mujeres trajo una bandeja de oro, cubierta de piedras preciosas, con un pedacito de pan al centro. "¡No puedo comer las piedras preciosas ni el oro, lo que pedí fue pan!", bramó. Y la mujer respondió: "¿Alejandro no tiene pan en su reino? ¿Precisaba venir a buscarlo tan lejos?"

Alejandro continuó sus conquistas, pero, antes de partir de allí, mandó a grabar en una piedra: "Yo, Alejandro el Grande, vine hasta África para aprender con estas mujeres".

DE LA PRINCESA

Llegué a New York, y supe que mi editora americana reservó en el clásico hotel Waldorf Astoria. Cuando la puerta del ascensor se abrió en mi piso, vi que estaba repleto de guardias de seguridad, con armas a la vista. Descubrí, por una camarera, que una princesa árabe estaba allí. Me hice millares de fantasías de como debía ser una princesa, hasta que un día la vi en el corredor: una señora gorda, fea, con los pies hinchados, y un séquito cuidándole cada paso. Una amiga que estaba conmigo consiguió hablar con ella; supimos que la seguridad no la dejaba ir a la calle, que soñaba con ir a un cine, y que la primera extranjera con la que conversaba era con mi amiga. Los guardaespaldas llegaron luego, interrumpiendo la conversación, además de revisarnos en búsqueda de armas ocultas. Fue la única princesa de verdad que conocí en mi vida.

DEL SACO

Uno de los rituales de iniciación de hechiceras consistía en colocar a una novicia en un gigantesco saco, colgando de un árbol. Durante la noche entera, mientras danzaban, las hechiceras giraban los bolsos.

Esta costumbre surgió de repente, sin ninguna base en la Tradición Oral. Por eso, su validez es muy cuestionada. H. Muller, estudioso de magia, arriesga una explicación: "A medida que el saco iba girando, la novicia perdía el sentido de dirección. Ella intentaba quedar de pié dentro del saco, mas suelo era flexible. El espacio era gigantesco, porque era oscuro; al mismo tiempo, era pequeño, porque su mano tocaba las paredes del saco. Así, eliminado por completo el sentido de tiempo y espacio, la novicia estaba más abierta para una nueva percepción de la realidad".