Anthony de Mello, es autor de excelentes libros, con historias de diversas tradiciones. En la dedicatoria de una de ellas, sintetiza, con rara belleza, la importancia de la religión: "No puedo esconder a los lectores mi condición de sacerdote católico. Peregriné por un buen tiempo, y libremente, por tradiciones no cristianas, y hasta mismo no religiosas. Ellas me enriquecieron, y ejercieron gran influencia en mi manera de pensar. La iglesia, sin embargo, es mi lugar espiritual. Tengo noción de todas sus limitaciones, y hasta mismo de su estrechez ocasional, lo que me deja confuso. Pero esto nunca destruirá el hecho de que fue ella la que me formó, me moldeó e hizo de mí lo que soy".
Practique su religión, sea cual fuera. Todos precisamos de un lugar espiritual.