Miro para el piso: el empedrado estaba hecho de lajas iguales, sin ninguna decoración especial. No quiero decepcionar a mi amigo, pero no consigo ver nada más en aquella plaza.
Robert explica: "Se llama el Monumento Invisible. Grabado en la parte de abajo de cada una de estas piedras, existe el nombre de un lugar donde los judíos fueron muertos. Artistas anónimos crearon esta plaza durante la Segunda Guerra, e iban agregando las lajas a medida que nuevos lugares de exterminio eran denunciados. Aunque nadie lo viese, aquí quedaba el testimonio".
DEL TRADUCTOR
Durante una conferencia en Toulose, soy presentado al traductor de mis libros para el sueco. Descubro que sirvió como piloto en Inglaterra, durante la II Guerra Mundial. Después, resolvió mudarse para Recife, donde vivió más de veinte años.