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—Creo que el agente Everard se refiere a hijos aquí, en Tiro Chaim Zorach—. Antes de venir de Sidón, tomamos un barco, como tú, porque íbamos a convertirnos en moderadamente visibles en la sociedad. Con discreción, compramos un par de niños a un tratante esclavos y los hemos hecho pasar por propios. Tendrán una vida buena como podamos procurarles. —Se callaban que, probablemente eran los sirvientes quienes se encargasen de educarlos; sus padres adoptivos no podían permitirse depositar en ellos demasiado amo Eso nos evita parecer poco naturales. Si desde entonces la matriz de esposa se ha cerrado, es un infortunio común. A veces me tratan de tonto por no tomar una segunda esposa o, al menos, una concubina, pero en general los fenicios se preocupan de sus propios asuntos.

—Entonces, ¿os gustan? —preguntó Everard.

—Oh, sí, en general sí. Tenemos excelentes amigos entre ellos. Mejor que así sea, siendo éste un nexo tan importante.

Everard frunció el ceño y chupó con fuerza de la pipa. La cazo¡ se había puesto cómodamente cálida en su mano, encendida corno pequeño fuego de hogar.

—¿Creen que es lo correcto?

Los Zorach parecieron sorprendidos.

—¡Claro que lo es! —dijo Yael—. Sabemos que lo es. ¿No te lo explicaron?

Everard escogió con cuidado sus palabras.

—Sí y no. Me pidieron que investigara el asunto y, tras aceptar, me empapé de toda la información sobre la época. En cierta forma, fue demasiada información; se me hizo difícil ver el bosque entre los árboles. Sin embargo, por experiencia sé que es mejor evitar las grandes generalizaciones antes de una misión. Podría ser difícil distinguir los árboles entre la espesura, por así decirlo. Mi idea era que, después de salir de Sicilia y tomar el barco hacia Tiro, tendría tiempo para digerir la información y formarme mis propias ideas. Pero no salió bien, porque el capitán y la tripulación eran tan infernalmente curiosos que tuve que dedicar todas mis energías mentales a contestar sus preguntas, que en ocasiones eran difíciles, sin dejar escapar nada. —Hizo una pausa—. Eso sí, el papel de los fenicios en general, y de Tiro en particular, en la historia judía es… evidente.

Aquella ciudad pronto se convirtió en la principal influencia civilizadora en el reino que David había formado a partir de Israel, Judá y Jerusalén, su principal ventana al mundo exterior y punto comercial. Ahora Salomón continuaba la amistad de su padre con Hiram. Los tirios suministraban la mayoría de los materiales y casi toda la mano de obra especializada para construir el Templo, así como estructuras menos famosas. Se embarcarían con los hebreos en empresas de exploración y comerciales. A Salomón le adelantarían una infinidad de bienes, una deuda que sólo podría pagar cediéndoles una veintena de sus poblados… con las implicaciones a largo plazo que eso tuviese.

Las sutilezas eran más profundas. Las costumbres, ideas y creencias de los fenicios permeaban todas las regiones cercanas, para bien o para mal; el mismo Salomón ofrecía sacrificios a sus dioses. Yahvé no se convertiría realmente en el único Dios de los judíos hasta que el cautiverio en Babilonia los obligase a ello, como forma de preservar una identidad que diez de sus tribus ya habían perdido. Antes de eso, el rey Ajab de Israel tomaría a la princesa tiria Jezabel como su reina. El terrible recuerdo que habían dejado no era merecido; la política de alianzas extranjeras y tolerancia religiosa que intentaron establecer bien podría haber salvado al país de su posible destrucción. Por desgracia, chocaron con el fanático Elías; «el mulá loco de las montañas de Gilead» como lo llamaría Trevor—Roper. Y, sin embargo, si el paganismo fenicio no hubiese desencadenado su furia, ¿hubiesen los profetas creado la fe que duraría miles de años y transformaría el mundo?

—Oh, sí —dijo Chaim—. La Tierra Santa está repleta de visitantes.

La base de Jerusalén está abarrotada de forma crónica. Intenta regular el tráfico. Aquí recibimos muchos menos visitantes, en su mayoría científicos de distintas épocas, comerciantes de obras de arte y similares, y el ocasional turista rico. Sin embargo, mantengo que este lugar, Tiro, es el verdadero nexo de esta época. —Con dureza añadió—: Y parece que nuestros oponentes han llegado a la misma conclusión, ¿no?

La desolación se apoderó de Everard. Debido exactamente a que la fama de Jerusalén, a los ojos del futuro, ensombrecía Tiro, aquella estación tenía menos personal que la mayoría; por tanto, era terriblemente vulnerable. Y si realmente era la raíz del mañana y la raíz se cortaba…

Los hechos pasaron por su mente con tanta viveza como si ya no los conociera.

Cuando los humanos construyeron su primera máquina del tiempo, mucho después del siglo natal de Everard, los superhombres danelianos llegaron desde un momento aún más en el futuro para organizar la fuerza policial de los caminos temporales. Recopilaría conocimiento, daría guía, ayudaría a los necesitados, frenaría a los malvados; pero esas bondades eran un añadido a su verdadera función: preservar a los danelianos. Un hombre no perdía el libre albedrío simplemente por viajar al pasado. Podía afectar el curso de los acontecimientos tanto como antes. Cierto, éstos tienen su momento, y es enorme. Las pequeñas fluctuaciones desaparecían con rapidez. Por ejemplo, si un individuo normal había muerto joven o había vivido durante mucho tiempo, si había prosperado o no, eso no generaba una diferencia importante varias generaciones después. A menos que ese individuo fuese, digamos, Salmanasar, Gengis Kan, Oliver Cromwell o V.I. Lenin; Gautama Buda, Confucio, Pablo de Tarso o Mahoma; Aristóteles, Galileo, Newton o Einstein… Si cambias algo así, viajero del mañana, te encontrarás donde estás, pero la gente que te produjo ya no existe, nunca existió, y por delante no hay más que una Tierra completamente distinta, y tú y tus recuerdos demuestran la no causalidad, el caos definitivo que esconde el cosmos.

Ya antes, en su propia línea de mundo, Everard había tenido que detener a los atrevidos e ignorantes para que no produjesen ese caos. No eran demasiado habituales; después de todo, las sociedades que poseían el viaje en el tiempo por regla general examinaban con cuidado a sus emisarios. Sin embargo, era inevitable que se produjesen errores en el curso de un millón de años o más.

Así como crímenes.

Everard habló despacio.

—Antes de entrar en detalles sobre esa banda y sus operaciones…

—Sobre los escasos detalles que tenemos —murmuró Chaim Zorach.

—… me gustaría tener alguna idea del razonamiento. ¿Por que eligieron Tiro como víctima? Es decir, aparte de por su relación con los judíos.

—Bien —dijo Zorach—, para empezar, considera los acontecimientos políticos en el futuro. Hiram se ha convertido en el rey más poderoso de Canaán y esa fuerza le sobrevivirá. Tiro rechazará a los asirios cuando lleguen, con todo lo que eso implica. Llevará el comercio por mar hasta Bretaña. Fundará colonias, la principal de las cuales será Cartago. —Everard apretó la mandíbula con fuerza. Conocía, por ratones personales, lo importante que iba a ser Cartago en la historia—. Se someterá a los persas, por razonable voluntad propia, y entre otras cosas proveerá la mayor parte de la flota cuando ataquen Grecia, Ese esfuerzo fracasara, claro, pero imagina cómo hubiese sido el mundo si los griegos no se hubiesen enfrentado a ese desafío en particular. Con el tiempo, Tiro caerá ante Alejandro Magno, pero sólo después de metes de asedio… un retraso en su avance que tendrá incalculables consecuencias.

»Mientras tanto, como estado fenicio más importante, será crucial la divulgación de las ideas fenicias por todo el mundo. Sí, las legará a los mismísimos griegos. Conceptos religiosos corno Afrodita, Adonis, Heracles y otras figuras tuvieron su origen en divinidades fenicias. El alfabeto, una invención fenicia. El conocimiento de Europa, África y Asia, lo traerán los navegantes fenicios. Están los progresos en construcción de barcos y navegación.