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Activó el atril y tecleó Chalmers.

La bibliografía era inmensa: artículos, entrevistas, libros, videos, una biblioteca de comentarios, diplomáticos, históricos, biográficos, psicológicos, psicobiográficos. Historias, comedias y tragedias, todos los géneros, incluyendo una ópera. Una infame coloratura terrana para sus pensamientos.

Apagó el atril, horrorizada. Respiró hondo durante unos minutos, lo activó de nuevo y pidió el archivo. No soportaría ver ninguna imagen; estudió la lista de artículos de revistas populares, escogió uno al azar y empezó a leer.

Nació en Savannah, Georgia, en 1976, y creció en Jacksonville, Florida. Sus padres se divorciaron cuando él tenia siete años, y se quedó con su padre. Vivían en unos apartamentos cerca de Jacksonville Beach, una zona de edificios de estuco barato construidos en la década de 1940, detrás de un viejo paseo marítimo lleno de puestos de gambas y hamburguesas. Pasó algunas temporadas con unos tíos que vivían cerca del centro de la ciudad, dominado por los grandes rascacielos levantados por las compañías de seguros. La madre se trasladó a Iowa cuando él tenía ocho años. Su padre se unió a Alcohólicos Anónimos tres veces. Frank fue delegado de curso en la escuela secundaria, y capitán de los equipos de fútbol y de béisbol, en los que jugaba como centrocampista y de catcher. Lidero el proyecto para eliminar los jacintos que asediaban St. John River. «¡El artículo sobre él en el anuario del ultimo curso es tan extenso que uno sospecha que tiene que estar equivocado.» Fue admitido en Harvard y le concedieron una beca, después de lo cual lo transfirieron al MIT, donde se licenció en ingeniería y astronomía. Durante cuatro años vivió solo en una habitación encima de un garaje en Cambridge, y de ese período apenas se sabe nada; muy pocos parecían haberle conocido.

«Pasó por Boston como un fantasma.»

Después de salir de la universidad, aceptó un trabajo en el Cuerpo de Servicio Nacional en Fort Walton Beach, Florida, y fue entonces cuando saltó a la escena nacional. Dirigió uno de los mejores programas de trabajo social asociados con el CSN, la construcción de viviendas para los inmigrantes caribeños que desembarcaban en Pensacola. Allí lo conocían miles de personas, al menos en su faceta laboral. «Todo el mundo coincide en que era un líder carismático, un trabajador incansable en favor de la integración de los inmigrantes en la sociedad norteamericana.» Fue en esos años cuando contrajo matrimonio con Priscilla Jones, la hermosa hija de una influyente familia de Pensacola. La gente habló de su carrera política. «¡Estaba en la cima del mundo!»

En 2004 el CSN estaba acabado, y en 2005 empezó su preparación como astronauta en Huntsville, Alabama. Su matrimonio se rompió ese mismo año. En 2007 ya era astronauta, y rápidamente ocupó un cargo en la «administración de vuelo». Una de sus misiones espaciales más largas fueron las seis semanas que pasó en la estación espacial norteamericana con su camarada John Boone, ya entonces una estrella en ascenso. Chalmers se convirtió en director de la NASA en 2015, y nombraron a Boone capitán de la estación espacial. Chalmers y Boone defendieron el proyecto «Marte Apolo» ante el gobierno estadounidense, y después de que Boone aterrizase por primera vez en el planeta, en 2020, ambos formaron parte de los Primeros Cien y fueron a Marte en 2027.

Maya se quedo mirando los nítidos caracteres romanos. Los artículos decían que perdió el trabajo y el matrimonio en el mismo año. Habría que mirar con más detalle ese 2005. Después parecía bastante claro que se había encerrado en sí mismo. Eso era lo que significaba generalmente ser astronauta, en la NASA o en Glavkosmos tratando siempre de conseguir más tiempo en el espacio, metiéndose en la administración para conseguir el poder para hacerlo… La breve descripción de ese período de su vida concordaba con el Frank que ella había conocido. No, la clave estaba en la juventud, la niñez. Era difícil imaginar cómo sería Frank entonces.

Volvió al índice y recorrió la lista de material biográfico. Había un artículo titulado «Promesas rotas: Frank Chalmers y el Cuerpo de Servicio Nacional». Maya tecleó el código y el texto apareció en pantalla. Lo ojeó rápidamente, hasta que tropezó con su nombre.

Como muchas personas con problemas estructurales en su vida Chalmers afrontó sus años en Pensacola ocupando los días con una actividad incesante. Si no tenía tiempo para descansar, no tenía tiempo para pensar. Ésa había sido una estrategia eficaz para él desde sus tiempos en la escuela secundaria, cuando además de sus actividades académicas dedicaba veinte horas a la semana a un programa de alfabetización. Y en Boston sus múltiples ocupaciones académicas lo convirtieron, en palabras de un compañero de clase, en un «hombre invisible». Se sabe menos de ese período de su vida que de cualquier otro. Parece ser que vivió en su coche durante el primer invierno en Boston, usando los aseos del gimnasio del campus. Sólo después de que se confirmara su transferencia al MIT se tiene una dirección de él…

Maya apretó la tecla de avance rápido.

La costa de Florida era una de las zonas más deprimidas de la nación en los comienzos del siglo XXI, la inmigración caribeña, el cierre de la base militar local y el paso del huracán Dale se sumaron para causar una gran miseria. «Te sentías como si estuvieses trabajando en África», declaró un voluntario del Cuerpo de Servicio Nacional. En los tres años que pasó allí tenemos una visión de Chalmers como criatura social, ya que consiguió fondos de ayuda federal para desarrollar el programa de empleo que tuvo un gran impacto en la zona, ayudando a los miles de personas que vivían en refugios provisión antes del paso del Dale. Los programas de formación enseñaron a la gente a construirse sus viviendas, a la vez que adquirían conocimientos que utilizar en cualquier lugar. Los programas fueron muy populares entre los beneficiados, pero la industria de desarrollo local se opuso a ellos. Chalmers fue, por tanto, una figura controvertida, y en los primeros años del nuevo siglo aparece a menudo en los medios de comunicación locales defendiendo con entusiasmo el programa y mostrándolo como parte de un esfuerzo popular de acción social. En el artículo para el Walton Beach Journal escribía: «La solución evidente es concentrar todas nuestras energías en el problema y trabajar de manera sistemática. Es necesario construir escuelas para que nuestros hijos aprendan a leer y enviarlos a la universidad para que se conviertan en médicos que nos curen y abogados que nos defiendan, y así el resultado será equitativo. Tenemos que ser autosuficientes». Gracias a los resultados en Pensacola y Fort Walton Beach, el CSN consiguió más fondos de Washington y de las corporaciones participantes. En su momento álgido, en 2004, el CSN de la costa de Pensacola daba empleo a 20,000 personas, y fue uno de los principales factores responsables de lo que se dio en llamar «el renacimiento del Golfo». El matrimonio de Chalmers con Priscrilla Jones, vástago de una de las viejas familias adineradas de Panamá City, simbolizo la nueva síntesis de pobreza y privilegio en Florida, y los dos fueron una pareja notable en la sociedad de la Costa del Golfo durante casi dos años.