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Al regresar a nuestro pueblo, Amalfi, la vida nos cambi para siempre. Nosotros no asocibamos a la guerrilla con gente mala, nuestra visin de ellos dio un giro radical.

Fidel buscaba desesperado los primeros veinte millones de pesos que le pedan las FARC. Mi padre se comenz a enfermar durante el cautiverio. Sufra problemas de gastritis, pues haba decidido no comer nada y no hablar con sus captores. Dur meses sin pronunciar una palabra. Durante el secuestro vomit seguido y padeci una intensa gripa. A finales del mes de agosto, dos meses despus del secuestro, mi hermano complet el primer pago y, confiado, le entreg a las FARC el dinero. Fidel acariciaba la posibilidad de tener pronto a mi padre de regreso. En este rescate todos sus amigos colaboraron con dinero. Era el primer secuestro que se vea en Amalfi.

Pero transcurran los das y no sonaba el telfono. Paturro tampoco daba razones. Hasta que lleg la segunda boleta. Las FARC pedan cincuenta millones de pesos ms por el rescate de mi padre. Con esta respuesta, Fidel presinti que la situacin tenda a agravarse: Aqu van a secuestrar a alguien ms de la familia. La guerrilla tiene gente en las ciudades y en los pueblos, dijo.

Fidel no tena ese dinero. Sin embargo, entre amigos y la Caja Agraria, obtuvo en un mes treinta millones prestados.

La guerrilla recibi el dinero por segunda vez en octubre y slo hasta los primeros das de diciembre nos dio la fecha de entrega. Fidel intua que pap estaba muerto porque la segunda vez le pidieron una cantidad de dinero superior. Pero Paturro nos insista en la efectividad del segundo pago y prcticamente nos prometi que pap regresara para Navidad. l consolaba a mi madre y nos llenaba de esperanza a todos.

Yo recuerdo esos momentos y me da rabia. Paturro sabe que yo no lo quiero, y que agradezca que mi mam est viva porque si no, yo lo recojo.

Fidel apost que en esta ocasin s lo devolveran. Crey tanto que despus de ese da, pleno de pesimismo, le o decir: Si pagamos treinta millones, gastmonos unos doscientos mil pesos en una fiesta para recibirlo. Se organiz una reunin con la familia y los amigos para recibir al viejo. Pero en el monte algo terrible ya haba sucedido.

Mi padre decidi rebelarse y no caminar ms. Ya no coma y continuaba enfermo. Cada da estaba peor. En ese instante se present una escaramuza entre ellos y un frente del ELN que bajaba por el ro Arenas Blancas, una lamentable equivocacin. Los guerrilleros del Cuarto Frente de las FARC crean que se trataba de un operativo militar y estimaban que nosotros tenamos alguna influencia. Presionaron al viejo a caminar pero l continu rehusndose. Si le hubieran dado oportunidad, estoy seguro de que se les hubiera volado. Recuerdo que siempre deca: Hasta que la ltima gota de sangre corra por las venas de uno, uno est vivo.

Los guerrilleros del frente se reunieron a analizar la determinacin de mi viejo y le consultaron a un comandante guerrillero que hoy hace parte del secretariado de las FARC. ste, de manera cobarde, no dud en ordenar la muerte de pap por radiotelfono. Antes de ser asesinado, lo insultaron repetidamente con algo que para un campesino como l era imposible ser: Oligarca hijueputa. Luego lo hicieron arrodillar y le metieron un disparo por la espalda. Cobardes, asesinos a mansalva! Fue un tiro de fusil Mini-14, el ms comn en la poca. El cuerpo lo dejaron ah tirado; le echaron algo de tierra y unas hojas de maleza para taparlo a medias. Slo un campesino que sembraba maz en un tajo cercano, escuch la escaramuza, los gritos y el disparo. En la tarde, movido por la curiosidad, camin por la zona y logr ver el cadver de mi padre boca abajo, con una herida mortal entre el pecho y la espalda. El viejo an permaneca con las manos atadas. Fue asesinado a traicin!

Al da siguiente, cuando los guerrilleros de las FARC se percataron de que la escaramuza no haba sido producto de un operativo militar, regresaron por el cadver. Se lo llevaron con el nico fin de negociar sobre el cuerpo fro de mi padre el segundo pago del secuestro. Mantenamos la ilusin de verlo con vida, pues nos prometieron que lo entregaran sano y salvo para Ao Nuevo. Fidel pag los treinta millones sin saber que mi padre estaba muerto. El viejo nunca lleg, y la fiesta se qued hecha.

Pasaban los das y se haca ms fuerte el temor de estar tratando de rescatar un cadver. Por eso Fidel reuni a los hermanos para decirnos: Preparmonos para lo peor. Si no devuelven a pap, es posible que toque pelear con esta gente, y si hay que pelear, al que encuentren lo van a matar. La vida pblica para los hermanos Castao se acab. Luego supimos que la orden despus del secuestro era acabar con los Castao.

El siete de febrero de 1980 lleg Paturro con la ltima carta de las FARC, ocho meses despus del secuestro. Cuando Fidel la recibi en la mesa del comedor, la abri y -ansioso- la ley, pero rpidamente su rostro se enfureci y mantuvo la mirada fija en la hoja mientras la empuaba en su mano para destruirla, arrugndola con los dedos. Tir al piso la boleta y con la misma rabia tom un lpiz y en una hoja de cuaderno escribi mientras deca en voz alta: Nunca he tenido esa plata y si la tuviera algn da, sera para combatirlos a ustedes. Fidel Castao.

Fidel nos ocult la boleta, pero luego asegur que pedan por mi padre cincuenta millones de pesos ms. Ya se haban dado cincuenta y l intua que pap ya estaba muerto. Las FARC queran una excusa para no tener que darnos un cadver. Fidel le entreg la carta a Paturro y le dijo: Tome y llvela. No hay nada ms que decir.

Parte de lo que le cuento, lo supimos despus de localizar al campesino que lo vio el da de su muerte. Nos trajo hasta el sitio donde lo vio sin vida, y no encontramos nada.

Hemos luchado hasta hoy para encontrar el cadver de mi padre y todava no descartamos la posibilidad de hallarlo. Si lo arrojaron al ro Bagre, como dicen, ya no hay nada que hacer. Pero, al parecer, fue otro cuento que empez a regar las FARC para que no lo buscramos ms.

Interrumpamos un momento. Estoy seco! Voy a tomar un poco de agua. No es fcil para m contar esta parte de la historia.

Visiblemente afectado, Castao se par hasta una pequea nevera al lado del comedor. Regres con dos botellas de agua en la mano y como quien quiere terminar de relatar algo que al evocar lo atormenta, dej una en la mesa, se bebi la mitad de la otra y, sin mediar palabra, continu:

-As naci nuestro problemita con la guerrilla; ah comenz la venganza de los hermanos Castao. Nunca nos devolvieron el cadver de mi padre, y durante esos meses las FARC reg el cuento de que por la carta de Fidel lo haba asesinado. Pero nadie confirmaba la mala noticia y el cuerpo nunca apareci. Nuestra venganza dur dos aos. Encontramos y ejecutamos a todos los que participaron en el secuestro. Slo queda uno vivo.

Durante el primer ao fuimos una organizacin de espritu exclusivamente vengativo, y cuando ya habamos ejecutado a la mayor parte de los asesinos de mi padre, comenzamos a ser justicieros. La venganza como tal no conduce a nada. Pretendamos tambin hacer justicia, lo que siempre ha faltado. No queramos ver a otras familias sufrir la tragedia que padecimos con nuestro padre. Nos enfrentamos a la guerrilla a muerte. Decidimos proteger a la familia cercana: primos y tos; posteriormente, comenzamos a preguntarnos: Qu le puede pasar al pap de este amigo o de este otro que nos han ayudado tanto? Descubrimos que exista un grupo de personas que defender; encontramos una causa.

Yo me olvid del estudio y de mi sueo de ser profesor. Le ayudaba a mi hermano Fidel en el Bar Minero, cargaba canastas de cerveza, bajaba cajas y haca el aseo. No era la primera vez que trabajaba. Cuando el precio de la leche bajaba, mam haca queso en la casa y yo recorra el pueblo vendiendo. Cmo aoro esa poca de sueos hermosos.