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Mi vida se parti en dos: antes y despus del secuestro de pap. Ahora tena un solo norte: encontrar a los secuestradores del viejo en la guerrilla.

Mi hermano Manuelito y mis primos Hernando y Panina no estaban. Fidel slo me encontr a m, me dio un revlver 38 recortado y me dijo: Hermano, Conrado fue el guerrillero que secuestr a pap, el mismo que lo sac de la finca. El juez penal lo va a soltar y no hay ms de otra: Lo vamos a matar! Nos corresponde en nombre de la autntica justicia moral, actuar como jueces y aplicar el castigo: su ejecucin.

Tres das atrs, habamos denunciado a Conrado Ramrez, que se paseaba por el pueblo, vestido de civil con camisa y pantaln blanco, llevaba un sombrero barbisio de color negro y beba desenfrenado en el bar La Cantina, al frente del almacn Singer, en la plaza principal de Segovia. Con mi hermano Fidel fuimos al batalln y le informamos al Ejrcito que de inmediato lo captur y lo puso a rdenes de un juez.

Fidel fue el primero en querer declarar en su contra, pero el juez lo inhabilit con un rebuscado y absurdo argumento: Usted es hijo de la vctima. Su declaracin est viciada por el dolor y no sirve. A m slo me dijo que por ser menor de edad no me poda tomar ninguna declaracin. Buscamos a los trabajadores de la finca, a los mismos ordeadores que Conrado amenaz con un fusil cuando secuestr a pap, pero tenan pavor de declarar en contra de un guerrillero. Las FARC controlaban la regin y en Segovia la mayora de los cargos pblicos eran ejercidos por gente suya camuflada en los partidos polticos tradicionales. Conrado Ramrez haba trabajado en la finca de mi padre y el da del plagio iba encapuchado, pero los trabajadores lo reconocieron. Nos juraban en privado que Conrado era uno de los responsables, aunque jams lo diran ante el juez, un reconocido militante de las FARC que se esconda en el Partido Liberal. Lo que yo bautic como guerrilla institucionalizada. La ausencia de justicia fue el detonante de lo que sucedera horas ms tarde: La primera ejecucin extrajudicial de la Autodefensa en nombre de una autntica justicia que no existe an en Colombia, pues hoy los fiscales y jueces actan por dinero o presiones polticas.

Eran casi las seis de la tarde y ya estaba oscureciendo cuando dejaron libre a Conrado. Fidel y yo no bamos a permitir que se escapara. Lo estbamos vigilando. Mi hermano cargaba una pistola y yo, el revlver 38 recortado. Dispuestos a vengar el secuestro de pap, lo seguimos hasta la calle principal del pueblo repleta de hospedajes, miscelneas y ventas ambulantes de ropa, en casetas instaladas al borde de la acera. El guerrillero entr a las residencias Fujiyama y de inmediato Fidel me dijo: Carlitos, ste aqu se muere. Pngame atencin. Yo me hago en la esquina de arriba y usted en la de abajo. Conrado tiene que salir en cualquier momento. Si sale para su lado, le toca a usted; si sale hacia arriba, a m. Listo?. Fidel se acomod y yo me ubiqu en la esquina que me corresponda. Tena tanto miedo que me sudaban las manos, y en mi mente slo repeta un deseo: Dios mo, que no salga para ac, que no salga para ac. Afortunadamente camin hacia el lado de Fidel. Mi hermano ejecut al sinvergenza ese la misma noche que fue dejado en libertad. Nos toc correr mucho para escondernos, pero no tuvimos ningn inconveniente a la hora de volver. La muerte de Conrado le encant al pueblo entero y a los militares, ms. Trataron de investigar quin haba sido pero todos guardaron silencio y algunos hasta lo celebraron. Como sucedi en la obra maestra del teatro espaol del siglo XVIII Fuenteovejuna. Flix Lope de Vega relata cmo en el pueblo de Fuenteovejuna un hombre comete un asesinato en contra del enemigo de todos, y cuando la justicia les indag a sus habitantes quin fue, contestaron todos a una, Fuenteovejuna, Seor. As sucedi con el pueblo de Segovia.

Quince das despus, llegamos a la base del Ejrcito y nos convertimos en los mejores guas e informantes que tuvieron las fuerzas armadas anexas al Batalln Bombon. Nos presentamos: un muchacho Vanegas, lamentablemente hoy preso, tres trabajadores de la finca, Fidel, mi primo Panina, H2 y yo. Como guas del Ejrcito, les empezamos a mostrar quines apoyaban a las FARC, dnde guardaban la municin, en qu lugar dorman los guerrilleros. En esa poca posaban de civiles y guardaban el fusil en las casas, vivan en las afueras del pueblo y los llamaban guerrilla perifrica. Con nuestros datos los capturaban y algunos lograron ser procesados. No sumbamos en la Autodefensa ms de diez personas. En ese momento nuestra pequea organizacin era legal y an no era delito defender la propia vida en Colombia.

Nuestra venganza continu despus de la muerte de Conrado. Uno a uno fueron ejecutados los secuestradores de mi padre. Obtuvimos informacin que nos condujo a saber quines participaron de manera directa. La segunda ejecucin fue la del negro Clemente, que se realiz en una carretera entre Segovia y la vereda El Caaveral. La tercera fue la de un alias Mortio, otro guerrillero que particip en el secuestro. La cuarta fue la de Miguel Gonzlez. Este sinvergenza era un trabajador de la finca de pap. Fingi no saber nada, pero desde tiempo atrs incitaba a la guerrilla para que secuestrara al viejo. Con su intencin buscaba quedarse con la finca El Hundidor. La quinta ejecucin fue la de alias Man, el vigilante de mi padre, aquel que ms lo maltrat y le deca: Oligarca hijoeputa.

La captura de un guerrillero nos conduca a otro, y poco a poco descubrimos lo que realmente sucedi con mi padre. Confirmamos que lo haban matado a sangre fra cuando pactamos con un comandante guerrillero la entrega de informacin clave. Gilberto Aguilar, alias Montaez, fue el comandante que decidi volterseles a las FARC y nos entreg a los dems secuestradores de pap. Montaez ingres despus a las filas de la Autodefensa y hoy est preso. Lo conocamos desde que mi hermano Manuelito haca caminatas juveniles y sin malicia con el Cuarto Frente de las FARC. Su testimonio fue fundamental para encontrar a los autores intelectuales, entre los que estaba Gilberto Gallego, el presidente del sindicato de trabajadores de la Frontino Gold Mine. Fue un caso muy sonado en aquella poca. Gallego era dueo del teatro municipal donde proyectaban pelculas de corte comunista y all, a la salida del teatro, en plena plaza se le dio de baja. Recuerdo que los sindicatos paralizaron a Segovia durante tres das. Luego vino la sptima ejecucin, otro sindicalista gestor del secuestro de mi padre. Ellos eligieron a mi padre como un candidato para plagiar. As fue como nos arruinaron la vida!

Quedaron algunos que despavoridos huyeron, pero a m nunca se me olvida lo que hicieron. Por eso, cinco aos ms tarde, retuve durante tres aos a la familia de otro de los gestores intelectuales del plagio. Al final decid devolverlos porque todo indicaba que ya haba muerto. Nadie saba de l.

Otros tres guerrilleros que estaban el da que se llevaron a pap, murieron de viejos. A uno ms lo mat las FARC por indisciplinado. El penltimo lo vine a encontrar hace poco tiempo; le estoy hablando de 1995, casi 15 aos despus de la muerte de mi padre. El tipo era recluso de la crcel de Bellavista, en Medelln, y no fue complicado ejecutarlo. Pusimos a un bandido a robar en el municipio de Barbosa, que ingres por el techo de una casa efectuando el mayor ruido posible, se rob una plata. Pretendamos que lo capturaran para enviarlo a la crcel, pero la Polica nunca lo cogi y nos toc mandarlo nuevamente a robar. Esta vez s lo detuvieron. Logramos que lo mandaran a la prisin de Bellavista y pagamos 5.000 pesos para que lo cambiaran de celda. All cumpli su misin, aunque se le fue la mano: le meti treinta pualadas al secuestrador. Como a los dos aos, sacamos a ese muchacho de la crcel.

As transcurrieron los primeros aos despus de la muerte de pap. Iniciamos la respuesta a una guerra que nos desataron, y nuestro sentimiento antisubversivo creci antes que apaciguarse. ramos unos pistoleros vengadores con una causa por la justicia. As de sencillo!