-No s si sea un privilegio, pero veo algo y siempre lo recuerdo; para m no pasa casi nada inadvertido en la vida, quiz por eso retengo tan bien muchas cosas. Mi pap me ense de pequeo que no se deca Colombia sino mi Colombia; nunca le o decir el pas, siempre deca nuestro pas. l tena sentido de pertenencia y repeta que esto era nuestro y que me corresponda cuidarlo. Quiz de ah venga algo de mi fascinacin por lo que hago y por los smbolos patrios. Siempre fui primero y segundo en la Normal de Menores, ic bandera tres veces en un ao, pocos repetamos, y los que lo hacamos, portbamos el asta por el patio principal de la escuela. Me condecoraron con dos medallitas y un escudo. Los smbolos me han emocionado siempre! Me aprend el Himno Nacional completo, la estrofa que ms me gusta es: Bolvar cruza el Andes, que riegan en dos ocanos, espadas cual centellas fulguran en Junn, centauros indomables descienden de los llanos y empieza a presentirse de su epopeya el fin. No he olvidado el mensaje de Simn Bolvar.
Teresita, quien est aqu con nosotros, fue la primera persona que me inform sobre la muerte de Fidel, ella era la esposa de mi hermano Ramiro. Se qued con nosotros y ha sido la lder de toda nuestra reforma agraria en Crdoba, cuando Fidel regal diez mil hectreas de tierra y fund un colegio. Ella adelanta otras obras sociales que se han hecho en la zona. A Ramiro, su esposo, lo mataron a los veintisis aos, sala de la feria de ganado donde trabajaba, cuando varios hombres le dispararon. Yo vena de la zona rural, y, cuando llegu a la casa, en el barrio Las Vegas, de Medelln, mam me esperaba con el peridico El Colombiano. En la seccin de sucesos breves, apareca el nombre de mi hermano, y doa Rosa me dijo: Mijo, tienen a Ramiro en la crcel.
Yo le bien y me di cuenta de que ella no entendi la noticia del peridico: Los vecinos escucharon el tableteo, mientras llegaban las autoridades. Ella no logr comprender el trmino tableteo. A m me entr un fro impresionante. Mam crea que estaba detenido, cuando estaba muerto.
Despus fallecieron Eufracio de treinta aos y Reynaldo de veinticuatro. Ellos traan unas armas del departamento del Guaviare, en el sur del pas. Iban a comprar unos fusiles brasileos a unos traficantes de armas en plena selva, pero los vendedores resultaron ser guerrilla y a la hora del negocio los mataron.
El caso de mi hermanita, la menor de la casa, tambin le dio muy duro a mi mam. A Rumalda no le gustaba andar con escolta en la universidad EAFIT. Uno de esos das, al salir de clase, como a las dos de la tarde, un grupo de guerrilleros la secuestr y, al tratar de sacarla de la ciudad, en un descuido de los tipos, a ms de setenta kilmetros por hora, ella abri la puerta y se les tir del carro. Era una Castao.
Doa Rosa escuchaba de lejos el relato de su hijo, se acerc a la silla donde estaba Carlos Castao y le dijo mientras le acariciaba la cabeza.
-Ay, mi nio, a usted le ha tocado estar en todas las tragedias de la familia.
-Bueno, mam, nos vamos, porque tengo el anillo de seguridad muy disperso y no estoy tranquilo. Cudese, mi viejita, hasta luego, Manuelito.
Castao se despidi de doa Rosa, como si en la noche regresara; le dio un abrazo, un beso en la frente y no la volvi a mirar. Su rostro, piel canela, curtido por los aos, se torn nostlgico. Doa Rosa se llev continuamente su mano a la boca y giraba la cabeza de izquierda a derecha, pero conservaba la mirada fija en nosotros. Yo nunca dej de mirarla, tena una bata blanca larga. Inmersa en una expresin de angustia. El estruendo de una escolta ms numerosa, por lo menos veinte hombres en dos camionetas de estacas, contrastaba con el silencio de doa Rosa en la puerta del corral, donde inclin su cuerpo para recostarse en la madera y pensar lo que, segn Castao, siempre se pregunta al verlo partir: Ay, Dios mo, quin sabe qu cosa mala va a pasar este ao.
Nos alejbamos en silencio de la casa de su progenitora. Nuevamente Castao haba fracasado en su intento de llevrsela ms cerca al monte, donde podra visitarla seguido.
-Doa Rosa siempre me dijo que el gran sueo de Fidel fue ser un hombre rico, y lo fue. Todas estas tierras por donde nos movemos ahora fueron de Fidel y, antes de morir, las regal. Se donaron ms de diez mil hectreas de tierra a los campesinos. Haba que mostrar en las regiones que lo nuestro funcionaba, y donar la mitad de lo que l tena era la mejor estrategia, sa fue la famosa reforma agraria del 91, en Crdoba.
Al entregarle tierra a ms de cinco mil familias y mucho ex guerrillero reinsertado del grupo EPL, sin duda, captbamos fuerza social, y fuerza social es poder. Adems, bamos desvirtuando el discurso de la guerrilla; ellos decan que nosotros ramos unos terratenientes y una antirreforma agraria. Teresita ha estado al frente de Funpazcor, la fundacin para la paz de Crdoba. Desde la muerte de Ramiro, mi hermano, ella se ha convertido en la gran canalizadora de recursos, siempre lcitos para nuestra obra social, que, a la postre, acrecienta el apoyo popular a la organizacin en Crdoba.
-Y qu pas con el resto de las tierras de su hermano?
-Cuando Fidel muri, dej unas veinte mil hectreas de tierra, treinta mil cabezas de ganado y unos doscientos millones de pesos guardados. La mayor parte de su fortuna estaba en obras de arte, pero casi todo se la gast en la guerra.
Antes del secuestro de pap, Fidel no le quitaba un peso a nadie, era un hombre rebuscador, pero despus todo cambi. Mi hermano nunca busc la guerra como una forma de hacer negocio y volverse un hombre rico, l se la encontr en el camino.
Lo primero que uno descubre es que ninguna guerra se financia lcitamente. Jams! Generalmente, todos los ideales son nobles y, aunque no siempre son los ms justos, tienen presentacin. Le voy a contar cmo se comenz a financiar esta guerra. A los 16 aos, mi hermano se fue de la casa. Cuenta don Efran Ruiz, el mejor amigo de pap, que un da Fidel se apareci con un maletn de mano en la carnicera y le dijo: Qu hubo, viejo? Qu ms, Fidel? Contme, le contest don Efran desde el mostrador, cuando, de manera directa, mi hermano le pidi su ayuda: Viejo, es que necesito que me prestes dos mil pesos, que me voy para Medelln. No me vas a decir que no y tampoco le digas a mi pap. Eso no le va a gustar a don Jess y yo no tengo toda esa plata. Entonces Fidel le insisti decidido: Me la vas a prestar, s o no?
Don Efran no crea que mi hermano sera capaz de dejar el pueblo e irse a andar la ciudad. Pero, al verlo salir con el maletn hacia la parada de buses escalera, sac dos mil pesos del producido y lo sigui. Cuando lo vio subirse al bus, que iba para Medelln, se le acerc preocupado, pues le daba pesar dejar ir al muchacho sin el dinero, le sonri y le dijo: Fidel, cre que no era verdad, me los pagas cuando puedas.
Cinco aos ms tarde, Fidel volvi a la casa, pag los dos mil pesos con intereses y le compr la mitad de la finca a mi pap; mont el bar en Segovia y se dedic a trabajar, de sol a sol. Se meta a la finca a levantar el ganado y en la feria revenda reses.
Nunca tuvo nimos expansionistas, pero vino el secuestro y asesinato de nuestro padre, y mi hermano cambi. Comenz el enfrentamiento con la guerrilla y se convirti en lo que fue, hasta el da de su muerte: una mquina de hacer plata.
A partir de ese momento entend que siempre es ms sucio financiar la guerra que hacerla. Tuvimos una mina de oro en Amalfi, con papeles y todo, no daba oro, pero justificaba los robos de mercanca que haca Fidel en Medelln, con un camin que tuvo en compaa con don Efran. Un da robaban llantas, otro plantas elctricas, despus lotes de motobombas. Con la mina de oro se justificaba la plata y toda se le inverta a la guerra. Rob madera toda la que quiso, compraba una buena cantidad en efectivo a buen precio y luego mandaba a unos trabajadores en la noche y se llevaba el resto. Imagnese que lleg hasta tener distribuidora de maderas en Bogot. Haca lo mismo con piedra Peldar y lleg a producir aguardiente chiviado en su propio alambique. Era un gran tahr y robaba jugando cartas al marcar el pker. Se llevaba caballos de una regin y los cambiaba con alguien que se los robaba en otra.