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-A diferencia de la opinin de muchos, la lucha armada ha repercutido sobre nosotros dos. Nos ha hecho ms sensibles. En la guerra uno siempre est dando de baja al enemigo o pensando en destruirlo y eso no es fcil de asimilar como cotidianidad. Piensan que uno es insensible ante la muerte, pero yo he puesto el pecho en el combate y visto caer al compaero herido, tambin he recogido a mis muertos. Por esto uno busca incansablemente caminos para acabar el conflicto; queremos que termine rpido pero no de una manera entreguista.

-La visin de Carlos es ms amplia que la ma, pues su formacin es distinta. l naci en el conflicto y calcula lo que nosotros no alcanzamos a percibir, por una razn simple: ya ha pasado por ah.

-La nica persona que se alegr cuando recib mi primer orden de captura fue Carlos. Ya tengo otro amigo que me acompae por aqu en el monte, me dijo.

-El paso de la legalidad a la ilegalidad f00ue uno de los momentos ms difciles de mi vida. Confrontar a mi familia fue un choque violento. Me vi obligado a reunirlos y explicarles que desafortunadamente era inevitable el sacrificio. No Existe otra forma de poner un granito de arena para resolver el conflicto armado. Cuando mis seres queridos lloraron, no me lamentaba por m, me doli la orden de captura por ellos. Ese da tambin llor por mi familia. A veces pienso si vale la pena tanto esfuerzo y sacrificio por esta causa pero la duda desaparece. Estoy convencido de que si esto continuara como cuando no estuvo la Autodefensa, mis hijos tendran un pas an ms deshecho.

En que momento se le ocurre tomar las armas y le entrega su vida a la Autodefensa, porque usted ya vive en el monte como Castao?

Cuando me grado en ESATEC como administrador agropecuario y regreso a Crdoba. Ya en Bogot haba estudiado algunos semestres de ingeniera civil en la Universidad Javeriana y un ao ingls en la Universidad de Pittsburgh. En aquella poca la guerrilla visitaba la finca y si uno no se dejaba extorsionar lo secuestraban durante tres das, mientras la familia mandaba el dinero. A m me mantuvo secuestrado varios das la guerrilla del EPL hasta que mi familia mand los cinco millones que pedan.

Mientras estuve cautivo les pregunt si esa era la forma de arreglar el pas, y me contestaron que s. Entonces les contest: si ustedes quieren cambiar a Colombia, a los que tienen que enfrentar es a los polticos corruptos que se roban la plata de nuestros impuestos, no a los ganaderos; nosotros no tenemos la culpa de lo que pasa.

Me senta impotente y vulnerado. Me afectaba profundamente ver que todo lo que produca con el sudor de mi frente en la finca se lo robaba la guerrilla. Me iban a quitar el futuro de mis hijos. No poda agachar la cabeza como los dems ganaderos, sin enfrentar el problema. Comprend que si el estado no cumple con su obligacin de defender la integridad y los bienes de los ciudadanos honestos y trabajadores, nos toca defendernos por nuestra cuenta. Yo ya andaba fastidiado con la guerrilla y al terminar un largo da de trabajo tres subversivos llegaron a decirme que el comandante quera hablar conmigo en el monte. Salido de mis casillas desenfund una escopeta recortada y les dije mientras les apuntaba con el arma: si ustedes me quieren llevar me tienen que cargar muerto, pero para llevarse mi cadver primero yo disparo esta escopeta y los borro. Dgale a su comandante que si quiere venga para conversar y arreglar las diferencias que tenemos, pero aqu! .

Los guerrilleros se fueron para donde su comandante aterrados, pues lo que yo haba hecho era completamente inusual. Cuando se fueron, yo mand un nio de la finca para que los siguiera hasta una escuelita de un pueblo cercano. Me fui para el batalln en Montera. Yo an no tena nada que ver con los Castao y su Autodefensa. Le inform a un coronel amigo en qu sitio se ubicaban los guerrilleros y le cont lo acontecido, y me dijo: Hermano esa actitud suya es bien jodida! Si va a seguir as lo van es a matar, mire que eso est mal hecho, hombre

Cmo estaramos de desprotegidos que un coronel del Ejrcito le deca a uno esa vaina. Le insist que los capturara pero me dijo:

Yo no tengo guas y adems esa zona donde estn es jodida

Cuando le dije que yo serva de gua creo que al coronel le dio vergenza y no le qued de otra que armar el operativo.

Llegamos al sitio donde se escondan los guerrillos y el Ejrcito los encendi a plomo. Dieron de baja a los cinco guerrilleros.

Pas por el batalln al da siguiente y me previno el coroneclass="underline"

-Hermano, usted se meti en la verraca, o se para y pelea contra la guerrilla o venda y vyase de aqu porque si no, lo matan.

Le contest: yo no s pelear y no me voy a ir de mi tierra Qu vamos a hacer?

-La nica opcin es comprar unos revlveres y unas escopetas, yo le doy aqu los salvoconductos.

Como yo no me iba a dejar matar, al otro da contrat y arm un grupo de ex soldados como guardaespaldas.

Seis das despus, un grupo de cinco guerrilleros llega a la finca para matarme, pero yo ya estaba armado con mis hombres y preparado para combatir. Mis muchachos mataron a dos subversivos y los otros tres se volaron. Ese da consegu mis primeros dos fusiles y les dije a mis guardaespaldas: Nos montamos en el lomo del tigre y si nos bajamos nos come el tigre, nos toc fue galopar, pelaos.

El cuento se reg y muchos ganaderos comenzaron a visitarme y a proponerme que por qu yo no lideraba ese proceso en la margen izquierda del ro Sin porque Fidel Castao lo haca en la margen derecha. Yo acept, y empez a salir plata para armas y radiotelfonos. Creamos un fondo al cual todos le aportbamos una cuota y de all se le pagaba el sueldo a los siete hombres con los que comenzamos. El nmero de ex soldados ascendi a 15. Cuando nos reunamos, yo les deca: la guerrilla se asusta como nosotros y tambin tienen pecho por donde el plomo entra igual.

Luego Fidel Castao me llama y me propone que trabajemos unidos en todo Crdoba. Acept porque me produca una profunda admiracin saber que exista alguien ms con el valor de enfrentarse a la guerrilla.

-Por qu le dice usted a Carlos Castao el Pelao?

Porque pareca muy joven cuando comenz, era inquieto e hiperactivo. Siempre he dicho que l se siente bien donde no est. Llega a un sitio y a las dos horas le entra el desespero por irse. Ahora es un hombre ms calmado y ecunime. El pelao y yo somos ms que amigos y hermanos, nos queremos mucho y nos protegeremos siempre. As algunas personas en el pas piensen lo contrario, mi deber es decir que es dado a unir a las personas y jams busca dividir, siempre trata de solucionar los problemas mediante el dilogo pero en un guerra irregular como sta a veces resulta difcil, porque el contrincante simplemente no quiere hablar. Hay que acabar esta guerra ya y no seguir acumulando odio.

XIX. LA DERROTA DEL ELN

Al alejarnos de la parte ms alta de la serrana, aproximndonos al plan, ver los pequeos cerros aledaos sembrados en su mayora de cultivos ilcitos.

Al acercarnos a la finca donde nos esperaba el comandante de la Autodefensa del Sur de Bolvar, el panorama apareca impresionante. Se divisaban los sembrados de coca pintados de verde intenso casi fosforescente. Cada sembrado luca, desde el aire, como un cuadrado imperfecto trazado por un nio de knder.

Minutos ms tarde aterrizamos y cerca al helicptero nos esperaba el comandante Julin, un hombre alto, mono y de ojos verdes. Si no es porque en Antioquia y en los departamentos del Viejo Caldas es comn encontrar personas de tez blanca y ojos claros, pensara que era un extranjero vestido de camuflado.

Castao me lo present con el protocolo acostumbrado y de prisa, como huyndole al sol canicular. Caminamos hacia la sombra de un rbol frutal donde nos haban preparado una sencilla mesa de plstico.

Sentados, Julin le hizo un obsequio a Castao:

-Comandante, le tengo este detalle, un escudo de las Autodefensas.

A simple vista no tena nada de especial. Era un pequeo rectngulo con las letras AUC en altorrelieve, pareca de oro. Castao lo mir pensando quiz que se pareca al de su sombrero. Pero de pronto exclam: