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En el transcurso de mi vida, en medio de la guerra, siempre he estado dispuesto a dialogar con mis enemigos y a perdonarlos si es el caso. Cada vez que se quiera hablar civilizadamente conmigo, yo estoy dispuesto. Eso es una actitud perenne de paz. Antes de ordenar la ejecucin de una persona, he procurado buscar alternativas para abstenernos. En la guerra irregular que padecemos, y que yo no comenc ni establec sus condiciones, a veces hay que matar personas. Siempre he buscado que en lugar de ejecutar cuarenta, caigan veinte que sean en realidad subversivos. Admito que en algunos casos se han cometido errores, pero tambin se le ha respetado la vida a un gran nmero de enemigos, que al final se han apartado del conflicto o unido a nosotros.

El ultimo da que usted y yo nos vimos antes de la renuncia, me ocurri este episodio con Ernesto Bez.

Me pregunt: Hombre, qu hiciste con el muchacho que capturamos y dice ser el hijo de Gabino, el comandante del ELN? Entonces le contest:

Hombre, yo liber a ese muchacho.

Ernesto mir a Julin y le reclam: no le dije que lo matramos!

Yo no dije nada ms y tampoco les expliqu que no crea que fuera hijo de Gabino, y si lo era, slo tena 16 aos de edad, le faltaba un ojo, le quedaban apenas tres dedos en su mano derecha y su mente andaba descompuesta. Lo haban capturado herido despus de colocar tres minas quiebrapatas, por una camino de las Autodefensas. Si esperaban castigo para l, ya Dios le haba dado el ms ejemplar de todos. Si se queran hacerlo sufrir slo tenan que dejarlo vivo. Yo no le iba a hacer ese favor. Y con lo expresado, no soy el ms caritativo; hasta perverso fui.

Ya que tocamos un ejemplo de Derecho Internacional humanitario aplicado, le comento que el pas debe estar muy agradecido con la Cruz Roja Internacional. Ellos han logrado regular el conflicto y han sido un apoyo para el sector de las AUC que ha luchado por disminuir la violacin del DIH.

A travs de ellos me entero de dnde, cmo y quines producen los excesos en la Autodefensa. Esta ONG s tiene presencia permanente en el pas y no esconde ningn inters. Ha aportado mucho en el esfuerzo de disminuir la dureza de la guerra. Lstima que sus archivos sean privados y slo en casos extremos se divulguen. Si esto llegara a suceder, el pas y la comunidad internacional se formara una visin ms realista del conflicto colombiano.

Mientras sigamos abandonados por la proteccin del Estado, tenemos que actuar en una guerra cuyo guin rara vez decidimos. Sin embargo, nuestra preocupacin constante se basa en poder actuar de manera consecuente con nuestras convicciones y que en cada acto nuestro se obedezca a la deliberacin de la razn y no a la rabia del corazn.

Usted de verdad cree que podr ganar la guerra? -le pregunt a Castao.

Cuando enfrentamos a las guerrillas como Autodefensas, chocamos con el punto de vista de quienes consideran que cualquier esfuerzo militar est condenado a causar ms desangre al pueblo colombiano y que la mejor forma de evitar el derramamiento de sangre sera aceptar las condiciones de la subversin. A lo que yo respondo: A las guerrillas hay que mostrarles su propia naturaleza mortal, contestarles del mismo modo para que se pongan a negociar en serio y no nos sigan mamando gallo. Aqu la realidad de la guerra no est en discusin. S que es difcil ganarla rpidamente y algunos creen imposible triunfar. Pero lo que debe quedar claro es que con las FARC, no pelearla implicara perderla. Si admitimos como hiptesis que no fuese posible para el Estado o la antisubversin civil armada vencer en esta guerra, ojo! que tambin la podemos perder por W si a la subversin no se les hace frente. Por eso contino demostrndole a la guerrilla que la cosa no es mamey.

Por qu cree que la lucha de las guerrillas es reconocida polticamente y la de ustedes an no, si los dos grupos armados violan el DIH y en el fondo persiguen un objetivo similar, aunque cada uno a su manera?

Grocio, en su obra Jure Pacis, cita el ejemplo de un estado que vive la disyuntiva entre libertad y paz. Entonces dice que ste debe optar por la paz as implique la esclavitud de su pueblo, ya que la vida de todos sus ciudadanos debe preservarse como el bien ms sagrado.

Con lo anterior es evidente que los idelogos revolucionarios y los defensores de los derechos de algunos humanos se basan en la doctrina grociana para conseguir que el pueblo, en aras de la anhelada paz, renuncie a defenderse. Lo curioso es que, generalmente, los mismos que en aras de la paz buscan que la gente renuncie a hacer la guerra, aun a costa de la libertad, estn defendiendo la posicin de quienes desarrollan, precisamente, una guerra de liberacin! Eso es doble moral y de ah radica la inmensa contradiccin e incoherencia del enigma guerrillero en toda su precariedad argumental.

Las modernas leyes de la guerra se fundan en la llamada Clusula Martens, prembulo de los tratados de La Haya, que pretende lograr que los llamados civiles no se involucren en los conflictos. Muy bonito, pero en la prctica nos enfrentamos a una realidad que nos atropella. Entonces si los intereses de los civiles son afectados como resultado de un conflicto, como sucede en todas las guerras y ms en la colombiana, esta pretensin de quedarnos quietos termina sugiriendo que los civiles agachen la cabeza y -a cambio del respeto por sus vidas- renuncien a tomar parte activa en la resolucin de su propio destino.

El debate que ocurri en nuestro pas con las cooperativas de seguridad CONVIVIR es un ejemplo claro de hasta qu punto la norma del DIH, supuestamente creada para proteger la poblacin civil, es utilizada por los tericos de la subversin, quienes sustentaron la oposicin jurdica a las cooperativas como argumento para impedir precisamente que esa poblacin civil pueda tomar parte en el fortalecimiento de su propia seguridad, frente a los ataques y las amenazas de las cuales venan siendo objeto: llmense secuestro, extorsin, robos o asesinatos de la guerrilla.

Por eso, mientras las guerrillas en Colombia continen amenazando la vida de sus compatriotas, la reflexin tica nos dar como resultado la obligacin de defendernos de manera individual o colectiva, en espera de un Estado que de verdad nos proteja.

Con preocupacin como periodista, podra pensar que en el corazn de algunos colombianos estara naciendo un Carlos Castao antiguerrillero. Y eso es muy grave!

-Usted qu opina?

Claro que lo creo! Adems, cada da, el mismo Castao est incrementando su odio en el corazn de la contraparte. Los guerrilleros tambin tienen familia que los admiraba y ahora los llora.

Aqu no se producir nunca un conflicto fundamentalista como los de Oriente Medio, pero s morirn muchos compatriotas si no nos sentamos todos y cada uno de los colombianos a dialogar para acabar la guerra. Pero si vamos a hablar, hagmoslo de una manera sensata. Cada da que pasa hay ms razones para odiar; en el caso mo, para despreciar.

-Ya que menciona las guerras fundamentalistas de Oriente, qu efectos cree que podra tener sobre las AUC el hecho de que los Estados Unidos las haya declarado organizacin terrorista, un das antes del atentado terrorista en las Torres Gemelas de Nueva York?

-El gobierno norteamericano es consciente de que las Autodefensas no son un grupo terrorista, ni una amenaza internacional de ninguna clase. Con su determinacin lo que Estados Unidos est haciendo, en el fondo, es advertir a los narcotraficantes que ni en la guerrilla ni en la Autodefensa podrn esconderse. Ellos perciben que los narcos han penetrado ambas organizaciones. Quiz cuando transcurran los das en su lucha contra el terrorismo cambien de opinin. No lo s. Lo cierto es que ellos saben perfectamente quines son terroristas y quines no lo somos.

Los discursos que respaldan la actuacin de la comunidad internacional despus de los atentados en Estados Unidos, fundan su validez en la legtima defensa. Es un discurso de Autodefensa aplicado a la comunidad internacional, y eso -al mismo tiempo que valida nuestras tesis- nos exige ms y ms a la hora de ajustar nuestra actuacin a las exigencias del nuevo contexto mundial.