Una guerra como la que nos hemos visto obligados a llevar a cabo puede desarrollarse ms rpidamente con una estrategia de tierra arrasada, pero las consecuencias polticas haran intil el ganarla. Quien optase por esa va, podra, tal vez, ganar la guerra, pero perdera la paz, irremediablemente. Por eso la conclusin ms importante de la Cuarta Conferencia fue que nuestro avance militar tiene que ir acompaado de la consolidacin del territorio, y esa consolidacin no se logra sin una articulacin de los elementos polticos, militares y sociales. Las FARC, en cambio, para desgracia de ellos y para mal del pas, han optado por la va del terror. Crame Mauricio que "terror" y "error" estn mucho ms cerca en lo poltico que en lo gramatical.
M.A.: -Cmo ven las Autodefensas el rompimiento de los dilogos? Porque, djeme recordarle que despus de haberlos criticado durante tres aos, a mediados de enero ustedes abogaban por el reinicio de las conversaciones y la salida negociada.
C.C.: -Ah caramba! Pues el que no creysemos en la voluntad de paz de la guerrilla no quiere decir que no creamos en la negociacin poltica como solucin a los conflictos. Eso no! Los problemas de Colombia, antes o despus, pasarn por la negociacin poltica, bien sea en un dilogo del estado con los actores armados, bien en un debate poltico amplio en el congreso. Es que la negociacin es parte de todo lo poltico, como lo es la oposicin de las ideas y las formas de ver el mundo. Lo peor que nos podra pasar es que se acabase el debate dialctico, que dicho sea de paso, es lo que est matando la poltica. Ya no se confrontan ideas. Los proyectos y las futuras leyes se presentan consensuados, y es hasta mal visto cuando alguien entorpece alguna iniciativa con el debate. En parte por eso la gente est perdiendo la fe en el sistema y en los polticos. Pero volviendo al punto, nuestra oposicin era a la burla y el engao por parte de las FARC, y no a la iniciativa del dilogo y la negociacin. Cmo podramos oponernos al deseo de los colombianos? El pueblo colombiano estaba hastiado era de engaos y burlas. Es que la negociacin requiere confianza en la buena fe de la otra parte, y los colombianos nunca vimos esa buena disposicin en las FARC. Cuando abogamos por la negociacin, y lo haramos de nuevo, fuimos claros en que hablbamos de controles y verificacin de lo acordado. Hablar por hablar no esta bien, y eso Colombia lo sabe.
Por otra parte, a la negociacin se llega de muchas maneras, pero siempre partiendo de la percepcin de la posicin propia con respecto a la de los dems participantes, y uno de los ms graves problemas de las FARC es de auto percepcin. Ellos optan por el terrorismo porque creen tener la sartn por el mango. Ni aunque la visin apocalptica del vocero de las FARC en la pgina de opinin de El Espectador fuese ajustada a las verdaderas condiciones de nuestra realidad, podran doblegar a Colombia por ese camino. Ya el narcoterrorismo lo intent, y lo nico que obtuvo fue la respuesta de todos contra uno, y cuarenta millones de personas empujan duro.
M.A.: -Cul sera la razn para que las FARC opten por ese camino? Usted nos dice que estn equivocados, pero ellos tambin tienen una cpula pensante que debe haber tomado parte en las decisiones alguien, al menos alguien, debe pensar que van por la senda correcta. Qu espera usted que hagan las FARC al ser declarados terroristas por los Estados Unidos y por Pastrana?
C.C.: -Responder a su pregunta desde fuera de las FARC es una especulacin, y lo se. En mi opinin, ir ms lejos con la farsa de la negociacin los habra metido en una camisa de fuerza que no estn dispuestos a dejarse poner. Por eso desde la reanudacin de los dilogos en enero, comenzaron a trasladar sus intereses y a movilizar a sus jefes y sus rehenes hacia otros espacios, al tiempo que en un martirizante goteo de terror acercaban da a da al presidente Pastrana a la difcil determinacin del fin del proceso. Por otra parte, la creciente resistencia civil los iba poniendo en una situacin realmente comprometida como para seguir plantando cara a la opinin pblica, al tiempo que avanza la campaa poltica para presidencia siendo la dinmica predominante el ascenso de un candidato que con casi total seguridad habra hecho en agosto lo que Pastrana hizo en febrero. 5 meses ms de una ventaja estratgica no son nada despreciable, pero quemarle el volador antes de la fiesta a ese candidato s que podra valer algo.
Pero finalmente, yo creo que el factor determinante en la decisin de las FARC es el narcotrfico. Otras veces he dicho que nada que dure 50 aos sin llevar a ningn lado puede llamarse revolucin, y ahora cabe aadir que nadie puede vivir 20 aos metido en el negocio del narcotrfico sin sufrir la corrupcin y volverse narcotraficante, y eso es lo que le ha pasado a las FARC. Ellos deben debatir la opcin del dilogo, pero mientras lo que han hecho los ltimos aos siga ofreciendo tan buenos dividendos econmicos, primar la lnea de quienes creen que una guerra se gana slo con dinero, y en eso se equivocan. El derroche en estos tres aos de su poco capital poltico es decir, haber tirado por la borda el eventual apoyo internacional que les habra significado sentarse seriamente a negociar, deja claro que para ellos hoy, poco importa ser sealados como terroristas y narcotraficantes. Ese ha sido un gran error, pues ni los colombianos, ni nadie en el mundo se creern hoy el cuento de que hay un fin que justifica esos medios. Ya le deca, que la opcin por el narcotrfico y el terror demostr ser contradictoria y no reconocer los signos de ello es miopa. Pero la verdad, ellos no se han distinguido por ser propiamente visionarios.
M.A.: -Qu opinin le merece le discurso de Andrs Pastrana mostrando aeropuertos, cultivos de coca, como una explicacin de su ltima determinacin de terminar el proceso de paz?
C.C.: -Hombre, yo creo hay que apelar an a la teatralidad para justificar, no la decisin tomada esta semana, sino el hecho mismo de tomarla esta semana, y no cualquiera de los mil das transcurridos en medio de una farsa que se inici con la silla vaca.
MA.: Pero, Pastrana subi a la presidencia ayudado por la foto visitando a Tirofijo y ahora lo llama terrorista, secuestrador, traficante de cocana e incumplidor de palabra. Era ingenuidad de Pastrana, o simple estrategia electoral y slo ahora descubri quin era Tirofijo? Qu opina usted?
C.C.: -Yo a veces me emberriondo con Pastrana, como nos ha pasado a todos los colombianos en estos tres aos, pero hoy creo que l, simple y llanamente, demostr que no se llega al cielo vendindole el alma al diablo. Buena o mala fe? No s. Dicen que el camino del infierno est empedrado de buenas intenciones.
M.A.: -En el discurso, Pastrana anuncia persecucin a las FARC y a las otras formas de violencia lo cual lo incluye a usted y a las Autodefensas. Se va a enfrentar usted al gobierno?
C.C: -La respuesta a esa pregunta la conocen todos hace tiempo. No somos enemigos del estado, y si estamos luchando, es por la defensa de nuestros derechos, especialmente el derecho a la vida, y a la libertad. Con ello no vamos en contrava con el estado. Hemos actuado para corregir errores de nuestro pasado como Autodefensas, y avanzamos hacia el reconocimiento poltico con paso firme, tanto por la comunidad nacional, como por la internacional. En esas circunstancias, los lmites de un eventual enfrentamiento nuestro con el estado los seguirn definiendo las necesidades de nuestra propia preservacin. Sin embargo, y sobre todo, creo que hoy la guerra que libra Colombia es contra el terrorismo de las FARC.
M.A.: -Entonces, Las Autodefensas van a participar en esta ofensiva militar contra las FARC?
C.C.: -Yo dira ms bien que el resto del mundo se solidariza con la lucha que hemos sostenido contra ellas durante los ltimos aos. La defensa de la democracia, de la justicia y de la libertad ha sido nuestro norte siempre, desde cuando vivimos como familia la injusticia y el desamparo ante el atropello a la vida y la libertad a manos de la guerrilla, hasta la organizacin Nacional de la que ahora hacemos parte. Hoy, las dems miras apuntan todas en esa misma direccin.