Reconocer ese porqu de la lucha y descubrir su para qu es ya un avance, aunque lo hacemos de un modo tal que nos hace evocar la paradoja de otro pasaje de Cien Aos de Soledad: cuando se dispone a acordar el armisticio, al terminar de leer el documento que le ofrecen para firmar, el coronel Buenda manifiesta en su opinin un conocimiento mayor de lo poltico, adquirido en la guerra, en los pantanos, en las hmedas madrugadas de soldado en marcha y en el trance de matar o ver morir a quienes fueron sus amigos en tiempos de paz:
-Quiero decir -sonri el coronel Aureliano Buenda cuando termin la lectura- que slo estamos luchando por el poder.
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