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– Sí, y te desafío a que lo descubras tú mismo. ¿Preparado? ¡Escucha!

Amanda llevó el cursor hasta el minuto dos de la canción y pulsó la barra espadadora. La voz inconfundible y nasal del ex Beatle empezó a cantar al revés uno de los estribillos del tema.

nug eth pmuj roirepus rehtom,

nug eth pmuj roirepus rehtom.

Cuando el cursor llegó al minuto dos quince de la canción, Amanda detuvo la reproducción. Luego miró con curiosidad al policía, para ver si había descifrado el mensaje, pero su expresión de perplejidad era tal que ni siquiera le fue necesario preguntárselo.

– Yo lo pillé a la primera -se jactó Amanda-, pero tú, al ser chico, tal vez lo tengas que escuchar una docena de veces.

– ¡No, no, no me hagas pasar por este Gólgota! -suplicó, impaciente, Perdomo-. Dime lo que dice y acabemos cuanto antes.

– ¿Será posible que no lo hayas pillado? -repuso la otra, sacudienco la cabeza con incredulidad-. ¡Dicejoin usl

– ¿join us? -Perdomo estaba perplejo-. ¿«Unete a nosotros»?

– Exacto -afirmó Amanda-. «Únete a nosotros.» Te lo pongo otra vez, a ver si ahora que sabes lo que tienes que escuchar, me das la razón.

La periodista reprodujo el fragmento de nuevo y esta vez Perdomo oyó con toda claridad la voz de John Lennon al revés, susurrandojoin us. El descubrimiento le produjo una vaga desazón, ya que la voz invertida del ex Beatle sonaba antinatural, como una mezcla entre el gruñido de un jabalí y el siseo de una serpiente.

– Ahora lo he percibido con toda claridad -dijo el inspector-.Join us, no cabe la menor duda. Pero ¿qué significa «únete a nosotros»? ¿Es una especie de convocatoria?

– Evidentemente -indicó la periodista-.Y creo saber de qué clase. Lennon se veía a sí mismo como el presidente de un club de visionarios, por esoImagine, tal vez su canción más emblemática, termina diciendo:

You may say that I’m a dreamer

But I'm not the only one

Maybe someday you will join us

And the world will be as one.

Perdomo volvió a quedar deslumbrado por los conocimientos musicales que atesoraba Amanda. Sin embargo, su explicación no acababa de convencerle.

– ¿Por qué molestarse en poner al revés algo que podía ser cantado al derecho? -preguntó.

– Supongo -respondió Amanda- que porque Lennon pensaba que su mensaje mesiánico actuaría de manera más eficaz a nivel subliminal.

– ¿Qué quieres decir?

– Existe la creencia -continuó la otra-, entre muchas personas, de que los mensajes al revés, incluidos en las canciones, pueden inducir a la gente a hacer cosas, generalmente malas, sin que ellos mismos sean conscientes de por qué las hacen. Se trata de una especie de publicidad subliminal, al servicio de la subversión del orden establecido, algo de lo que, por cierto, siempre han acusado al rock and roll. Te contaré el caso más famoso. -Se colocó bien un pecho que se le estaba escapando del sujetador y siguió hablando-. En 1990, justo diez años después del asesinato de Lennon, las familias de dos chicos que se habían suicidado en Nevada demandaron a la banda de heavy metal Judas Priest, alegando que habían introducido mensajes al revés en sus canciones, para animar a sus seguidores al suicidio. Fueron absueltos, ya que el juez decretó que no hay certeza científica de que un mensaje subliminal, incluso si es percibido conscientemente, tenga capacidad para modificar la voluntad de las personas. Los miembros del grupo se defendieron con un argumento aún más inteligente: dijeron que incluir mensajes en sus discos, para animar a sus fans a que se suicidaran, sería muy poco conveniente para ellos y que, de querer insertar algún mensaje oculto, seguramente hubieran optado por «comprad más discos nuestros».

Amanda se dio cuenta de que el inspector se había quedado rumiando una idea que no se animaba a compartir con ella.

– Desembucha,darling -le dijo al fin-. No pienso dejarte salir de mi casa hasta que no me cuentes lo que estás pensando.

– Has dicho antes que Lennon se veía a sí mismo como el presidente del club de los pacifistas visionarios -dijo el inspector-. Pero ¿qué edad tenía cuando compusoHappiness is a warm gun?

– ElÁlbum Blanco -respondió Amanda- se editó en 1968, pero no hay manera de saber desde cuándo llevaba trabajando en este tema. Yesterday, por ejemplo, fue compuesta por McCartney en el 64, pero no apareció hasta el año siguiente.

– ¿Y en qué año nació Lennon? -En 1940 -dijo Amanda.

– Por tanto -concluyó Perdomo-, bien pudiera ser que Lennon estuviera invitando a sus fans a entrar en un club mucho más peligroso que el de la paz: el Club 27.

57 Soul Kitchen

Perdomo dedicó los siguientes minutos a bombardear a Amanda con preguntas acerca delbackmasking y del uso que le habían dado a esta técnica tanto los Beatles como The Walrus. De este modo pudo saber que el cuarteto de Liverpool había sido pionero en este tipo de experimentos, y que la primera vez que Lennon había usado este recurso había sido en el álbum Revolver. «Otra vez un arma de fuego», pensó Perdomo, al oír el título del disco, aunque la periodista le aclaró que la palabra se refería más a la manera en que gira un disco en el plato (como el tambor de un revólver) que al arma en sí. Al final del informe, el inspector le relató a Amanda cómo la principal línea de investigación de la UDEV había dejado de ser la de Chapman para convertirse en la del pirata informático Alex O'Rahilly, y le habló también de las enormes dificultades que existían para acceder a él, al residir en esa isla inexpugnable en que había convertido su barco Revenge.

– Pasa allí las veinticuatro horas del día -le contó Perdomo-, trabajando en los últimos retoques de su holografía interactiva. Hemos conseguido la lista de tripulantes y hay al menos dos expertos en tecnología láser.

El inspector extrajo del bolsillo de la americana el papel en el que Villanueva le había apuntado los nombres y apellidos de los tripulantes y se lo tendió a Amanda. Ésta lo cogió de manera mecánica y le echó un vistazo superficial. Pero cuando sus ojos se posaron en el quinto nombre de la lista, su expresión indolente mudó a una de incredulidad primero y de júbilo después.

– ¡El cocinero! -dijo exaltada-. ¿Has visto el nombre del cocinero?

– No sé a quién te refieres -dijo el inspector-. Sólo sé que en el barco hay tripulantes de varias nacionalidades y que ninguno de ellos tiene antecedentes penales.

– El cocinero se llama Rami. ¡Rami! ¡Rami Khayat es el cocinero delRevenge!

– ¿Y quién demonios es Rami? -preguntó Perdomo totalmente confuso.

– ¿Recuerdas que te conté que tuve un restaurante en Cadaqués? -exclamó la reportera-. ¿El que perdí jugando al póquer a manos de un concejal de urbanismo?

– Sí, me acuerdo -afirmó el inspector-. ¡No me digas que ese cocinero del que me hablaste, al que tanto echabas de menos, es el mismo que ahora prepara los estofados que se come mister Download!

– ¡Tiene que ser él! -proclamó Amanda-. ¿Cuántos cocineros tunecinos llamados Rami Khayat puede haber en el mundo? ¡Con razón no sabía nada de él desde hace tiempo! ¡El bueno de Rami está ahora mismo ganándose la vida a bordo de un barco pirata! ¡Es increíble!

Perdomo sintió cómo su corazón se disparaba a ciento cincuenta pulsaciones por minuto. Aún no tenía claro cómo lograrían ponerse en contacto con el cocinero tunecino, ni si Amanda lograría convencer a su antiguo chef para que colaborase en la investigación. Pero había que intentarlo por todos los medios posibles, se dijo, ya que por el momento era la única manera de llegar hasta O'Rahilly. Y el irlandés -la huella de oreja no dejaba casi lugar a dudas- tenía que ser investigado.