Estambres de antiguo fuego estelar,
cúmulos, supernovas,
gloriosos resplandores del pasado:
aunque muera por mí
la vida, aunque me atrapen
sus perfumes, mi gozo
nunca será más dulce,
pues todo cuanto puede
ser definido bien
es esta luz tan pura,
hendida allí donde comienza
la niebla de mi desengaño.
La perfección siempre es estéril
Por las rosas perdidas
que tejen en las ramas
su encanto solitario
sin saber qué es la vida.
Por la luz que se olvida
y es acaso un afán
de descifrar caminos
del tiempo que transcurre
en extraño silencio,
a solas con él mismo.
Como una flor, despierto
cada vez que la tarde
reposa sus colores
sobre el mundo.
¿Cómo será la eternidad que ahora
gana tiempo?
¿Cómo serán los años que no quedan?
La vida se entreabre,
sólo a mí me presagia
con las rosas perdidas
que tejen en las ramas
su encanto solitario
sin saber qué es la vida.
Epsilon Andromedae
(Distancia: 44 años-luz. Dos soles)
Salí a mirar el cielo.
Mi hijita dormía.
– Duerme, mi niña,
que no te destape
el viento, ni la lluvia,
ni el aullido
de los lobos del bosque.
Duerme, mi vida, duerme-.
Le esparcía la tarde
sus estremecimientos
a la luz solitaria.
Se deshacían las nubes
sin piedad y sin miedo.
Ah,
pobre enebro que tiene
el corazón desnudo
y no sabe cuál
ha de ser su parte
del cielo. Ah, ¿qué será de mí?,
¿adonde irán mis sueños?,
¿y quién recogerá
lo que quede de ellos
cuando la nieve borre
mi rastro,
o el aire que desprenden
las alas de los pájaros,
cuando nadie, mi niña,
vigile ya el vaivén
de tu cuna, ni cuente
los ruidos de tu cuerpo?
Diciembre es de marfil nevado
De nuevo el mismo cielo,
pero en otro diciembre,
cielo desnudo y algo oscurecido,
tan solo, a simple vista.
Una lumbre ha nacido
de la Espada de Orion.
Leve espuma de un periplo sin retorno,
indicio de frialdad y firmamento.
Fue en un campo de Escocia.
Solía, a medianoche,
tumbarme boca arriba
sobre la hierba e ir
midiendo los ángulos de las estrellas
con cuentas que ensartaba
en hilo de coser.
El Cinturón de Andrómeda
bajo el arco del cielo
fue una cinta
con la que hice dos lazos:
astronomía y música.
Principio antrópico
Tiempo abajo. Por entre eternidades
cuyo horizonte humea como fuego
Georg Heym
Guardo dentro de mí
el resplandor del cosmos,
su azul de madrugada y su horizonte,
y acaso pueda detener la noche,
hacer una amapola con sus brumas.
O abrir un agujero
en el centro del cielo
para guardar el frío
que nace de la tierra.
Acaso pueda
lograr que el firmamento
descanse en la yema de mi dedo anular.
Definición de amanecer
Todas las tardes de Junio se mueren
anocheciendo en el azur.
Unas horas después
llega la pobre madrugada,
confusa entre los rayos
de Luna que la corriente arrastra.
Alba que bordea los ríos
y escancia las nubes,
que arrecia el verdor de los paisajes,
acrisoladas gotas de sol, no, de ceniza:
la radiación perfecta de mi cuerpo
que tiembla al despertar.
Somnium
(El sueño de Kepler)
Naves celestes adaptadas a los vientos del cielo,
navegando por el firmamento llenas
de exploradores que no temerán…
Johannes Kepler
Volaré siempre hacia el Sur,
mientras el viento
asciende como un himno hacia las nubes.
No haré caso a los pájaros,
hay lugar en sus ojos
para la perdición.
Sus espectros encienden las estrellas.
Espigas de coral
en el umbral remoto de la Tierra,
alfileres sucios
que la nieve abandona
a la penumbra de los tilos.
Lo que sobra de la inmensidad del espacio.
Alas y dientes.
Nubes y tormentas
El cuadro sin contornos
del paisaje nocturno
irrumpe en la perfecta
mansedumbre del mundo.
Luego llega el silencio
y me tapa los ojos,
como si transcurriera,
durando para siempre,
el desierto por ellos.
En los aleros del crepúsculo
he dejado tendidos
valor y lealtad,
pues lo he perdido todo,
como si alguna vez
hubiese sido mío.
Razón de vida
La razón de mi vida
podría resumirse en
los nombres
de unos tipos de Quarks:
arriba,
abajo,
extraño,
encantado,
belleza y
verdad.
Condición límite
La vida nunca da
consejos y, aunque no
tengo prueba ninguna
de que sea mentira,
ella siempre se calla.
Su rigor insensato
contrario a la pureza
contiene bruscamente
al amor y trabaja
a sus órdenes.
Me
asombra que la vida
sea tan misteriosa
aún sabiendo que todo está perdido.
Campo lejano del Tucán
Mis sueños vagan
por prados tejidos de sigilo,
desnudos noche y día,
sin poder encontrar
el camino de vuelta
al hogar.
Pero mi cuerpo nunca
olvida que ha crecido
bajo estas nubes rotas,
entre bosques que usurpan los senderos
a la Tierra sembrada de rocío.
Perseo en el cielo boreal
Soy valiente, y soy triste,
apenas un zarcillo de sol,
admiro el fondo del mar
y la paz de la noche,
me aferró a las copas de los árboles
que arrasa el viento,
viajo hasta la orilla
de la cúpula celeste.
Me lancé como un tigre
por los cielos vacíos,
me perdí en las distancias:
el tiempo no me importa
pues entiendo
el sueño eterno de su acopio de luz.
Nebulosa de la Laguna,
(Al sur de la nube de Sagitario)
Así, la belleza del mundo,
en él pintan las dunas
una infinitud de ausencias,
y un resplandor violeta
mantiene prisionero al horizonte.
Bastaría una grieta en mi mirada
para poder partir la Luna en dos,
pero
sale entera la Luna entre los huesos
contados del cielo de Septiembre.