Выбрать главу

Estrechó otra vez efusivamente la mano al párroco, y se alejó.

El entierro se efectuó tal como los «muchachos» deseaban. Jamás se había visto en Virginia City otro igual. Todos los comercios cerraron sus puertas, los instrumentos de viento lanzaban al aire la armonía de tristes marchas, la carroza fúnebre estaba cubierta por negros crespones, las banderas a media asta. En la luctuosa comitiva figuraban nutridas formaciones de militares, bomberos, miembros de sociedades secretas en uniforme, bombas de incendio enlutadas, coches con delegaciones de las autoridades y ciudadanos ocupando toda clase de vehículos o bien a pie. Éste grandioso desfile atrajo una ingente multitud de espectadores que se agolpaban por las calles, ventanas y hasta sobre los tejados. Aun después de muchos años, cuando se quería ponderar en Virginia City el fausto y la grandiosidad de un espectáculo, se tomaba el entierro de Buck Fanshaw como punto de comparación.

Scotty Briggs marchaba detrás del féretro formando parte de la presidencia del duelo. Cuando terminó la oración fúnebre y se hubo rezado la última plegaria por el alma del difunto, dijo, en voz baja y con profunda emoción:

—Amén. Los irlandeses quedan excluidos.

Este había sido el lema favorito del difunto y Scotty lo repetía en aquel momento, probablemente para honrar la memoria de su desaparecido amigo.

En los años que siguieron se distinguió Scotty Briggs por el hecho de ser el único entre todos los matones de Virginia City que hizo gala de sentimientos cristianos, dedicándose a la enseñanza de la Religión. El hombre que por su propio impulso e innata hidalguía había tomado siempre partido en favor de los débiles para defenderlos contra sus enemigos, podía llegar a ser un magnífico miembro de la comunidad cristiana. Su conversión no disminuyó ni su valor ni su generosidad; por el contrario, les dio una dirección más inteligente al tiempo que encontraba otro amplio campo en su nueva actividad. ¿Es de extrañar que su clase dominical progresara mucho más que las otras? No lo creo. Hablaba a los cachorros de minero en un lenguaje que ellos entendían muy bien.

Un mes antes de su muerte tuve la suerte de poderle escuchar mientras explicaba a su clase la bella historia de José y sus hermanos, de memoria, sin mirar el libro. Dejo al lector que imagine él mismo la impresión que las ardientes palabras salidas de la boca del celoso maestro, en su extraña jerga, producían en los pequeños escolares, que le escuchaban con admirada atención, pendientes de sus labios, y ni él ni ellos sospechaban siquiera que la narración bíblica estaba sufriendo una interpretación que habría asombrado a José y a sus hermanos si hubieran podido oírla.

El diario de Adán y Eva

Extracts from Adam's & Eve's Diaries

I. Extractos del diario de Adán

Lunes. La criatura nueva de pelo largo es bastante entrometida. Siempre anda por ahí y me sigue. No me gusta esto; no estoy acostumbrado a la compañía. Me gustaría que se quedara con los demás animales… Nublado hoy, viento del este; creo que tendremos lluvia… ¿Tendremos? ¿Nosotros?¿De dónde saqué esa palabra? Ahora recuerdo: la criatura nueva la usa.

Martes. Estuve viendo la gran cascada. Es lo mejor de la hacienda, creo. La criatura nueva la llama Cataratas del Niágara: no estoy seguro de por qué. Dice que Pa— recelas Cataratas del Niágara. Eso no es una razón, es simple imbecilidad y atolondramiento. Yo mismo no tengo la menor oportunidad de nombrar nada. La criatura nueva nombra todo lo que aparece, antes de que yo pueda protestar. Y siempre ofrece el mismo pretexto: pareceeso. Está el dodo, por ejemplo. La criatura dice que en cuanto uno le da un vistazo "parece un dodo". Sin duda el animal tendrá que quedarse con ese nombre. Me fatiga discutir sobre el asunto y tampoco sirve de nada. ¡Dodo! No se parece a un dodo más que yo.

Miércoles. Me construí un refugio contra la lluvia, pero no pude tenerlo para mí en paz. La criatura nueva se metió. Cuando traté de echarla volcó agua por los agujeros con los que mira y se la quitó con el dorso de las zarpas, e hizo un ruido como el que hacen los otros animales cuando están con pena. Me gustaría que no hablara; siempre está hablando. Esto suena como una agresión barata a la pobre criatura, un desprecio; pero no es lo que pretendo. Nunca antes oí la voz humana y cualquier sonido extraño y nuevo que se entrometa con el silencio solemne de estas soledades ensoñadas me ofende el oído y parece una nota en falso. Y este sonido nuevo es tan cercano a mí; está justo en mi hombro, justo en mi oído primero de un lado y después del otro y estoy acostumbrado sólo a sonidos que están más o menos lejos de mí.

Viernes. Poner nombres sigue sin cesar, haga lo que haga yo. Yo tenía un nombre muy bueno para la hacienda y era musical y hermoso:

Jardín del Edén.

En privado, sigo llamándolo así, pero ya no en público. La criatura nueva dice que es todo bosques y rocas y paisaje y por lo tanto no se parece a un jardín. Dice que Pa receun parque y que no se parece a nada sino a un parque. En consecuencia, sin consultarme, le ha dado un nombre:

Parque de las cataratas del Niágara.

Me parece que es algo bastante arbitrario. Y ya hay un carteclass="underline"

No pisar el césped

Mi vida ya no es lo que era.

Sábado. La criatura nueva come demasiada fruta. Lo más probable es que nos quedemos cortos. Otra vez hablando de "nosotros": esa es su palabra; también la mía, ahora, de tanto oírla. Buena cantidad de niebla, esta mañana. Yo no salgo en la niebla. La criatura nueva sí. Sale con cualquier clima y entra después con los pies embarrados. Y habla. Solía estar tan agradable y tranquilo aquí.

Domingo. Logré resistirlo. Ese día se va poniendo cada vez más difícil. Fue elegido y puesto aparte en noviembre pasado como día de descanso. Yo ya tenia seis de esos a la semana, antes. Esta mañana encontré a la criatura nueva tratando de bajar manzanas con terrones del árbol prohibido.

Lunes. La criatura nueva dice que su nombre es Eva. Me parece muy bien, no tengo objeciones. Dice que es para llamarla, cuando yo quiero que venga. Le dije que entonces era superfluo. Es evidente que la palabra hizo que me respetara más; y en realidad es una palabra grande, buena y que soportará la repetición. Me dijo que no es una criatura, es una Ella. Lo más probable es que esto sea dudoso; sin embargo para mí es lo mismo; lo que ella es no seria nada para mí si se metiera en sus asuntos y no hablara.