Hicimos largas excursiones y he visto buena parte del mundo; casi todo, creo; y así soy el primer viajero y el único. Cuando estamos en marcha, es un espectáculo imponente: no hay nada semejante en ninguna parte. Por comodidad cabalgo un tigre o un leopardo, porque es suave y tiene una espalda redonda que me cae bien y porque son animales tan hermosos; pero para las distancias largas o para ver el paisaje cabalgo el elefante. Me alza con la trompa, pero puedo bajarme sola; cuando estamos listos para acampar, se sienta y me deslizo hacia abajo por su espalda.
Los pájaros y los animales son todos amistosos entre sí y no hay disputas acerca de nada. Todos hablan y todos me hablan, pero debe de ser un idioma extranjero, porque no puedo distinguir una palabra de lo que dicen; sin embargo, ellos con frecuencia me entienden cuando les contesto, en especial el perro y el elefante. Eso me avergüenza. Muestra que son más brillantes que yo y por lo tanto mis superiores. Eso me irrita, porque yo quiero ser el Experimento principal y pretendo serlo, además.
Ahora he aprendido una cantidad de cosas y soy educada, pero no era así al principio. Al principio era ignorante. Al principio solía fastidiarme porque, a pesar de toda mi vigilancia, nunca era lo bastante astuta como para estar allí cuando el agua corría colina arriba; pero ahora no me importa. He experimentado y experimentado hasta ahora y sé que nunca corre colina arriba, salvo en la oscuridad. Sé que lo hace en la oscuridad, porque la charca nunca se seca, cosa que haría, desde luego, si el agua no volviera por la noche. Es mejor probar las cosas mediante el experimento real; entonces sabes; mientras que si dependes de adivinar y suponer y conjeturar, nunca llegarás a estar educado.
Hay cosas que no puedesaveriguar; pero nunca averiguarás que no puedes adivinando y suponiendo: no, tienes que ser paciente y seguir experimentando hasta que descubres que no puedes averiguarlo. Y es delicioso saberlo de ese modo; hace tan interesante el mundo. Si no hubiera nada que averiguar, sería aburrido. Incluso tratar de averiguar y no averiguar es tan interesante como tratar de averiguar y averiguar y no sé más que eso. El secreto del agua era un tesoro hasta que lotuve; entonces toda la excitación se fue y reconocí un sentimiento de pérdida.
Por el experimento sé que la madera flota y las hojas secas y las plumas y muchas otras cosas; en consecuencia mediante toda esa evidencia acumulativa sabes que una roca flotará; pero tienes que conformarte con sólo saberlo, porque no hay modo de probarlo: hasta ahora. Pero encontraré un modo… entonces esaexcitación se irá. Ese tipo de cosas me ponen triste; porque pronto, cuando haya descubierto todo no habrá más excitaciones, ¡y me gustan tanto las excitaciones! La otra noche no podía dormir pensando en eso.
Al principio no podía distinguir para qué servía yo, pero ahora creo que era para averiguar los secretos de este mundo maravilloso y ser feliz y agradecer al Dador de todo por inventarío. Creo que todavía hay muchas cosas por aprender: eso espero; y si economizo y no me apresuro demasiado creo que durará semanas y semanas. Eso espero. Cuando arrojas una pluma hacia arriba deriva en el aire y desaparece de la vista; después arrojas un terrón y no lo hace. Baja, todas las veces. Lo he probado y probado y siempre es así. Me pregunto por qué es. Por supuesto que no baja, ¿pero por qué parece hacerlo? Supongo que es una ilusión óptica. Quiero decir, una de ellas lo es. No sé cuál. Puede ser la pluma, puede ser el terrón; no puedo probar cuál es, sólo puedo demostrar que una u otra es un fraude y dejar que una persona decida.
Observando, sé que las estrellas no van a durar. He visto algunas de las mejores fundirse y bajar por el cielo. Si una puede derretirse, pueden derretirse todas; si todas pueden derretirse, pueden derretirse ~ la misma n<> che. Esa pena llegará: lo sé. Pienso sentarme todas las noches y mirarlas todo lo que pueda mantenerme despierta; y dejaré impresos esos campos centelleantes en mi memoria, para que pronto, cuando sean llevados, pueda devolver con mi fantasía esas miríadas encantadoras al cielo negro y hacerlas refulgir otra vez y duplicarlas con la humedad de mis ojos.
Después de la caída
Cuando miro atrás. el Jardín es un sueño para mí. Era hermoso, abrumadoramente hermoso, encantadoramente hermoso; y ahora está perdido y no volveré a verlo.
El Jardín está perdido, pero yo lo encontré a él y estoy contenta. Él me ama tanto como puede; yo lo amo con todo el vigor de mi naturaleza apasionada y esto, creo, corresponde a mi juventud y mi sexo. Si me pregunto por qué lo amo, descubro que no lo sé y no me importa realmente mucho saberlo; así que supongo que este tipo de amor no es producto de! razonamiento y las estadísticas, como el amor por otros reptiles y animales. Creo que esto debe ser así. Amo ciertos pájaros por cómo cantan; pero no amo a Adán por cómo canta: no, no es eso; cuanto más canta más lejos me siento de estar reconciliada con su canto. Sin embargo, le pido que cante, porque deseo aprender a gustar de todo lo que le interese. Estoy segura de que puedo aprender, porque al principio no podía soportarlo, pero ahora puedo. Agria la leche, pero no importa; puedo acostumbrarme a ese tipo de leche.
No es por su brillantez que lo amo: no, no es eso. No hay que culparlo por su brillantez, tal como es, porque él no se hizo a si mismo; es como Dios lo hizo y eso basta. Había un propósito sabio en ello, esolo sé. Con el tiempo se desarrollará, aunque creo que no será brusco; y, además, no hay apuro; él está bastante bien como es.
No es por sus modales graciosos y considerados y por su delicadeza que lo amo. No, tiene fallas en ese sentido, pero está bastante bien así y va mejorando.
No es por su industriosidad que lo amo: no, no es eso. Creo que la lleva en él y no sé por qué me la oculta. Es mi único dolor. Por lo demás es franco y abierto conmigo, ahora. Estoy segura de que no me oculta nada sino esto. Me apena que deba tener un secreto para conmigo y a veces me arruina el sueño pensar en eso, pero lo sacaré de mi mente; no me preocupará mi felicidad, que por lo demás es plena, casi desbordante.
No es por su educación que lo amo: no, no es eso. Es autodidacta y realmente sabe muchas cosas, pero no son esas.
No es por su caballerosidad que lo amo: no, no es eso. Él me lo dijo, pero no lo culpo; es una peculiaridad del sexo, creo, y él no hizo su sexo. Por supuesto, no se lo habría dicho, habría muerto antes; pero esa es también una peculiaridad del sexo y no me jacto de ella, porque yo no hice mi sexo.
¿Entonces por qué es que lo amo? Sencillamente porque es masculino, creo.