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Por un momento, nadie dijo nada. Entonces Nielsen se encogió de hombros.

Sacó de su maletín un pequeño cubo de grabación, que activó y colocó en el centro de la habitación, en el suelo.

—Esta conversación queda sellada por el Registro de Secretos. ¿Por qué no empieza, doctora deSilva?

Helene fue marcando los puntos con los dedos.

—Uno, sabemos que Bubbacub cometió un crimen a los ojos del Instituto de la Biblioteca y de su propia raza al falsificar el informe de la Biblioteca, y al perpetrar un engaño en Navegante Solar, a saber: dijo que había entablado comunicación con los solarianos y que había usado su «reliquia lethani» para protegernos de su ira.

»Creemos conocer los motivos de Bubbacub para hacer lo que hizo. Estaba avergonzado por el fracaso de la Biblioteca para dar referencias de los Espectros Solares. También quería demostrar la inferioridad de la «raza expósita», restregándoselo por las narices.

»Según la Tradición Galáctica, esta situación se resolvería si los pila y la Biblioteca sobornan a la Tierra para que mantenga la boca cerrada. La Confederación podría escoger su recompensa con pocas limitaciones, aunque la raza humana tendría que soportar en el futuro la enemistad de los pila porque su orgullo ha sido herido.

»Podrían aumentar sus esfuerzos para retirar el estatus de sofontes-provisionales a nuestros pupilos, los chimpancés y delfines. Se ha hablado de colocar a la humanidad bajo una especie de estatus de pupilo «adoptivo», para «guiarnos a través de esta difícil transición». ¿He resumido bien la situación hasta ahora?

Jacob asintió.

—Sí. Pero te has olvidado de mi estupidez. ¡En Mercurio acusé a Bubbacub públicamente! Esa pequeña demora de dos años que firmamos nunca fue tomada en serio, y los federales han esperado demasiado para hacer un secuestro de emergencia en este caso. Probablemente la mitad de la galaxia conoce ya la historia.

»Eso significa que hemos perdido la pequeña balanza que podríamos haber tenido con los pila. No escatimarán esfuerzos para que nos «adopten», y usarán «reparaciones» por el crimen de Bubbacub como una excusa para obligarnos a aceptar todo tipo de ayudas que no queremos.

Hizo un gesto a Helene para que continuara.

—Punto número dos: ahora sabemos que quien estaba detras de este fiasco era Culla. Al parecer, Culla nunca pretendió que la humanidad descubriera el pecadillo de Bubbacub. Tenía su propio plan en marcha.

»Al entablar amistad con Jeffrey, consiguió que el chimpancé intentará «liberarle», enfureciendo así a Bubbacub. La muerte de Jeffrey dejó al Navegante Solar en un estado de confusión tal que Bubbacub se sintió animado a pensar que cualquier cosa que hiciera sería creída. Es probable que el aparente deterioro mental de Dwayne Kepler fuera parte de esta campaña, inducida por la técnica de «mirada psicótica» de Culla.

»Lo más importante de su plan fue la falsificación de los Espectros antropomórficos. Esa parte fue ejecutada magníficamente. Engañó a todo el mundo. Con talentos como ésos, no es extraño que los pring piensen que pueden conseguir su independencia de los pila. Son una de las razas más engañosas y potentes que he conocido.

—Pero si los pila fueron tutores de los pring —objetó James—, y si elevaron a los antepasados de Culla cuando no eran más que animales, ¿por qué no se dio cuenta Bubbacub de que era posible que los Espectros fueran una patraña de Culla?

—Me gustaría hacer un comentario —trinó Fagin—. Se permitió que los pring seleccionaran al ayudante que acompañaría a Bubbacub. Mi instituto tiene información independiente de que Culla era una figura de cierta importancia, en uno de los planetas terraformados, en una empresa artística de la que hasta ahora no hemos podido ser testigos. Habíamos atribuido el secretismo de los pring en este asunto a pautas de conducta heredadas de los pila. Ahora, sin embargo, podríamos conjeturar que son los propios pila quienes no pueden ver esa obra de arte. En su complaciente superioridad, los pila deben de haber cooperado, sin saberlo, denigrando las empresas de sus pupilos.

—¿Cuál es esa forma de arte?

—Obviamente, la forma de arte debe de ser la proyección holográfica. Es posible que los pring hayan experimentado en secreto durante la mayor parte de los cien milenios que llevan siendo inteligentes. Me asombra la dedicación necesaria para mantener un secreto tanto tiempo.

Nielsen silbó.

—Deben querer ser libres a todo precio. Pero sigo sin comprender, aunque he escuchado todas las cintas, por qué Culla hizo todas esas cosas en el Navegante Solar. ¿Cómo pudo el engaño de los Espectros Solares antropomórficos, la muerte de Jeffrey, o atrapar a Bubbacub en su error, ser de ayuda para los pring?

Helene miró a Jacob. Éste asintió.

—Sigue siendo tu parte, Helene. Tú lo supiste casi todo.

Helene inspiró profundamente.

—Verá, Culla no intentó nunca que Bubbacub fuera descubierto en Mercurio. Hizo que su jefe mintiera e intentara el truco de la «reliquia lethani», pero esperaba que le creyeran, aquí al menos.

»Si su plan hubiera salido bien, habría informado de dos cosas al Instituto de la Biblioteca: primera, que Bubbacub era un loco y un mentiroso que había sido salvado de la vergüenza por la astucia de su ayudante, y segunda, que los humanos no son más que un puñado de idiotas inofensivos y que deberían ser ignorados.

»Explicaré primero el segundo punto.

»Está claro que nadie habría creído esta loca historia de «espectros con forma de hombres» aleteando en una estrella, sobre todo cuando en la Biblioteca no hay ninguna mención de ellos.

»Imagine cómo reaccionaría la galaxia ante una historia sobre criaturas de plasma que «agitan los puños» y evitan milagrosamente que les saquen imágenes para que no puedan existir pruebas. Tras oír eso, la mayoría de los observadores no se molestaría en examinar la evidencia que sí tenemos, las grabaciones de los toroides y los auténticos solarianos.

»Toda la galaxia contempla la «investigación» terrestre con divertido desprecio. Al parecer, Culla quería que el Navegante Solar quedara en entredicho sin una audición.

Al otro lado de la habitación, Fierre LaRoque se ruborizó. Nadie dijo nada sobre las observaciones que había hecho sobre la «investigación terrestre» un año antes.

—La explicación que dio Culla, cuando intentó matarnos a todos, fue que había falsificado los Espectros por nuestro bien. Si parecíamos tontos, tal vez causaríamos menos revuelo cuando anunciáramos que hay vida en el sol… un revuelo que daría más publicidad a la humanidad en un momento en que deberíamos estar estudiando en silencio para ponernos al día con todos los demás.

Nielsen frunció el ceño.

—Puede que tuviera razón.

Helene se encogió de hombros.

—Ahora es demasiado tarde. De todas formas, como he dicho, parece que Culla pretendía informar a la Biblioteca, y a los soro, que los humanos eran idiotas inofensivos y, más importante aún, que Bubbacub había tomado parte en esa estupidez… ¡que había creído en los Espectros y mintió sobre la base de esa creencia!

Helene se volvió hacia Fagin.

—¿Es un buen resumen de lo que hemos discutido, Kant Fagin?

El kantén silbó suavemente.

—Eso creo. Confiando en el «sello» de la organización de Registro de Secretos, declararé confidencialmente que mi Instituto ha recibido información referida a actividades de los pring y los pila que ahora tienen sentido a la luz de lo que hemos aprendido aquí. Al parecer, los pring están enzarzados en una campaña para desacreditar a los pila. Ahí tienen una oportunidad y un peligro para la humanidad.

»La oportunidad es que su Confederación podría ofrecer pruebas de la traición de Culla a los pila, para que esos sofontes puedan demostrar cómo han sido manipulados. Si los soro se vuelven contra los pring, la raza de Culla tendrá problemas para encontrar un protector. Podrían ser rebajados de estatus, sus colonias eliminadas, sus poblaciones «reducidas».