He elaborado una lista de candidatos adecuados y, con tu permiso, me gustaría ponerme en contacto con ellos lo antes posible.
¡Heil Hitler!
Tuyo,
Otto Rahn
K. M.Wiligut Weisthor
Caspar-Theyss Strasse, 33
Berlín Oeste
SS Unterscharführer Otto Rahn
Tiergartenstrasse 8a, Berlín Oeste
30 de julio de 1938
ESTRICTAMENTE CONFIDENCIAL
Querido Otto:
He sabido a través de Anders que la policía ha detenido a un judío como sospechoso de ciertos crímenes. ¿Cómo no se nos ocurrió que la policía, siendo lo que es, incriminaría a cualquiera, aunque fuera judío, por esos crímenes? En el momento oportuno de nuestros planes, ese arresto habría sido de gran ayuda, pero en este estadio, antes de haber tenido la oportunidad de demostrar nuestro poder a beneficio del Reichsführer y esperar influir en él en consecuencia, no es más que un incordio.
No obstante, se me ocurre que, en realidad, podemos sacar provecho de ello. Otro incidente del Proyecto Krist mientras ese judío está encarcelado no solo obligaría a ponerlo en libertad, sino que, además, pondría en una situación muy embarazosa a Heydrich. Por favor, ocúpate de ello.
¡Heil Hitler!,
Weisthor
SS Sturmbannführer Richard Anders
Orden de los Caballeros Templarios,
Berlín Lumenklub, Bayreutherstrasse, 22 Berlín Oeste
SS Brigadeführer K. M.Weisthor
Berlín Grunewald
ESTRICTAMENTE CONFIDENCIAL
Estimado Brigadeführer:
Mis indagaciones han confimado que en la central de policía, en la Ale xanderplatz, se recibió una llamada telefónica anónima. Además, una conversación con el ayudante del Reichsführer, Karl Wolff, indica que fue él, y no el Reichsführer, quien hizo esa llamada. Le disgusta profundamente engañar a la policía de esa manera, pero admite que no ve otro medio de ayudar en la investigación y proteger la necesidad de anonimato del Reichsführer.
Parece que Himmler está muy impresionado.
¡Heil Hitler!
Suyo,
Richard Anders
SS Hauptstürmführer Dr. Lanz Kindermann
Am Kleinen Wannsee
Berlín Oeste
Karl Maria Wiligut
Caspar-Theyss Strasse, 33
Berlín Oeste
29 de septiembre
ESTRICTAMENTE CONFIDENCIAL
Mi querido Karclass="underline"
Hablemos primero de un asunto serio. Nuestro amigo Reinhart Lange está empezando a preocuparme. Dejando de lado mis propios sentimientos hacia él, creo que su resolución de colaborar en la ejecución del Proyecto Krist pueda estar debilitándose. El hecho de que lo que estamos haciendo esté en armonía con nuestra antigua herencia pagana ya no parece impresionarle como algo necesario, aunque desagradable. Si bien no pienso ni por un momento que nunca nos traicione, creo que tendría que dejar de formar parte de aquellas actividades del Proyecto Krist que, por fuerza, deben tener lugar dentro de esta clínica.
Por otro lado, continúo regocijándome en tu antigua herencia espiritual y espero con ilusión el día en que podamos continuar investigando a nuestros antepasados por medio de tu clarividencia autogénica.
¡Heil Hitler!
Siempre tuyo,
Lanz
Comandante
SS Brigadeführer Siegfried Taubert
SS School Haus
Wewelsburg, cerca de Paderborn
Westfalia
SS Brigadeführer Weisthor
Caspar-Theyss Strasse, 33
Berlín Grunewald
3 de octubre de 1938
ESTRICTAMENTE CONFIDENCIAL:
REUNIÓN DEL TRIBUNAL DE HONOR
6-8 noviembre de 1938
Herr Brigadeführer:
Esta es para confirmar que el próximo Tribunal de Honor tendrá lugar aquí, en Wewelsburg, en las fechas arriba citadas. Como es habitual, la seguridad será estricta y durante las sesiones, además de los métodos habituales de identificación, se requerirá una contraseña para ser admitido en el edificio de la escuela. De acuerdo con su sugerencia esa contraseña será GOSLAR.
El Reichsführer considera que la asistencia es obligatoria para todos aquellos cuyo nombre aparece a continuación:
Reichsführer SS Himmler
SS Obergruppenführer Heydrich
SS Obergruppenführer Heissmeyer
SS Obergruppenführer Nebe
SS Obergruppenführer Daluege
SS Obergruppenführer Darre
SS Obergruppenführer Pohl
SS Brigadeführer Taubert
SS Brigadeführer Berger
SS Brigadeführer Eicke
SS Brigadeführer Weisthor
SS Oberführer Wolff
SS Sturmbannführer Anders
SS Sturmbannführer Von Oeynhausen
SS Hauptsturmführer Kindermann
SS Obersturmbannführer Diebitsch
SS Obersturmbannführer Von Knobelsdorff
SS Obersturmbannführer Klein
SS Obersturmbannführer Lasch
SS Unterscharführer Rahn
Landbaumeister Bartels
Professor Wilhelm Todt
¡Heil Hitler!
Taubert
Había muchas más cartas, pero ya me había arriesgado demasiado quedándome tanto rato. Y, además, me di cuenta de que, quizá por primera vez desde que dejé las trincheras en 1918, tenía miedo.
21. Viernes, 4 de noviembre
En el coche, mientras volvía desde casa de Weisthor al Alex, traté de encontrar sentido a lo que acababa de descubrir.
La parte de Vogelmann quedaba explicada y, hasta cierto punto, también la de Reinhart Lange. Y tal vez la clínica de Kindermann fuera el lugar donde habían matado a las chicas. Qué mejor lugar para matar a alguien que un hospital donde siempre hay gente entrando y saliendo con los pies por delante. Lo cierto era que su carta a Weisthor parecía indicarlo así.
Había un aterrador ingenio en la solución de Weisthor. Después de asesinar a las niñas, todas las cuales habían sido seleccionadas por su aspecto ario, se escondían los cuerpos de forma que fuera casi imposible encontrarlos; y más teniendo en cuenta la falta de policías disponibles para investigar algo tan corriente como la desaparición de una persona. Para cuando la policía se diera cuenta de que había un asesino en serie acechando en las calles de Berlín, lo que más les preocuparía sería que no se hablara de ello y evitar así que su fracaso en encontrar al asesino pareciera incompetencia, al menos durante el tiempo que necesitaran para encontrar un cabeza de turco conveniente, como Josef Kahn.
Pero ¿qué pasaba con Heydrich y Nebe? ¿Su asistencia a ese Tribunal de Honor de las SS era considerado obligatorio meramente en virtud de su rango? Después de todo, las SS tenían sus camarillas, igual que sucede con cualquier organización. Daluege, por ejemplo, el jefe de la Or po, al igual que su homólogo Arthur Nebe, se sentía tan predispuesto en contra de Himmler y Heydrich como estos en contra suya. Y estaba totalmente claro, por supuesto, que Weisthor y su facción eran hostiles al «judío Heydrich». Heydrich, judío. Era uno de esos bonitos casos de contrapropaganda que se basan en una absoluta contradicción para sonar convincentes. Ya había oído ese rumor antes, como la mayoría de polis del Alex y, como ellos, sabía dónde se había originado: el almirante Canaris, jefe de la Ab wehr, el Servicio de Información del Estado Mayor alemán, era uno de los adversarios más implacables de Heydrich y, sin duda alguna, el más poderoso.