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A las 17 y 15 se dio la orden de arranque. Conviene adelantar que, en su conjunto, la operación piloto se llevó a cabo con todo éxito, más o menos dentro de los plazos previstos, y con un mínimo de percances.

En cuanto al tiempo de permanencia con la visitadora tolerado a cada usuario, que el capitán Pantoja había temido resultara demasiado corto para una satisfactoria y completa prestación, resultó incluso excesivo.

Por ejemplo, éstos son los tiempos empleados por los cinco usuarios del grupo SANDRA que el suscrito cronometró: el primero, 8 minutos; el segundo, 12; el tercero, 16; el cuarto, 10, y el quinto, quien obtuvo el récord, 3 minutos. Tiempos semejantes registraron también los hombres de los demás grupos. De todos modos, el capitán Pantoja hizo notar que estas marcas eran sólo relativamente válidas como síntoma general, ya que, por el aislamiento de Horcones, 108 usuarios aquí tenían una impaciencia viril acuartelada por plazos tan largos (algunos, seis meses) que tendían a ser anormalmente rápidos en el acto de la prestación.

Teniendo en cuenta que entre prestación y prestación había un compás de espera de unos minutos, a fin de que los denominados Chupito y Chuchupe cambiaran el agua de los recipientes de cada emplazamiento, se puede concluir que la operación duró menos de dos horas desde su principio hasta su fin.

Ciertos incidentes se suscitaron en el curso de la experiencia piloto, pero sin revestir gravedad, siendo algunos, incluso, divertidos y útiles para relajar un poco la tensión nerviosa de los hombres que hacían cola.

Así, por ejemplo, debido a un descuido del radio operador del Puesto, que a diario sintoniza Radio Amazonas de Iquitos para escuchar el programa La Voz del Sinchi, que propalamos por el altavoz, al marcar los relojes las 18 horas, la voz de este locutor irrumpió intempestivamente sobre Horcones, pues la emisora estaba en encendido automático, lo que provocó risotadas y amenidad en los hombres, sobre todo cuando vieron asomar en paños menores a la visitadora SANDRA y al sargento primero Esteban Sandora, quienes, por estar efectuando la prestación en el puesto de radio, se alarmaron sobremanera al estallar el ruido. Otro breve incidente se produjo cuando, aprovechándose de que en el depósito de víveres se hallaban operando en compartimentos vecinos PECHUGA y LALITA, el soldado raso Amelio Sifuentes, de la cola de usuarios de esta última, pretendió maliciosamente introducirse en el emplazamiento de la apodada PECHUGA, la misma que, como la superioridad habrá percibido, fue la que conquistó más simpatías entre los hombres de Horcones. El capitán Pantoja sorprendió la mañosa intentona del número Sifuentes y lo reprendió con severidad. En el mismo depósito de víveres se registró igualmete otro percance, que sólo fue descubierto por el suscrito cuando el convoy del SVGPFA había partido.

Es así que durante el tiempo dedicado a las prestaciones, o antes, mientras las visitadoras se hallaban concentradas allí, alguien aprovechó la contingencia para abrir una lata de comestibles y sustraer siete conservas de atún, cuatro paquetes de galletas de agua y dos gaseosas, sin que hasta el momento haya sido posible identificar al o a los culpables. En resumen, y con la sola excepción de estos incidentes de orden menor, a las siete de la noche la operación había terminado con todo éxito y reinaba en el Puesto un ambiente de gran satisfacción, paz y alegría entre clases y soldados. El suscrito olvidaba señalar que varios usuarios, al terminar la prestación respectiva, inquirieron si era posible volver a hacer cola (la misma o una distinta) para obtener una segunda prestación, lo que fue denegado terminantemente por el capitán Pantoja. Éste explicó que se estudiaría la posibilidad de autorizar que se repita la prestación cuando el SVGFPA haya alcanzado su máximo volumen operacional.

Apenas terminada la experiencia piloto, las cuatro visitadoras y los colaboradores civiles Chupito, Chuchupe y Porfirio Wong embarcaron en Eva para regresar al centro logístico del río Itaya, en tanto que el capitán Pantoja partía en Dalila. Por más que el piloto dio seguridades a la denominada Chuchupe de que conduciría el aparato debidamente y de que no se repetirían los incidentes del día anterior, ésta se negó a volver en avión. Antes de abandonar Horcones, entre los aplausos y gestos reconocidos de clases y soldados, el capitán Pantoja agradeció al suscrito por las facilidades prestadas y por su contribución al éxito de la operación piloto del SVGPFA y le indicó que esta experiencia, muy provechosa para él, le permitiría perfeccionar y programar en todo detalle el sistema de trabajo, control y desplazamientos del Servicio de Visitadoras.

Sólo queda por someter a la consideración de la superioridad, junto con este informe que ojalá le sea útil, la solicitud firmada por los cuatro suboficiales del Puesto de Horcones para que en lo venidero se permita también ser usuarios del SVGPFA a los mandos Intermedios, lo que tiene recomendación favorable del suscrito, debido al buen efecto psicológico y físico que la experiencia está demostrando haber tenido en clases y soldados.

Dios guarde a Usted.

Firmado:

alférez ALBERTO SANTANA,

jefe del Puesto de Horcones, sobre el río Napo

16 de septiembre de 1956

ADMINISTRACIÓN, INTENDENCIA Y SERVICIOS VARIOS DEL EJÉRCITO

DEPARTAMENTO DE CONTABILIDAD Y FINANZAS

Resolución confidencial número 069

Los oficiales jefes de Intendencia o suboficiales encargados de dicha función en los cuarteles, campamentos y puestos de la V Región Militar (Amazonía), quedan facultados a partir de hoy, 14 de septiembre de 1956, a descontar por planilla de las propinas de los soldados y de los haberes de los clases la remuneración correspondiente a las prestaciones que les brinde el Servicio de Visitadoras (SVGPFA). Dichos descuentos deberán ceñirse estrictamente a las siguientes disposiciones:

1. Las tarifas por prestación, fijadas por el SVGPFA con el visto bueno de la superioridad, serán únicamente de dos tipos, en todos los casos y circunstancias, a saber:

Soldados rasos: veinte (20) soles por prestación. Clases (de cabo a sargento primero): treinta (30)

soles por prestación

2. El límite máximo de prestaciones mensuales admitidas será de 8 (ocho), no señalándose límite mínimo.

3. La suma descontada será dirigida por el oficial de Intendencia o suboficial encargado, al SVGPFA, organismo que remunerará a las visitadoras mensualmente, de acuerdo al número de prestaciones que hayan servido.

4. Para la verificación y control del sistema, se seguirá el siguiente procedimiento: el oficial de Intendencia o suboficial encargado recibirá con esta resolución un número adecuado de cupones de cartón, de dos tipos, cada uno de ellos en uno de los colores simbólicos del SVGPFA y sin ninguna indicación escrita: 109 de color rojo destinados a los soldados y en consecuencia cada uno valdrá veinte (20) soles y los de color verde para clases y por consiguiente cada uno representará treinta (30) soles. El día primero de cada mes se distribuirán a cada clase y soldado de la unidad el número de cupones equivalentes al máximo de prestaciones a que tiene derecho, es decir ocho (8). Un cupón será entregado por el usuario a la visitadora cada vez que se beneficie de una prestación. El día último del mes el clase o soldado devolverá a Intendencia los cupones no usados, haciéndose entonces el correspondiente descuento en función del número de cupones no devueltos (en los casos de extravío o pérdida del cupón, el perjuicio será para la visitadora y no para el SVGPFA).

5. Siendo imprescindible por razones de decoro y moral conservar el máximo de discreción sobre la naturaleza de esta operación contable, en los libros del cuartel, campamento o puesto los descuentos por prestaciones del SVGPFA figurarán camuflados mediante contraseñas. Para el efecto, el oficial o suboficial de Intendencia podrá usar cualquiera de las siguientes fórmulas:

a. Descuento para gastos de vestuario

b. Descuento por deterioro del arma

c. Adelanto por desplazamiento familiar

d. Descuento por actividades deportivas

e. Descuento por sobrealimentación

Esta Resolución número 069 no será exhibida en las unidades ni comunicada a través de partes o del Orden del Día. El oficial o suboficial de Intendencia participará verbalmente de su contenido a los soldados y clases de su unidad, instruyéndolos al mismo tiempo para que guarden la mayor reserva sobre esta materia, por ser susceptible de echar sombras o atraer críticas malévolas sobre la institución.

Firmado:

coronel EZEQUIEL LÓPEZ LÓPEZ,

jefe del Departamento de Contabilidad y Finanzas

Cúmplase y distribúyase:

general FELIPE COLLAZOS

Lima, 14 de septiembre de 1956

Misiva del capitán (CCC) Avencio P. Rojas, capellán de la Unidad de Caballería número 7 Alfonso