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– Encontraré la forma de suicidarme antes de que pase eso.

Sabes que eso es inaceptable.

Ella rió burlonamente y se extendió suavemente, con el estiramiento lánguido de un gato perezoso.

– Tú deberías saberlo. Tú plan es igual de estúpido.

Eres muy valiente cuando no puedo moverme.

Se encontró sonriendo. Con esto era con lo que estaba más familiarizada. En la oscuridad, podía fingir que él era un sueño en vez de un hombre de carne y hueso. No tenía inhibiciones con ese hombre. Podían jugar su partido de ajedrez mental toda la noche y estaría completamente a salvo. Cambió a su forma de jaguar y la felina se acurrucó alrededor de él, protegiéndolo, retando a cualquiera a que intentara hacerle daño.

Absolutamente, coincidió, segura en su gran forma felina. Pero eso no significa que lo que digo sea menos razonable. Planeas ir al campamento enemigo, escuchar sus planes, transmitírselos a Zacarías y salir de allí luchando. ¿No es lo mismo?

Durante un momento él permaneció en silencio, y en la profundidad del cuerpo del jaguar, Solange sonrió. Ahora se sentía bien. Él la había desequilibrado con su absoluta masculinidad y su flagrante sexualidad, pero ahora ella regresaba al juego. En igualdad de condiciones.

No es lo mismo. Cuando ingerí la sangre de vampiro no sabía que existías. No obstante, tú sabes que yo existo.

Eso hizo que se incorporara instantáneamente. ¿Estás pensando en morir debido a la sangre de vampiro? ¿Es por eso que no intentarás salir del campamento sin que ellos sospechen que has estado espiando? Eso no lo había considerado. Debería haberlo hecho. Era evidente que pensaba que al final la sangre lo convertiría en la misma cosa que combatía.

Ningún sanador será capaz de extraer los parásitos de mi cuerpo. Hubo una joven que vivió con ellos durante años, pero no habían mutado a la forma en que se encuentran ahora. Son fuertes y se multiplican rápidamente.

Ella no podía oír remordimiento en su voz, y esa era una de las cosas que más admiraba en él. No perdía tiempo en lamentarse. Había emprendido un camino y tenía intención de llegar hasta el final, a pesar de las circunstancias que lo habían cambiado todo.

Tomó aliento y a salvo dentro del cuerpo de su felina, reveló la verdad. El más terrible y maravilloso secreto. El secreto que sabía atraería a todo vampiro, así como también a todo miembro de la raza Carpato.

Mi sangre mata a los parásitos.

Le ofreció la verdad como un regalo. Sólo Dominic apreciaría la enormidad del coste que implicaba para ella esa admisión. Nunca había confiado a nadie esa noticia que había descubierto accidentalmente, ni siquiera a Juliette. Su sangre resistía el reclamo de la sangre del vampiro, sus hipnóticas sugestiones. Sabía que había algo en ella que también atraía a los magos. No se trataba de que fuera un jaguar de sangre pura; era su linaje real, el linaje que su padre había logrado destruir. Sabía que si alguien se enteraba, la encerrarían en un laboratorio y nunca volvería a salir.

Brodrick no se había dado cuenta aún de la importancia de lo que buscaban los magos, los vampiros e incluso los humanos. Estaba empeñado en su campaña de destruir a todos los de su especie que no podían transformarse, a los que juzgaba impuros.

¿Cómo puedes saber eso?

Incluso dentro de su cuerpo de jaguar el corazón le latió alarmado. No había diferencia en su voz, pero había algo…

Recavo información todo el tiempo. Me siento en los árboles fuera del laboratorio y escucho a los guardias, a los hombres jaguar, a los magos e incluso a los vampiros. Nunca notan mi presencia. Me di cuenta que raramente eran concientes de la presencia de Brodrick hasta que él se hacía ver, sin embargo los vampiros y la mayoría de los magos siempre parecen saber cuando los demás hombres jaguar están cerca. Así que debía haber algo diferente en Brodrick y en mí.

Dominic se agitó en su mente, inundándola con calidez como solía hacer en sus intercambios cuando a ella le resultaba difícil decirle algo. Era un pequeño empujón para darle ánimo. Pero esto… esto era monumental y ella lo sabía.

Unas pocas semanas atrás, irrumpí en su laboratorio. Oí que Annabelle había sido raptada y a menudo llevan allí a sus prisioneros. Cuentan con una seguridad impenetrable y pocos prisioneros han logrado escapar. Necesitaba conocer la disposición del edificio. Y quería echar un vistazo a sus ordenadores.

Había tenido que ir sola. Juliette la ayudaba cada vez menos y sólo si Riordan estaba con ellas. Demasiadas mujeres estaban escurriéndose por las rendijas. No podía culpar a Riordan. Él y sus hermanos tenían tanto territorio que proteger que no podía estar en todos lados al mismo tiempo, como tampoco podía estarlo ella.

Había ido sin decírselo a Juliette ni a Jasmine. Cada vez más a menudo se alejaba durante largos períodos de tiempo, evitando los ranchos de los De La Cruz y sus muchas casas desperdigadas a lo largo de los países que bordeaban la selva tropical. Debía aprender a valerse solamente por sí misma. Se había vuelto muy buena en esconderse justo bajo las narices de los humanos e incluso de los hombres-jaguar. Los magos y los vampiros la aterraban hasta que se dio cuenta de que ninguno podía percibir su presencia.

Me las ingenié para entrar en el laboratorio a través de una ventana que habían enrejado, cuyos barrotes no estaban muy bien soldados. Pude hacer palanca hasta soltarlos y luego hice parecer como si estuvieran intactos. Comprobé sus cámaras de seguridad y encontré las habitaciones donde retenían a sus prisioneros. Los ordenadores fueron difíciles, en realidad no los entiendo mucho, pero encontré un lugar en la habitación donde podía esconderme. Me quedé allí durante horas.

Dominic permaneció en silencio, pero en su interior podía sentir a la bestia alzándose, un macho Carpato viendo a su compañera en extremo peligro. Ella no le había contado cómo se había hecho lo más pequeña posible ni como había permanecido absolutamente quieta, con los músculos acalambrándosele al punto que tuvo miedo de no poder volver a caminar, pero él captó las imágenes y el miedo real de ser atrapada que emanaba de ella. Al cambiar, no tenía ropa, una mujer sola y desnuda en el mismo corazón del campamento enemigo.

Su valor lo aterraba y sin embargo su orgullo y respeto por ella se intensificaron. Tenía nervios de acero, no obstante ante él se mostraba abierta y vulnerable. No había esperado amarla. Respetarla, admirarla, protegerla y cuidarla, sí; incluso sentir lujuria por ella. Pero ver esa imagen de ella, acurrucada, prácticamente doblada en dos, obligándose de todas formas a recoger la información necesaria para ayudar a las mujeres de su especie, le hizo sentir una emoción abrumadora que hizo erupción a través de él como un volcán. No podía abrazarla mientras se lo contaba, pero podía rodearla con su calidez y así lo hizo, envolviéndola con su amor.

Oí a los técnicos conversando entre ellos. Al principio realmente no entendía, pero finalmente me di cuenta que estaban investigando sobre genética, buscando a mujeres con poderes psíquicos. Los jaguares tienen habilidades psíquicas, y así supe cómo encontraban a las que estaban en otros países y las marcaban para ser secuestrados. A algunas las ponían en una lista para ser asesinadas y a otros en otra lista para que las trajeran al laboratorio.

Eso tenía sentido. Dominic debía apoderarse de esas listas. Entraría en el laboratorio y extraería las listas antes de destruir los ordenadores.

Un mago entró mientras yo estaba allí y quiso que subieran los linajes de jaguar. Dijo que su amo necesitaba un linaje en particular. Hablaba sin sentido. Cuando le preguntaron qué estaba buscando, murmuró algo acerca de un libro sagrado y sangre. Me bajaron escalofríos por la columna vertebral, algo que me ocurre cuando me cruzo con algo importante.