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Pudo ver toda la batalla en su mente. Ella tenía ojo para los detalles. Podía ver el río brillando a través de los árboles, hasta podía oír el torrente. No llovía, pero había niebla suspendida opresivamente entre los árboles. Riordan luchaba ferozmente, rodeando al vampiro, deslizándose como solían hacer los hermanos De La Cruz cuando entraban en batalla. El cabello largo le caía en cascada por debajo de los hombros y sus ojos eran feroces detectores acerados.

Vio al segundo vampiro ponerse en posición y supo inmediatamente que los dos no-muertos habían luchado juntos antes. Reconoció la maniobra como una de las preferidas de los Malinov. Riordan también la reconoció. Había luchado lado a lado con los Malinov durante siglos. Estos dos vampiros menores eran discípulos de uno de los hermanos.

Solange irrumpió desde los árboles, corriendo directamente hacia el vampiro, interceptándolo antes de que pudiera descargar el puño sobre la espalda de Riordan. Riordan ya había desaparecido, moviéndose entre la niebla, reapareciendo detrás del vampiro más grande. Solange obviamente utilizó la velocidad y el poder muscular del jaguar, golpeando al vampiro con la fuerza del gran felino. Vio al vampiro gruñir y aullar, y luego le vio desgarrarle el hombro y el cuello con sus garras.

Ella saltó alejándose, con el brazo hasta el hombro cubierto de sangre negra y cáustica y con su propio cuerpo sangrando sangre roja. En la garra, sostenía el corazón marchito y ennegrecido.

– ¡Riordan! -gritó su nombre y tiró el órgano muerto en su dirección.

El relámpago iluminó el cielo y un rayo golpeó directamente el corazón, y luego saltó hacia el vampiro que ya se estaba derrumbando en el suelo. Solange no podía permitirse el lujo de quitarse la sangre de vampiro bañándose en la energía candente; eso la hubiera matado.

Corrió hacia el río y sumergió el brazo dentro del agua, enjuagándolo. Vio que los parásitos salían de las heridas que el vampiro le había desgarrado en la piel. Deberían haberse enterrado en las laceraciones, pero en vez de ello parecían estar huyendo a la mayor velocidad posible. Cayeron al suelo y la sangre de ella goteó sobre ellos. Dominic pudo ver claramente a los pequeños gusanos retorcerse, y luego comenzar a desaparecer lentamente, cuando esas gotas color rojo rubí los consumieron.

Capítulo 9

¿Puedes llegar a confiar en un hombre otra vez?

¿Puedes llegar a amar a un antiguo como yo?

De Dominic para Solange

Dominic supo el momento exacto en que el sol se ocultó. Había pasado siglos bajo tierra esperando ese momento en que su cuerpo cobraba vida y la tierra lo devolvía de vuelta al mundo. Había esperado con impaciencia a que su hora llegara. Solange se había retraído en silencio tras su revelación. Sabía que ella sentía que le había dado demasiada información, y lo más importante, que le había proporcionado una forma de que ambos sobrevivieran.

Solange era muy inteligente. Tenía que haber sabido que le daba una llave para un futuro, y después había desaparecido en el interior de su jaguar, ocultándose de él, ocultándose de sí misma y sobre todo, ocultándose de las repercusiones de su admisión. La confianza se tambaleaba en el borde de una navaja muy afilada. Si él hacía la jugada equivocada, lo perdería todo. Solange era un premio demasiado grande para perderla por una conducta descuidada.

Solange Sangria era un milagro en más formas de las que Dominic había pensado. Revivió la imagen de la pelea con el vampiro una y otra vez en su cabeza. Ella no debió notar algo tan pequeño, pero él había observado durante mucho tiempo la tierra donde muchos de los parásitos habían caído cuando huyeron de su corriente sanguínea. Sin saberlo, ella había extendido su otra mano para limpiarse la sangre del vampiro, esparciendo más de la suya propia por encima del ácido negro que ardía a través de su piel… o así debería haber sido.

La sangre ácida había ardido atravesando la carne, pero en el instante en que llegó a hacer contacto con las venas de ella, la sangre de vampiro se secó y cayó de su carne. Ella estaba ocupada lavándose en el río, y no se había dado cuenta. ¿Qué había en su sangre? ¿Era ella aquella a la que Xavier había estado buscando por su sangre? Y si era así, ¿qué tenía ella que ver con el libro que el príncipe protegía tan cuidadosamente?

El sonido de los latidos de su corazón llenó la caverna. Sus ojos se abrieron de golpe. El jaguar yacía a través de su cuerpo, obviamente en guardia. Enterró una mano en el espeso pelaje. Era sedoso, como el suave cabello de Solange, las hebras estaban surcadas de un color suave y leonado que parecía transformarse en remolinos en su pelo. Acarició con los dedos el pelaje y subió hasta su cabeza.

El jaguar bostezó perezosamente.

– Has estado levantada todo el día. Tenía poderosas salvaguardas rodeándonos. -Se enderezó-. Transfórmate.

Estabas en guardia contra los no muertos y los magos. Tus salvaguardas funcionan también con humanos y con otros animales, pero no estoy segura de que funcionen con Brodrick. No quiero que él te encuentre incapaz de defenderte porque me esté persiguiendo.

Él esperó. Tenía una paciencia interminable. Ella no quería afrontarlo, pero cuanto más tiempo permanecía en la forma del felino, más aterrador se volvía el enfrentarse a él. Dominic ya había estado en su mente muchas veces. La información fluía de uno a otro y comenzaba a saber cómo pensaba ella. Si no tenía mucho cuidado, huiría, más asustada por su conexión, que crecía tan rápidamente, de lo que lo estaba por cualquier batalla.

Le llevó algunos minutos. El felino suspiró, el cálido aliento explotó en su mejilla.

Quisiera algo de ropa, por favor. Sería… más fácil.

– Por supuesto. -Aunque la prefería desnuda. Desafortunadamente ella era una tentación a la que sería difícil continuar resistiéndose. La pasión corría intensa en ella. ¿Cómo podría no ser así? Era apasionada con su causa, apasionada con su familia y sería apasionada con su compañero en la cama. Mezcla ese fuego con su clara vulnerabilidad hacia él y tienes un afrodisíaco claramente intoxicante. Sonaba somnolienta. Él sabía que había permanecido despierta la mayor parte del día, preocupada por si Brodrick encontraba su lugar de descanso. Acarició con sus dedos el espeso pelaje, masajeando esos músculos fuertes.

– Quédate como estás y yo regresaré enseguida. Puedes dormir mientras cazo.

Mmmmm.

La nota adormecida en su voz era más Solange que jaguar, y su cuerpo se tensó instantáneamente. El suave sonido le provocó un fuerte pinchazo en la ingle, tal como esperaba. Pero que la bestia se alzara ferozmente, exigiéndole que reclamara a su compañera, no sólo era impactante sino también inquietante. No era la sangre del vampiro en sus venas; era su sangre Carpato. Había encontrado a su compañera después de esperar durante siglos y tenía la oportunidad de un futuro con ella. Su alma clamaba por la de ella y de pronto la oscuridad era mucho más densa y fea. Su árida existencia le resultaba insoportable ahora que había estado en la mente de ella… ahora que podía sentir de nuevo.

Ondeó la mano y la capa de tierra que él mismo había permitido que le cubriera cayó, mientras extraía cuidadosamente su cuerpo de debajo del jaguar somnoliento. Mientras lo hacía, murmuró una orden, empujándola suavemente hacia el sueño.