Los hermanos magos habían estado obviamente presentes cuando Xavier mutó especies para sus propios propósitos retorcidos. Dos de los dientes en la boca del gato eran tubos para extraer y almacenar sangre. El gato había sido criado con un propósito, obtener sangre para los magos. Su aparato digestivo y estómago estaban marcados y llenos de bultos, como si la combinación de ADN de gato y magia negra hubiera chocado y se hubiera formado tejido cicatrizal. La sombra revestía la mitad del gato, evitando que sus órganos internos funcionaran. No podía ver cómo sería posible, pero si el gato podía esperar, podía intentar darle sangre después de que hubiera expulsado los parásitos.
Sintió los músculos del gato abultándose, listo para otro salto, y salió rápidamente para reentrar en su propio cuerpo. Vio el borrón de movimiento cuando el gato saltó por el aire, sobre la cabeza de Solange. Su garra trasera rozó su sien, rasgando la piel y empujándola contra la charca rocosa. El corazón de Dominic casi se detiene cuando escuchó el fuerte y siniestro crujido.
Solange se deslizó hasta el suelo, con ojos vidriosos. Estuvo a su lado al instante. La sangre se derramaba por la parte trasera del cráneo. Entró de inmediato en su cuerpo, sin importarle que el gato pudiera atacarle en su cuerpo indefenso. No había fractura de cráneo, sólo una inmensa y desagradable herida. La reparó de adentro hacia fuera antes de regresar a su propio cuerpo. Levantándola, hizo un intento poco entusiasta de mover al gato con el pie, pero cuando éste no se movió, la llevó a la cama.
– Háblame.
Con el humor destellando en sus ojos, respondió:
– ¡Ay! ¡Un gran ay!
El alivio lo inundó.
– Me has quitado unos pocos años de vida.
– Buena cosa que seas inmortal. Debo estar volviéndome lenta. Debí haber apartado la cabeza. Él es torpe pero rápido y fuerte. -Miró hacia el gato y su risa se apagó-. ¡Sombra! Detente. Esta lamiendo la sangre, Dominic.
Dominic se giró para detener al gatito, casi agitando la mano para quitar la sangre, pero advirtió un punto sólido, justo en el medio del gato, donde antes no estaba. El ritmo de su corazón se aceleró.
– Solange. -Se paró a corta distancia del cachorro, sin hacer ningún intento de evitar que lamiera la sangre-. Mira.
Ella se sentó con cautela.
– ¿Qué estoy mirando?
Dominic ya había limpiado la sangre de su cabeza y piel y hecho desaparecer el dolor de cabeza. Cuando él decía que la cuidaría, se lo tomaba literalmente.
– Tu sangre actúa como una especie de arma contra la magia negra.
Dominic apenas podía creer la revelación. Con razón Xavier la había estado buscando.
– Tu sangre no sólo mata a los parásitos. Xavier creó los parásitos con magia negra pero aquí están, a la vista, y se vuelven inofensivos, de vuelta a su forma original.
– Eso es imposible -se levantó, sacudiendo la cabeza-. Revisa su interior, Dominic. Asegúrate de que mi sangre no le daña.
Al instante Dominic estuvo a su lado, pasándole un brazo firme brazo alrededor de la cintura, pero sus ojos estaban en el cuerpo del gato. Había escuchado rumores sobre una sangre, sangre real, que podía vencer a la magia negra, pero en todos sus siglos y en todos sus viajes, el rumor nunca había sido demostrado. Poco a poco, Brodrick y sus ancestros habían asesinado a la misma cosa que podía haberlos protegido.
Dominic hizo lo que ella le había pedido. El masivo tejido cicatrizal estaba reparándose lentamente y las capas de sombra estaban dando lugar a tejido y células que pertenecían al interior del gato. Fusionó su mente con la de ella para que pudiera ver la evidencia por sí misma.
– Eso no tiene sentido.
Solange dio un paso hacia el gatito. Ya una buena parte de su lado izquierdo era sustancia. El pelaje era más delgado y todavía había lugares donde la sombra se mostraba, pero su sangre estaba expulsando a la magia.
– Xavier necesitaba tu sangre para abrir el libro porque era lo único que podía hacer después de hechizarlo. Nadie lo entendía -murmuró Dominic, más para sí mismo que para ella-. Xavier era demasiado listo incluso para sí mismo. Selló su libro para que ningún mago pudiera utilizar sus hechizos. Estaba volviéndose paranoico, estaba ya enfermo y tratando desesperadamente de mantenerse vivo utilizando la sangre carpato para sustentarse. Pero tenían que estar surgiendo jóvenes magos, que creían en poder, así que selló su libro de hechizos. Después tampoco él no pudo abrirlo. Esa es la razón por la que tu sangre sea tan importante.
Solange se estremeció. Dominic le frotó los brazos con las manos para calentarla.
– Xavier se ha ido de este mundo, Solange. No te puede dañar. Los magos que lo crearon -movió su mano hacia Sombra-, se fueron hace mucho. Abandonaron el rancho junto a la propiedad de los De la Cruz.
Ella frunció el ceño hacia él.
– ¿Cómo sabes eso?
– Los carpatos se envían noticias entre sí al levantarse. Zacarías envió un mensaje.
Solange se arrodilló junto al gatito, rodeando su cabeza con sus brazos y sonriendo hacia Dominic.
– Si mi sangre ha hecho esto, entonces me alegro. Nunca he estado particularmente orgullosa de mi linaje, pero si puede hacer todo éste bien, entonces lo conservaré.
Dominic frunció el ceño, pero no dijo una palabra. No quería arrebatarle este momento por nada, ni siquiera para explicarle lo que pasaría durante la conversión.
Capítulo 18
Mírame… ahora mírate a través de mis ojos
Mírate: el hombre perfecto de mis sueños
De Solange para Dominic
Solange contuvo el aliento mientras observaba a Dominic caminar a zancadas a campo abierto hacia el laboratorio, con su aire de confianza y superioridad. Ella no tenía más opción que permanecer escondida en los árboles, por lo menos a ciento diez metros de él. Entonces, los parásitos se calmaron. Habían desaparecido todavía, pero definitivamente habían puesto fin a sus tentadores y dolorosos susurros. Ella quería estar más cerca, donde pudiera sentir que tenía una oportunidad de protegerlo, pero una vez dentro Dominic sólo podría compartir sus pensamientos con ella mediante la unión de mentes.
Con el corazón en la garganta, mantuvo la mirada fija en él. Podía ver a tres guardias humanos. Dos estaban en la puerta del laboratorio y uno cerca de la esquina sur. Los guardias le observaron con inquietud, pero nadie lo desafió. Retrocedieron bajo la impactante mirada de los penetrantes ojos de Dominic.
Identificó a los dos hombres jaguar, mantenían un ojo cauteloso sobre el grupo de vampiros que estaban dando vueltas por el patio abierto. Ambos permanecían cerca del bosque, donde podían cambiar fácilmente y desaparecer en el dosel de la selva en caso de que lo necesitaran. Estaban fuertemente armados, algo que rara vez se veía en los hombres jaguar. La mayoría confiaban en su felino para protegerse, pero estos obviamente no querían arriesgarse al encontrarse con vampiros y humanos.
Un pequeño grupo de vampiros impecablemente vestidos estaba a la derecha de la puerta, hablando, tratando de parecer humanos, pero los guardias habían notado su falta de naturalidad y se mantenían lo más lejos posible de ellos. De vez en cuando uno de los vampiros miraba hacia un humano y sonreía, dándose un festín con los ojos y babeando. Era una provocación deliberada y el hecho dijo a Solange que incluso los vampiros estaban de los nervios. Una reunión de este tipo era inaudita. Habían llegado representantes de varios maestros vampiros, pero el hambre era la emoción más relevante que podía leer. Había poca gente para donar sangre y si querían mantener sus reuniones en secreto, no podía haber una masacre. Los vampiros habían ido sin alimentarse, y el olor a sangre humana tenía que estar volviéndolos locos.