Una vez más ella dudó, pero la sangre Carpato había hecho algunos cambios en ella. Esta vez ella lo lamió con lánguidas y sensuales pasadas de la lengua. Lo lamió como la gata que era. Cada caricia de la lengua hacía que un fuego trémulo atravesara sus venas. Ella abrió la boca, la movió sobre el pecho con labios suaves y tiernos. Mordió y todo el cuerpo de Dominic se tensó, acercándose al orgasmo. Sus dientes se habían extendido lo suficiente como para tomar su sangre a la manera carpato. Ella no pareció notarlo, su mente se nublaba con la pasión.
Fue difícil para él a renunciar a la increíble y sorprendente experiencia sensual del intercambio de sangre con su compañera, pero su fuerza se estaba desvaneciendo definitivamente. Cuando ella hubo tomado suficiente sangre para un verdadero intercambio, le presionó la mano sobre la boca y ella se retiró inmediatamente, lamiendo de nuevo con la lengua. Él tuvo que cerrar la herida, pero descubrió que los bordes ya se estaban reparando a sí mismos suavemente.
Volvió a besarla con pasión y la devolvió a la tierra con él, colocando el edredón a su alrededor, observando con cuidado en busca de signos de molestia. Ella se remetió el edredón y se quedó dormida mucho antes de que él se permitiera seguirla.
Dominic despertó antes que Solange, decidido a comprobar su estado de salud. Yacía sobre él, con las piernas sobre sus muslos, debajo de la capa de rica tierra. El edredón estaba enrollado en su mano a un lado, pero en algún momento de su sueño ella había excavado instintivamente una madriguera debajo de la tierra. El limo oscuro la cubría casi hasta el cuello. Se lo tomó como una buena señal.
La luna estaba alta, sintió los rayos que le daban la bienvenida incluso debajo de la tierra,como hacía en cada alzamiento. Se permitió un breve suspiro del alivio. Eso no había cambiado. Su cuerpo estaba completamente sintonizado con la noche. Podía oír los insectos e incluso el suave roce de los ratones. Fuera de la cueva, algo salpicó en la corriente. El cachorro dio un pequeño suspiro de lloriqueo en su sueño inducido por la compulsión.
Dominic se quedó inmóvil, consciente de que Solange había pasado toda la vida en peligro. Sabría si él se movía. Apenas permitió que su aliento se elevara y cayera en sus pulmones cuando abandonó su cuerpo para examinar el de ella. Había muchas más células carpato unidas a sus células ahora, de las que había habido antes de su último intercambio. El cambio también era más pronunciado ahora. Los órganos estaban definitivamente transformándose. Estaba satisfecho y tenía miedo, todo a la vez. Tenía que encontrar a su jaguar. Hasta el momento, Solange no había experimentado ninguna molestia y tampoco su gata.
Su jaguar estaba completamente intacta, aunque cuando la estudió con cuidado, los órganos que compartía con Solange estaban transformándose también. Su corazón latió más fuerte, sólo por un momento, ante el descubrimiento. El cambio en su ritmo fue suficiente para despertar a Solange. Estuvo completamente alerta en un momento, levantando su cabeza, moviendo los ojos rápidamente a su alrededor para buscar cualquier amenaza.
– ¿Qué pasa?
– Estamos a salvo, Solange. Me desperté un poco temprano para asegurarme de que no estabas sufriendo efectos adversos. -Agitó la mano para limpiarlos a ambos antes de que ella pudiera procesar que había estado durmiendo bajo una manta de tierra.
Solange le acarició el pecho con la nariz, inhalando su aroma.
– Me encanta cómo hueles, Dominic. -Lo miró y sonrió-. Hay ventajas claras en ser Carpato.
Él enredó los dedos en su pelo. Ella lo miró con estrellas en los ojos. Le parecía increíble tener una mujer que lo mirara como si fuera todo su mundo. Y tal vez lo era, ella ciertamente era el suyo.
Ella le acarició el pecho con una mano, mostrando placer en su cara ante el simple hecho de tocarlo.
– ¿Has comprobado que mi sangre no te hace nada extraño?
Dominic rió en voz baja, ya atrapado en su hechizo.
– Nuestra sangre junta hace algo un poco extraño, pero todavía soy plenamente carpato. Y parece que tu jaguar todavía es totalmente jaguar.
– Entonces no hay ninguna razón para esperar, ¿verdad? -preguntó ella.
Él negó con la cabeza.
– Debemos ser cautelosos, Solange. No quiero apresurarte a tomar una decisión que puedas lamentar.
Solange se le tumbó sobre los muslos, su pelo se extendió como seda sobre la piel de Dominic, con una mano le acariciaba el saco aterciopelado entre las piernas. Apoyó la barbilla en el muslo, su boca estaba a centímetros del pene erecto.
– Me siento increíble.
Mientras hablaba, él podía sentir el calor de su aliento excitándole la punta del pene. Se sacudió con expectación. Ella se inclinó un poco más cerca y lamió desde la base de su miembro hasta el punto muy sensible debajo de la ancha punta. Cada terminación nerviosa se puso en alerta. Todo su cuerpo se estremeció. Había fantaseado con despertar con su boca sobre él, pero la realidad superaba con creces la fantasía.
– No veo ninguna razón para no finalizar la conversión, Dominic. -Lamió su miembro por segunda vez, tragó toda la punta durante un largo momento de infarto, y luego se retiró-. Me siento genial. Tú también. Creo que deberíamos hacer el intercambio y ver qué pasa.
Él tragó con dificultad, observando todos sus movimientos. Ella iba a seducirlo para conseguir cualquier cosa que quisiera y en este momento, parecía como si le deseara a él.
– Me siento bien. Te deseo tanto.
Los ojos de su gata brillaron de un profundo verde esmeralda cuando lo llevó al interior del calor ardiente de su boca. Él se recostó, saboreando la sensación de su suave boca. Ella formó un anillo apretado con el dedo índice y el pulgar cuando lo atrajo profundamente, se retiró para equilibrarlo sobre sus labios llenos y luego lo envolvió completamente de nuevo.
El aliento de Dominic explotó fuera de sus pulmones. Enredó los dedos en su pelo.
– Podría despertar así para siempre. -Mientras las seducciones funcionaran, ella encontraría un modo de conseguir lo que quisiera.
Eso es lo que estoy tratando de decir aquí. Ésta sería una buena manera de empezar cada alzamiento durante los próximos siglos.
Su lengua acarició y excitó, curvándose a lo largo de la parte inferior de la punta. Las caderas de Dominic se estremecieron mientras ella le tomaba más profundamente con cada golpe. Ya podía sentir la explosión formándose. Era asombroso cuán rápidamente había aprendido ella a complacerlo con una maestría que apenas podía creer. Lo miraba con tanta intensidad, prestando completa atención a cada uno de sus jadeos y gemidos, aprendiendo de cada reacción la mejor manera de volverlo loco.
Y era una estudiante increíblemente rápida.
– Solange… oh, Dios. -Él casi explotó cuando ella comenzó a tararear, el sonido vibrando a través de su pene y extendiendo el calor por sus venas.
Adoro cómo esto te hace sentir, ronroneó ella en su mente. Me encanta tu olor, lo suave que tu piel es aquí. Como terciopelo.
Los músculos del estómago de Dominic se contrajeron cuando las uñas rasparon ligeramente a lo largo de su saco y sus dedos tocando y acariciando, hicieron rodar suavemente las pelotas de terciopelo. Era buena con los detalles y estaba muy concentrada en su placer. El fuego abrasador se extendió por su cuerpo y lo dejó sin respiración.
Ella comenzó a mover la cabeza al ritmo de sus caderas, tomándolo más profundo, estrechándole fuertemente antes de permitir que el pene se deslizase a lo largo del áspero terciopelo de su lengua. Él cerró los puños en su pelo y le empujó la cabeza hacia abajo, cerrando los ojos cuando ella abrió la garganta.