Yalson, que estaba sentada junto a Horza y cuyo pie acariciaba suavemente el tobillo del Cambiante, apoyó los codos sobre la superficie de plástico cubierta de platos y recipientes de líquido.
—Y van a hacerlo volar dentro de cuatro días. Qué jodido desperdicio…
Yalson nunca tuvo ocasión de averiguar si sus palabras habrían servido como finta para cambiar de tema, pues el altavoz del comedor emitió un crujido y en cuanto éste se hubo disipado oyeron la voz de Kraiklyn, que estaba en el puente.
—Bueno, amigos, pensé que quizá os gustaría ver esto…
La imagen del Orbital fue sustituida por una pantalla en blanco sobre la que apareció un mensaje en letras que parpadeaban.
AVISO / SEÑAL / AVISO / SEÑAL / AVISO / SEÑAL / AVISO:
¡ATENCIÓN NAVES! EL ORBITAL VAVATCH Y SU CUBO JUNTO CON TODAS LAS UNIDADES AUXILIARES SERÁ DESTRUIDO, REPETIMOS, DESTRUIDO. EXACTAMENTE A LAS A/4872.0001 TIEMPO DE MARAIN (EQUIVALENTE TIEMPO CUBO-GT 00043.2909.401: EQUIVALENTE TIEMPO MIEMBRO TRES 09.256.8: EQUIVALENTE TIEMPO RELATIVO IDIR QU'URIBALTA 359.0021: EQUIVALENTE TIEMPO VAVATCH SEG SÉPTIMO 4010.5) MEDIANTE HIPERINTRUSIÓN DE REJILLA NIVEL NOVA Y SUBSIGUIENTE BOMBARDEO AMC. MENSAJE ENVIADO POR EL VEHÍCULO GENERAL DE SISTEMAS DE LA CULTURA ESCATÓLOGO (NOMBRE PROVISIONAL). REGISTRADO A LAS A/4870.986: BASE MARAIN A TODAS LAS TRANSMISIONES… SIGUE FIN DE SEÑAL…
SIGUE REPETICIÓN DE SEÑAL NÚMERO UNO EN UN TOTAL DE SIETE:
AVISO / SEÑAL / AVISO / SEÑAL / AVISO…
—Acabamos de atravesar el radio de emisión de esa señal —añadió Kraiklyn—. Os veré luego.
El altavoz emitió otro crujido y se calló. El mensaje se desvaneció, y la imagen del Orbital volvió a ocupar toda la pantalla.
—Hmmm —dijo Jandraligeli—. Breve y conciso.
—Tal y como os había dicho —replicó Yalson, señalando la pantalla con la cabeza.
—Recuerdo… —empezó a decir Wubslin contemplando la brillante banda azul y blanca de la pantalla—. Recuerdo que cuando era muy pequeño una de mis maestras puso un barquito de metal dentro de un cubo y lo llenó de agua. Después agarró el cubo por el asa y me cogió en brazos, sosteniéndome con la espalda junto a su pecho para que mis ojos quedaran en la misma dirección que los suyos. Empezó a dar vueltas y más vueltas, moviéndose cada vez más deprisa, dejando que la inercia de sus giros alejara el cubo de su cuerpo, y el cubo acabó quedando paralelo al suelo con la superficie del agua que contenía formando un ángulo de noventa grados con relación a éste, y yo no podía moverme, y sentía la inmensa mano de una mujer adulta apretando mi estómago, y todo giraba a mi alrededor y no apartaba los ojos de ese barquito de juguete que seguía flotando en el agua, aunque la superficie del agua se había convertido en una línea recta paralela a mi cara, y mi maestra dijo: «Si alguna vez tienes la suerte de ver los Megabarcos de Vavatch te acordarás de esto».
—¿Sí? —dijo Lamm—. Bueno, pues la mano que sujeta la jodida asa del cubo está a punto de soltarla.
—Espero que nos hayamos alejado de la superficie cuando lo hagan —dijo Yalson.
Jandraligeli se volvió hacia ella y enarcó una ceja.
—Querida, después de ese último fracaso, creo que ya nada puede sorprenderme.
—Entrada fácil, salida fácil —dijo Aviger, y se rió.
El trayecto de Marjoin a Vavatch había requerido veintitrés días. La Compañía se fue recuperando gradualmente de los efectos provocados por el infortunado ataque al Templo de la Luz. Los que participaron en la incursión habían sufrido algunas distensiones musculares y arañazos; Dorolow estuvo ciega un par de días, y durante algún tiempo casi todos los miembros de la Compañía estuvieron más callados de lo normal y rehuyeron la compañía de los demás, pero cuando Vavatch se hizo visible la vida a bordo de la nave estaba empezando a resultar tan aburrida —incluso con menos gente ocupando el poco espacio disponible—, que todos anhelaban distraerse emprendiendo una nueva operación.
Horza se apropió del rifle láser que había pertenecido a kee-Alsoro-fus, y llevó a cabo todas las reparaciones rudimentarias y mejoras de su traje que el limitado equipo de la Turbulencia en cielo despejado podía permitirle efectuar. Kraiklyn no paraba de elogiar el traje que le había quitado a Horza; el traje le había permitido salir bien librado de la catástrofe en la sala del Templo de la Luz, y aunque había recibido algunos disparos de considerable potencia éstos apenas habían dejado señales, y mucho menos averías.
Neisin dijo que de todas formas siempre había odiado los láseres, y afirmó que jamás volvería a utilizar uno. Poseía un rifle de proyectiles de disparo rápido en perfecto estado, y tenía montones de munición. En el futuro siempre utilizaría el rifle o el Microobús.
Horza y Yalson habían empezado a dormir juntos cada noche en el que ahora era su camarote y que anteriormente había pertenecido a las dos mujeres. Los largos días del viaje habían hecho que su relación fuera volviéndose más íntima, pero seguían hablando poco, al menos para ser una pareja de recién enamorados. Los dos parecían preferirlo así. El cuerpo de Horza había completado su regeneración después de haber adoptado la personalidad del Gerontócrata, y todas las arrugas, cicatrices y cambios exigidos por aquel papel habían desaparecido. Horza había explicado a quien quisiera oírle que ése era su aspecto de siempre, pero en realidad había moldeado su cuerpo para que se pareciera considerablemente al de Kraiklyn. El nuevo Horza era un poco más alto y tenía el pecho más robusto que su yo neutral, y su cabello era más oscuro y abundante. Naturalmente, aún no podía permitirse Cambiar de rostro, pero los músculos y glándulas ocultos bajo la piel atezada estaban preparados para iniciar el proceso. Un trance de corta duración y estaría en condiciones de pasar por el capitán de la Turbulencia en cielo despejado; puede que Vavatch le diera la oportunidad que necesitaba.
Había pensado durante mucho rato en cuáles debían ser sus acciones futuras ahora que se había convertido en otro miembro de la Compañía. Eso le daba cierta seguridad, pero le impedía ponerse en contacto con sus jefes idiranos. Naturalmente, siempre podía seguir su propio camino, pero aquello habría sido una especie de traición a Xoralundra, tanto si el viejo idirano estaba vivo como si había muerto. Además, significaría huir de la guerra, de la Cultura y del papel que había escogido jugar en contra de ella. Aparte de todo eso, al principio también hubo una idea con la que Horza había jugueteado incluso antes de saber que su siguiente misión guardaba relación con el Mundo de Schar, y era la idea de reunirse con su antigua amante.
Su nombre era Sro Kierachell Zorant. Era lo que llamaban una Cambiante dormida, pues nunca había recibido entrenamiento y no deseaba practicar el arte del Cambio. Sro había aceptado el puesto en el Mundo de Schar en parte para escapar a la cada vez más belicosa atmósfera de Heibohrne, el asteroide natal de los Cambiantes. De aquello hacía ya siete años, y en aquellos momentos Heibohrne se encontraba dentro de lo que casi todo el mundo reconocía como espacio idirano. Muchos Cambiantes habían empezado a trabajar para los idiranos.