– Tienes razón… -Enrico lleva a la niña a su dormitorio.
– No puede separarse de ella, ¿eh?
Pietro niega con un movimiento de cabeza.
– No. Imagínate si Camilla se hubiese marchado con la niña… Se habría suicidado.
Enrico vuelve al salón. Flavio está sentado ahora en el sofá e intenta tranquilizarlo.
– En cualquier caso, no debes enojarte con Camilla. Debes pensar que hasta ayer todo iba de maravilla… Por desgracia, algo se ha roto de repente.
– Sí, una tubería del cuarto de baño…
– Es una relación de amor… -Flavio apura su bebida y, al parecer, una idea acude entonces a su mente-. Un momento, el detective no encontró nada hace dos años…, ¿verdad?
Enrico mira a Alex. Alex mira a Flavio. Flavio mira a Pietro. Enrico está consternado.
– Me dejas de piedra… Alex…, ¿se lo has contado a todos?
Alex mira fijamente a Pietro. En realidad, sólo se lo dijo a él. Esta vez sí que la ha hecho buena, ha metido la pata hasta el fondo, no le queda más alternativa que mentir por segunda vez.
– Perdóname, Enrico… Era una carga demasiado grande para mí y no podía sobrellevarla solo…
Pietro comprende su error y trata de remediarlo.
– Está bien, lo sabemos desde siempre, Enrico; me refiero a que buscaste la ayuda de un detective porque no te fiabas de Camilla, pero no te lo tomes a mal. Somos un grupo de amigos y debemos afrontar las cosas como tal. Hoy te ha tocado a ti, pero mañana la víctima podría ser yo, o cualquiera de ellos.
Flavio y Alex se tocan de inmediato tratando de ahuyentar la mala suerte. Pietro se da cuenta.
– Es inútil, no hay ningún conjuro que pueda alejar la desgracia. Cuando toca…, ¡toca! Alex quizá tenga algo de culpa. ¡Debería haberle dado a Enrico las dos carpetas del detective! Pero ahora ya no hay nada que pueda hacer.
Pietro da una palmada en el hombro a Enrico.
– Debemos suponer que el detective hizo bien su trabajo… Sólo que a veces no queremos aceptar que el amor se acaba y punto.
– ¡Vaya, hombre, gracias! ¡Gracias, de verdad, gracias! -Enrico se levanta, molesto-. Te lo agradezco, eres justo lo que necesito en este momento, eres la aspirina para el dolor de cabeza, el jarabe para la tos.
– ¡Sí, el preservativo para la prostituta! ¿Queréis dejar de ser tan ilusos? -Pietro mira a sus tres amigos cabeceando-. ¿Cómo es posible que sigáis creyendo en las fábulas? Hoy más que nunca, gracias a los móviles, a los chats y a los sms, las mujeres traicionan, se distraen, coquetean, sueñan, vuelcan su romanticismo en otro…, en fin, que les gusta engañar tanto como a los hombres. De no ser así, no se explicaría mi tremendo éxito, incluida esta velada. -Mira el reloj-. Es más, no hagáis que llegue tarde, ¿eh?
Pietro se percata de que sus amigos lo miran con malos ojos.
– Vale, os lo explicaré de otra manera… Pasado cierto tiempo, la mujer se harta igual que el hombre; esa historia de que tiene que estar enamorada para acostarse con alguien no es cierta, os la habéis inventado vosotros, mejor dicho, todos nosotros, los hombres, ¡porque nos gusta creer que sólo están con nosotros por amor! ¡Pero no es así! Les gusta tanto como a nosotros, puede que incluso más. Y todo ese cuento de hablar sin cesar para convencerlas… ¡Nada más lejos de la realidad! Como dice Woody Allen, hacer el amor es mejor que hablar… Hablar es el sufrimiento por el que es inevitable pasar para llegar al sexo. Os diré otra frase aún mejor de Balzac: «Es más fácil ser amante que marido, porque es más difícil estar de buen humor todos los días que halagar de vez en cuando.» ¡Verdad de la buena! Yo lo he constatado con Susanna: a veces, no me apetece mucho, ¡pero cuando interpreto el papel del amante doy lo mejor de mí mismo!
Flavio decide intervenir:
– Perdona, Pietro, pero yo no estoy en absoluto de acuerdo. ¿Dónde queda entonces el placer de construir juntos y el deseo de exclusividad? ¡Yo hago cosas por mi mujer, aunque a veces me cueste, porque quiero que se sienta realizada, feliz y satisfecha!
– ¡Anda ya! No digo que no se pueda ser feliz en parte, pero al final es una cuestión de costumbre pura y dura, ¡y a las mujeres les asustan las novedades! ¿Sabes a cuántas mujeres he conocido que de repente querían dejar a sus maridos sólo porque se habían acostado conmigo? Se sentían como una especie de heroínas ansiosas de dar un giro a sus vidas… Pero, después, apenas comprendían que yo no tenía ninguna intención de entablar una relación con ellas por temor a la misma historia del ménage que me habían contado en repetidas ocasiones, curiosamente volvían con su marido más enamoradas que antes. ¡y siempre decidían marcharse en seguida de vacaciones! ¡De manera que, para varias de ellas, he sido incluso terapéutico! Venga, chicos, a veces el amor es realmente ridículo…
Enrico lo mira sorprendido.
– Eso quiere decir que Camilla…, en fin, que dado que se ha comportado así la estás alabando, consideras que es una mujer valiente…, ¡una temeraria!
– Escucha, no me apetece seguir hablando de vuestros líos. No se puede generalizar. Las mujeres os hacen creer que son fieles, os dan seguridad… -Pietro mira luego a Alex y arquea las cejas-. Quizá os aseguran que tienen el móvil descargado porque no pueden deciros sin más que han salido con otro… Las parejas ya no son abiertas. ¡Vivimos como antes del año 68! Todos traicionan y todos disimulan.
Alex lo mira irritado.
– Oye, que Niki tenía el teléfono descargado de verdad…
– Ah, ¿y cómo puedes estar tan seguro?
– Porque me lo ha dicho ella…
– Bonita respuesta.
– Y, sobre todo, ¡porque si tuviese ganas de salir con otro me lo diría!
– Ésa me gusta aún más… Siempre me ha encantado la ciencia ficción… Victor Hugo dijo una gran verdad: «Una mujer que tiene un amante es un ángel; una mujer que tiene dos amantes es un monstruo; una mujer que tiene tres amantes es una mujer.» ¿Sabéis cuántas esposas o chicas con novio han tenido una historia conmigo? Las cortejo, les hago revivir el entusiasmo de las primeras salidas, de las sorpresas en la cama… y por un instante piensan en dejar a su marido, o Quizá incluso lo dejan por un período de tiempo, sólo en su imaginación, ¿eh?…, pero luego vuelven a su lado, son miedosas, como nosotros, ¡y en lo que concierne a «ese aspecto» son idénticas! Las mujeres son hombres con tetas…, pero sin huevos.
– Eres terrible. Entonces, ¿por qué te casaste?
– Porque llegado un punto debes dar a una mujer esa tranquilidad… Además, tenéis que reconocer que es útil… «La familia es la asociación instituida por la naturaleza para satisfacer las necesidades del hombre», decía Aristóteles. Y Susanna era la persona adecuada para dar ese paso. Pero todos los matrimonios son así: llega un punto en el que ninguno de los dos está contento, no bastan ni los hijos ni la casa… «Ejercer de marido es un trabajo a tiempo completo, por eso muchos maridos no consiguen dedicar toda su atención», decía Arnold Bennet. Y tenía razón, ¡caramba! Todos quieren enamorarse, deseamos el amor…, ¡y lo buscamos donde podemos! ¡Soñamos con él, lo perseguimos!
Alex sacude la cabeza.
– Pero ¿se puede saber quién eres tú? ¿La Wikiquote con patas? Nos estás acribillando con tus citas…
Pietro compone una expresión solemne.
– Claro, me he trabajado mucho el tema para dejar asombradas a mis dulces presas: adoran las citas, ¿qué te crees?… Ésta, por ejemplo, la uso cuando alguien me ataca, escucha: «Inmediatamente después del creador de una buena frase viene, por orden de importancia, el primero que la cita», Ralph Waldo Emerson.
Alex vuelve a sacudir la cabeza.
– Eres un caso perdido. De todos modos, no estoy ni estaré nunca de acuerdo contigo. Mis padres están casados y siempre han sido felices.
– Son la excepción que confirma la regla.