– ¿Rifle de asalto FA 03 fabricación Brasil? -dice este agente, gritando, tal vez no me oye, por eso gritando-. Venerable ancestro, muy respetada moribunda pronto cadáver putrefacto -grito-, ¿dónde vende aquí rifle de asalto eslovaco SA Vz.58?
La cara de loro de piel moribunda se llena de rubor de sangre, la boca de cera roja se frunce hasta formar mohín volcánico y se tensa hasta que la piel de la boca fruncida queda blanca por falta de sangre. Ojos con catarata mandan descargas eléctricas. Volcán se abre por fin, y voz de loro viejo dice bien fuerte, con erupciones de saliva voladora:
– Encontrará nuestros productos deportivos en el pasillo dieciséis, jovencito.
Podría fácilmente hacer ñic-ñac, manos de este agente se abalanzarían formando veloz Abrazo Suave de Alas de Pájaro para retorcer cuello del loro, torcer espinazo y partirlo y causarle suave muerte instantánea y compasiva. Este agente dice simplemente:
– Gracias, muy estimada señora esqueleto viviente. -Y le deseo pronta y rápida misión de paso a la próxima eternidad.
Para que conste en acta, laberinto para ardillas del centro de distribución de artículos en venta es un rompecabezas de objetos librando competición bélica, todos mejorados y todos empaquetados en colores llameantes. Arca compartimentada con muros construidos a base de objetos, todos teñidos de colores para atraer la vista. Todos objetos van impresos: Quiéreme. Mírame. Millones de objetos que hablan, que suplican. Coronan a consumidor americano con el poder de los reyes para rescatar la cosa elegida y llevarla a casa o bien abandonarla aquí a su muerte por expiración. Etiquetas parlantes se clavan en los oídos, azotan los ojos. Halagan a la mano para que los coja. Objetos moribundos. Todos aquí, con la vida útil extinguiéndose mientras reloj avanza. Objetos moribundos. Comprador moribundo. Esclava «Doris» moribunda. Tristeza desesperante.
Los pies de este agente doblan los recodos, recorren los cañones sombríos hechos de objetos, todos ellos jactando de ser los más baratos. Todos del mejor gusto. Todos objetos luchan por ser adoptados.
Al doblar el recodo siguiente, los ojos del agente-yo presencian al agente Tibor, número 23, empujando la cesta plateada con ruedas de su familia-huésped. Doblo otro recodo y presencio a la agente Magda, número 36; su madre-huésped mira de reojo mientras esconde la caja colorida del objeto dentro del blusón de dicha agente, para formalizar robo. La mirada de la agente Magda se encuentra con la mirada de este agente.
El comienzo está cerca: Operación Estrago.
Al momento siguiente, los pies de este agente doblan nuevo recodo y presencian a hermano-huésped, perro-puerco, acostado sobre el suelo encerado. Boca abajo en el suelo, con la mejilla de su cara de perro-puerco pegada al suelo y el cuerpo entero despatarrado por debajo de cabeza y cuello. De pie junto a él, otro joven, con el pelo largo amarillo claro americano colgando y tapándole las orejas. El pelo amarillo claro le cuelga cubriendo el cuello y cayendo como cortinas a los lados de la cara mientras el joven apoya un zapato en costado superior de la cara de perro-puerco. Joven amarillo-claro apoya todo su peso hasta ponerse de pie sobre la cara del hermano-huésped y le dice:
– Suelta la pasta, capullo…
La cara de perro-puerco, agarrotada debajo de zapato, aplastada contra el suelo, la nariz del hermano-huésped emite sangre y moco líquido formando charco mixto alrededor de los labios partidos. Ojos de hermano-huésped fuertemente cerrados. Labios de perro-puerco farfullan en medio del charco, sueltan sangre y jugos mientras dicen:
– Vale… vale… -Dice-: Pero deja que me levante.
Matón amarillo-claro lleva la mano hasta el bolsillo trasero del pantalón de perro-puerco. Desliza los dedos dentro y tira hasta que la tela vaquera cruje al romperse las fibras y el bolsillo queda colgando igual que un rabo de tela. Con el zapato bien plantado para mantener la cara de perro-puerco pegada al suelo, las manos de matón amarillo-claro extraen dólares de papel americanos del billetero de cuero de perro-puerco. Matón amarillo-claro se mete los papeles en el bolsillo de su pantalón y tira el billetero vacío haciéndolo volar, patapaf, de manera que rebota en la cara y chapotea en el charco de sangre del hermano-huésped. Matón de pelo claro mira a este agente, con sus ojos de matón color azul descarga eléctrica, produciendo fuego de color azul, para sostener la mirada del agente-yo. El matón va ataviado con un blusón negro que tiene el texto «Juan 3:16». Pantalón vaquero azul. Matón amarillo-claro dice:
– ¿Tú que estás mirando, pigmeo? -Dice-: ¡Largo de aquí!
Los ojos del hermano-huésped se abren para mirar desde el suelo, y sus labios dicen:
– Te dije que no me siguieras… -Ojos zigzaguean surcados por canales rojos en la parte blanca.
El billetero de cuero está tirado abierto en el suelo, salpicado de sangre, vacío de dólares. Las rodillas del agente-yo se doblan para permitir que sus manos lo recojan.
Matón amarillo-claro dice:
– Eh, Cedar, ¿esta es tu pequeña putita de color?
Sosteniendo el billetero mojado de sangre, este agente dice:
– No soy pigmeo.
El matón amarillo-claro, pisoteando al acobardado perro- puerco, con el pelo amarillo balanceándose por encima de los ojos de fuego azul, dice:
– ¿Qué eres, chinorri? ¿Negrata? ¿Moro? -Dice-: ¿Exactamente qué raza de puto espalda mojada eres?
En este mismo instante los codos del agente-yo podrían volar y clavarse veloces, pum-ba, en las esquinas blancas de sus sienes y aturdir el cerebro del matón amarillo. Desmayo. El pie de este agente podría bajar de un pisotón la cintura de los pantalones del matón hasta dejárselos arrugados en los tobillos. Al momento siguiente, el arma inflada del agente-yo violaría el ano desmayado, humillaría con su semilla el grito de dolor violado del matón amarillo-claro. Fricción puramente en seco.
El matón amarillo-claro levanta su zapato de la cabeza del hermano-huésped. Pone una cara de media sonrisa y dice:
– Muy bien, Cedar, ya puedes ir a follarte a tu putita de color. -Dice-: Gracias por la pasta.
El zapato del matón pisa el charco de sangre, y el matón amarillo-claro se aleja dejando huellas de sangre con el dibujo en zigzag de la suela del zapato, con el grabado en sangre de las líneas diagonales de tracción cada vez menos rojo y menos nítido hasta que los pies doblan un nuevo recodo de las murallas de productos y desaparecen.
Solamente queda el rastro de pisadas de sangre. Único testigo, mirando desde el pasillo terminal de productos, la mujer cadáver Doris ha estado mirando la melé con los ojos guiñados. Al momento siguiente, el cadáver se retira correteando y se esfuma.
Perro-puerco se levanta a sí mismo hasta apoyarse con dos codos en el suelo. El dibujo en zigzag se ha quedado grabado en la mejilla de la cara del hermano-huésped. Ahora tiene en la dermis dibujos de color rosa oscuro, luego rojo y luego púrpura, con el diseño de la tracción del zapato. Muchas líneas diagonales como relámpagos eléctricos, canales que transportan el agua que mana de los ojos, curvas vertiginosas en zigzag, hasta que la mano de perro-puerco se seca el agua de un manotazo.
Estirando el dedo bien recto para dirigir la mirada, este agente dice:
– Zapatilla de tenis -señalando el dibujo de sangre del suelo. Luego, el dibujo grabado en la mejilla.
Y el perro-puerco se sacude de un manotazo el agua de los ojos y dice:
– No, pigmeo idiota… -Dice-: Es una puta zapatilla de atletismo. -Tiene rayas rojas y blancas por la mejilla como las de una bandera americana que ondea al viento. El hermano-huésped coge una cucharada de aire con la mano y dice-: Sígueme.
Al momento siguiente, el perro-puerco hace un pequeño desfile del agente-yo hasta el área donde hay muchos millones de zapatos en venta. Zapatos en estantes de muro. Montones densos de zapatos en muchas mesas. Zapatos fabricados con cuero igual que el billetero que se queda pegado a los dedos del agente-yo por culpa de la sangre que se va espesando. Zapatos fabricados con tela igual que el rabo de bolsillo colgante del hermano-huésped.