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– «Como máximos líderes potenciales que sois -dice el guardia ejecutivo, leyendo del papel-, tenéis que abrir vuestro cráneo a la estimada sabiduría que os ofrecen Lenin, Mao y Perón. -La voz del guardia crece en volumen y dice-: Tenéis que vaciar vuestro cráneo para dar la bienvenida a la reverenciada guía de Hitler, Stalin y Trotski.»

Desde la mañana de hoy, todos los presentes quedan adoptados en calidad de descendientes del Estado. El gobierno los criará para alcanzar una gloriosa edad adulta.

– Después de hoy -dice el guardia ejecutivo-, ya nunca más estaréis a solas en vuestras mentes.

Todos los pensamientos futuros se convertirán en meros ecos de las enseñanzas estatales. En educación ideológica ilustrada.

En la mañana de hoy, el guardia sigue leyendo en voz alta el papel y habla del ataque americano más masivo hasta la fecha sobre el centro de la ciudad capital. En el tiempo simultáneo al test profesional, unos agentes enemigos originados en Estados Unidos han detonado un artefacto nuclear sucio, asesinando a incontables personas y contaminando un amplio sector. Los progenitores de todos los presentes han sido declarados muertos. Masacrados por un capricho de los demonios americanos. Las relaciones de parentesco más queridas han sido aniquiladas entre gritos por las acciones militares encubiertas de Estados Unidos.

El guardia ejecutivo baja el papel con las palabras impresas, lo dobla y lo oculta en las profundidades del bolsillo de su pantalón. El guardia dice:

– La mejor manera de que los hijos del Estado honren a sus ancestros mártires no es el duelo, sino el estudio diligente. -Y dice-: Y repito, felicidades por el éxito de vuestros tests.

Cita: «Al vencedor nunca vendrán a preguntarle si dijo la verdad».

Y este agente se acuerda de cómo hace poco ha rechazado los labios de la progenitora femenina, por miedo a ser ridiculizado por los coetáneos. Y que se ha limitado a cogerle la mano.

El guardia ejecutivo se vuelve a poner el cubre-cabeza del uniforme sobre el cráneo y dice:

– Es de capital importancia que el Estado ahora trame venganza sobre los diablos americanos: -Dice-: Seguidme.

El guardia gira sobre sí mismo para abandonar la sala, conduciendo a Tibor, a Chernok, a Vaky, a Magda… y todos los agentes dan sus primeros pasos hacia su futura familia. Siguen los pasos exactos del guardia ejecutivo, marchando hacia delante con zancadas de 22,5 pulgadas exactamente, y cada ocho zancadas que dan los hacen adentrarse cinco metros más en la nueva misión de la venganza letal.

COMUNICADO VIGESIMOTERCERO

Empieza aquí el informe vigesimotercero del agente-yo, número 67, sobre su asistencia a una sesión de educación obligatoria en la institución pública XXXXX. Período de clase XXXXX. Educación física dirigida por el instructor entrenador XXXXX. Para que conste en acta, los rituales de educación americanos son especialmente eficientes a la hora de segregar a los jóvenes dotados de intelecto superior de los jóvenes que gozan de una destreza física superior. El mejor ejemplo es el ritual denominado «esquivar la pelota». En el mismo todos los compañeros masculinos se enzarzan en una batalla falsa bajo la supervisión de las compañeras femeninas fértiles.

Al comienzo del ritual los individuos masculinos físicamente superiores eligen a los mejores combatientes para que los acompañen en la batalla, clasificando de esta manera a todos desde los mejores hasta los menos deseables para la reproducción, bajo la atención minuciosa de las hembras. Al momento siguiente, los machos divididos se enzarzan en un violento asalto al ejército opuesto, aporreándolo con vejigas infladas de goma de látex.

En el curso del conflicto, los individuos masculinos que ostentan una musculatura superior infligen heridas en esos otros típicos individuos masculinos que gozan de un intelecto superior pero sufren de un ratio altura-peso, un índice de masa corporal y una estatura inferiores.

Al terminarse el ritual de esquivar la pelota, las hembras son plenamente conscientes de qué individuos masculinos presentan unos rasgos físicos más deseables. Los machos derrotados y señalados por las heridas, ciudadanos reproductivamente débiles. se ven forzados a autoexcluirse y redirigirse, y en lugar de fecundar a sus compañeras y procrear descendencia, lo que hacen es canalizar su agresividad en el club de ajedrez y concentrar sus ambiciones sexuales en el club de ciencias. En los debates o la ciencia forense. En la asociación de cohetes en miniatura. Se les niega el acceso a la reproducción sexual y por tanto liberan su intelecto superior para permitirse una educación más prolongada. Durante la misma, los genes físicos superiores se canalizarán para fecundar a las hembras físicamente superiores.

Para beneficio de todos, es completamente crucial segregar al intelecto de la capacidad física.

Y todo esto se lleva a cabo en el terreno de batalla de esquivar la pelota.

Para que conste en acta, antes del día de hoy el agente-yo siempre quedaba entre los últimos en la selección para el ejército de esquivar la pelota. Los capitanes de los equipos respectivos se peleaban al negociar la inclusión de este agente. El capitán decía: «Nosotros nos quedamos con el lisiado y con el retrasado si vosotros os quedáis con Pigmeo…».

Y durante todo el proceso, las compañeras coetáneas femeninas observaban, emitiendo muecas faciales exageradas para expresar asco, cerrándose los orificios nasales con los dedos, haciendo sobresalir los músculos linguales y señalando con el dedo estirado a este agente.

Pero en el día de hoy, esta situación no tiene lugar.

En el día de hoy, la gran mayoría de los compañeros estudiantes masculinos van ataviados con blusones de tela negra con las palabras del alfabeto inglés estampadas: «Propiedad de Jesús». Este agente lo está narrando con precisión. Todos esos coetáneos masculinos van ataviados con un blusón idéntico al que lleva el agente-yo. Los estudiantes masculinos llegan al recinto del gimnasio, se acercan a este agente y le dicen:

– Eh, Pigmeo, colega. -Dicen-: Te vienes a mi equipo, ¿verdad?

Los coetáneos masculinos se reúnen para que las hembras reproductivas los observen desde la distancia de la zona opuesta del recinto del gimnasio. Entre los machos, las únicas excepciones al atuendo de blusones negros iguales al del agente-yo, los únicos que no se acercan a este agente, son los agentes Tibor, Oleg y Chernok. Todos los compañeros agentes elegidos en un día remoto de tests profesionales, convertidos en huérfanos por el ataque terrorista americano de aquel atroz día pasado, los agentes Ling, Mang y Tanek, se limitan a permanecer a distancia. Posando sus miradas penetrantes en este agente.

Durante el momento presente, el antiguo delegado masculino de Brunei dice en tono de exigencia:

– Pigmeo, enséñame eso que haces para romperle las piernas a la gente.

Otro delegado, el de Burundi, dice:

– No, primero enséñanos a noquear a todo el mundo con el codo…

Mientras me atosigan por todos los lados, el caballero delegado de Laos dice:

– Pigmeo, pequeñajo, enséñanos a matar usando solo el dedo meñique.

Inflando el pecho con una enorme inhalación, el agente-yo cita al dictador benigno y ambicioso regente Idi Amin, diciendo:

– «La política es como el boxeo: a los oponentes se los intenta noquear».

Al momento siguiente, la puerta se desencaja de la pared del gimnasio y la puerta se abre para desvelar al instructor del período de esquivar la pelota.

En el momento en que el instructor americano se despliega a sí mismo en la puerta, todas las voces dicen al unísono: