El enorme padre-huésped vaca-jadeante emprende un pequeño desfile hasta el sitio donde el cadáver viviente está sentado controlando los ruidos del teclado. El padre-huésped dice:
– ¿Señora Lilly? -Dice-: Me gustaría presentarle a nuestro nuevo hijo de acogida -Dice-: Lo llamamos Pigmeo.
Tal como dictan los usos, los pies del agente-yo caminan hasta acercarse. La mano se extiende para aceptar apretón del aclamado cadáver arrugado. La boca le desea un feliz tránsito hasta convertirse nuevamente en tierra útil.
La muy respetada momia moribunda de podredumbre posa un ojo con catarata sobre este agente. La rendija de cera roja de sus labios faciales revela unos dientes protésicos blancos ocultos detrás y dice:
– Ya nos hemos conocido…
Al momento siguiente, este agente es asaltado por un individuo masculino que se acerca, blandiendo una mano abierta cuyos dedos atrapan los del agente-yo. Esa víbora de hombre me aplasta los dedos igual que cuando uno retuerce con las manos una cabra para matarla e ingerirla. Me agita el brazo igual que un perro rompe el espinazo de una rata. El depredador masculino en cuestión zarandea el brazo de este agente y dice:
– Encantado de conocerte, Pigmeo. -Dice-: Yo soy el reverendo Tony.
La boca del agente-yo dice:
– Encantado de tener contacto con usted, astuto títere de la superstición.
La boca del agente-yo dice:
– ¿Cómo está de salud, marioneta de Satanás?
El líder del culto manipula la frente para levantar una sola ceja de pelo y enarcarla por encima del ojo. El diablo Tony no pierde la sonrisa. Dice:
– Este pequeño jovenzuelo necesita practicar el inglés.
La mano del agente-yo empieza a presionar los dedos del líder del culto, a aplastarlos, los huesos se hunden, la piel y el músculo soportan tanta presión que desprenden humedad, son estrujados igual que un trapo de tejido empapado de sangre. Sería posible, usando rodilla en punta, catacloc, hacer estallar la caja torácica del líder de la adoración. Sería posible impactar cabeza contra la cabeza del reverendo, pata-trunch, y crear contusión del cerebro. Pero en cambio, este agente se limita a decir:
– Repitamos encuentro pronto, por favor, víbora chupona del mal.
El líder del culto retira a toda prisa la mano aplastada y se la cobija dentro de la otra mano. Con la mano aplastada estrujada y blanca, el líder dice:
– Si me disculpan, esta mañana tenemos un nuevo cordero al que dar la bienvenida a nuestro rebaño. -Posando la mirada sobre este agente, el diablo Tony dice-: Si no me equivoco, Pigmeo, nuestro nuevo cordero viene de tu misma exótica tierra natal…
En esta capilla de adoración, todos los cuellos masculinos deben ir atados con banderolas anudadas, banderolas de seda anudadas sobre la tráquea de manera que dos tiras largas queden colgando sobre el pecho hasta la cinturilla del pantalón. Todos los individuos femeninos tienen que refugiar cabeza dentro de cubierta de gorro. Entro en la ubicación en compañía del padre-vaca jadeante, madre-huésped pollo con tics, hermano perro-puerco y hermana-huésped-gata. Emprendemos pequeño desfile hasta sentarnos en banco alargado.
En situación estratégica, posicionados entre las víboras venenosas cristianas, se encuentran sentados el agente Ling, número 9; el agente Tibor, número 23; la agente Bokara, número 54; y la agente Sheena, número 7. Los ojos de todos los agentes atestiguan, monitorizan, barren la ubicación del culto. Ponen a punto los afilados colmillos. Preparan: Operación Estrago.
A lo lejos, detrás de su cortina bamboleante de pelo amarillo-claro, con un moretón púrpura rodeándole cada ojo, con la nariz doblada para apoyarse a descansar de lado sobre una mejilla amoratada de la cara… el matón amarillo-claro posa sus ojos de color azul descarga eléctrica sobre el agente-yo. Con todos los músculos rígidos de odio. La boca del matón se abre por un costado para desvelar los dientes apretados que hay detrás. Uno de sus dientes incisivos tiene una esquina mellada.
En la mejilla de la cara del matón siguen grabadas las líneas cuadriculadas del cemento blanco de los azulejos de cerámica.
La hermana-huésped, la gata-sigilosa, dice:
– Pobre Trevor. -La hermana posa la mirada sobre el matón amarillo-claro y dice-: Parece que ha sufrido un accidente de tráfico…
Durante el largo posamiento de su mirada sobre el matón amarillo-claro, la hermana-huésped expulsa todo el gas de los pulmones, con un único y largo suspiro, los hombros se le derriten, la cabeza se le inclina a un lado y se le queda colgando así torcida, su boca de gata compone una sonrisa y dice:
– Trevor Stonefield es tan maravilloso… -La mano de la hermana se eleva para tocar la ubicación de su músculo cardíaco.
Los ojos de color azul llameante del matón amarillo-claro no parpadean. Un espasmo muscular le agarrota los dos extremos de la mandíbula. De la mandíbula le descienden sendos túneles de sangre, abultando mucho bajo la piel, hinchados, con muchas ramificaciones y que desaparecen detrás de la tapia del cuello de su blusa blanca atado alrededor del cuello del matón con una banderola de seda anudada, la tira estrecha de banderola roja y luego azul. La cara del matón amarillo-claro está teñida del rubor de la sangre. Las comisuras de la boca las tiene agarrotadas y blancas por la ausencia de sangre. El brazo le cuelga, sin doblez, pero por debajo de la cintura de la muñeca de la manga de la blusa los dedos le forman un puño, también duro como la piedra y blanco por la ausencia de sangre. El cubre-cabeza de la hermana-gata está embellecido con genitales falsos de petunias fabricados a base de tela. Color rojo y color amarillo. Los brotes de la coronilla sugieren muchas vaginas dispuestas. Los ojos de la hermana-huésped siguen posados en el matón amarillo-claro, la hermana-gata sigue sonriendo y dice:
– Me pregunto cómo será Trevor en la cama…
Los dos hombros del agente-yo sufren sendos espasmos que los elevan casi hasta las orejas, lo que se llama encogimiento, y digo:
– Su ano de puta lacerado y costroso y rodeado de tejido cicatrizado demasiado estrecho.
Inmediatamente la hermana-gata posa la mirada en este agente. Los ojos se le ponen muy redondos, la piel de la cara se le alisa y la boca se le queda abierta hasta que dice:
– Para tu información, él es hetero.
Para que conste en acta, la dermis de la hermana-gata indica que alberga muchos óvulos humanos viables para la reproducción de futuros agentes. Dentro de su corpiño de algodón, las glándulas mamarias abultan listas para manufacturar dieta de muchos futuros agentes. A juzgar por largo mechón de pelo, ni roto ni seco ni piojoso, la hermana-gata no es portadora de ninguna enfermedad. La pelvis funciona con facilidad para aceptar semilla y luego alternar eso con la emisión constante de descendencia. Sus entrañas requieren muchas semillas.
El arma del agente-yo se empieza a inflar dentro del pantalón de este agente. El escroto constriñe su tamaño. El agente-yo se ve obligado a tragar saliva.
Con la mirada colocada en otra parte, la hermana-gata dice:
– ¿Quién es esa guarr a?
Este agente sigue la mirada de la hermana a través de la gente religiosa, más allá del matón amarillo-claro y de los genitales aromáticos y cortados de una gran variedad de formas de vida vegetal. Más allá de los cordeles inflamados e incrustados dentro de cilindros de parafina blanca, hasta llegar debajo de los palos de madera cruzados donde cuelga desnudo el falso individuo masculino con sangre falsa pintada en las manos y los pies.
La mirada de la hermana-gata se posa debajo de la falsa víctima de torturas masculina.
La mirada de este agente descubre en esa ubicación, de pie, con la boca prieta como un puño y devolviendo la mirada, a la agente Magda, número 36. Una descarga eléctrica sale de los ojos marrones de Magda para atacar a la hermana-gata.