– ¿Alguna más?
Detrás de un velo de humo, en medio de un halo y una neblina de humo de metal caliente, la cara de la hermana dice:
– Prueba en mi Osito de Peluche que Habla.
Las garras de la madre abren a la fuerza la piel del oso de peluche. Oso falso en miniatura. La piel trasera se le abre parcialmente para revelar cilindro, y la zarpa de la madre hurga hasta vaciarla. Hasta destripar al oso. Luego se esconde el cilindro-pila en el pantalón. La boca dice en tono más alto:
– ¿Alguna más?
Oculta tras la boquilla de cigarrillo de metal, tras la varita al rojo vivo, la cara de la hermana no dice nada. Silencio. La nariz sopla el humo del metal. Acre. La boca dice:
– Mira en mi sirena antiviolación, dentro de mi mochila -Soplando humo del soldador, dice-: Joder, mamá, eres patética.
La madre-pollo va pavoneándose hasta la ubicación donde el contenedor de tela descansa en el suelo, bajo la ventana. La zarpa escarba hasta sacar una trompetita del bolsillo, retuerce el extremo y extrae dos cilindros. Con los bolsillos del pantalón hinchados de la multitud de cilindros, la madre-huésped camina hasta la puerta y dice:
– Gracias, cariño. -Dice-: Que juguéis bien. -Arrastra la puerta hasta dejarla afianzada en la pared. Los ruidos de pie se hacen más pequeños y desaparecen.
Con la cara inclinada, las cubiertas de piel de sus ojos frunciéndose en medio del sendero flotante, de la curva espiral de hebras blancas de humo, la hermana-huésped dice:
– No me puedo creer que mi propia madre ponga su orgasmo por delante de la posibilidad de que a mí me violen…
Sus manos empujan el gusano de metal a soldar contra la pistola de soldar caliente. Dibujo de pintura metálica líquida sobre el panel de circuitos del proyecto de trabajo. Inhalando el humo blanco serpenteante, la hermana-gata dice:
– Confía en mí, Pigmeo, pásate un buen rato sin bajar al sótano. -Dice-: Mamá está montando una de sus fiestitas de cachivaches de folleteo. -Dice-: Antes ella y sus amigas se obligaban entre ellas a comprar unas cajitas de plástico para las sobras de comida. Ahora se sientan todas juntas para probar vibradores.
Los ojos del agente-yo se posan únicamente en la hermana. Al otro lado de la lámina de cristal de la ventana, por debajo del árbol, está de pie en la acera la agente Magda, no asfixiada, con los ojos marrones posados en donde estamos nosotros.
La hermana-huésped dice:
– Son unos juguetes sexuales que usan para alcanzar el clímax. -Dice-: Para eso quiere las pilas.
Un temblor invisible y en miniatura surge de la cama, de los muelles del colchón, haciendo vibrar el suelo de la cámara. Un temblor diminuto hace bailar el velo de tela amarilla de la ventana. Un estremecimiento en miniatura agita las entrañas del agente-yo, un pulso diminuto masajea mi arma dentro del pantalón.
El cuchillo de trabajo traza una ruta temblorosa sobre la superficie de trabajo, pasando junto al codo de la hermana-huésped y acercándose a caerse desde el borde. Al momento siguiente, la hermana-gata atrapa el cuchillo en el momento anterior a que se caiga al suelo. Deposita el cuchillo más lejos del borde de la superficie de trabajo y dice:
– Lo que me revienta es que la generación de mi madre inició una revolución para conseguir la igualdad de derechos y ha terminado matándose a pajas en el sótano. -Dice-: Pero supongo que podría formular la misma queja sobre la generación de mi padre e internet…
Detrás del cristal de la ventana, Magda está firme como un árbol. Arraigada en el suelo. Esperando.
Con la misma calma sigilosa que un oso perezoso arborícola verde, digo:
– Estimada hermana-huésped, ¿cuál es la posición laboral del estimado padre?
Repitiendo el gesto de encogimiento de hombros, la hermana-gata dice:
– Algo relacionado con el gobierno. Desarrollar cepas nuevas de un virus o algo parecido. -Comiendo humo con la boca, soplando humo de metal quemado con las narices.
Con el habla del agente-yo disfrazada de preocupación miedosa falsa, digo:
– ¿Glorioso padre fabrica virus mortal?
La lámpara con cuello de cigüeña que ilumina la superficie de trabajo proyecta resplandor de bombilla para alumbrar trabajo de soldadura, pero al momento siguiente el resplandor disminuye. La bombilla se reduce del blanco al amarillo. La habitación queda en penumbra con capas de humo blanco. Al momento siguiente regresa el resplandor potente. La hermana-huésped mira la bombilla y dice:
– Qué asco, han pasado de la corriente continua a la alterna.
Este agente dice:
– ¿Aclaración?
– De los juguetes sexuales a pilas a los que se enchufan a la corriente -dice la hermana-huésped.
Soldando partes de su diseño, adjuntando diodos, transductores y transistores a su proyecto misterioso, la hermana-huésped dice:
– Construye un vibrador superior, Pigmeo, y el mundo correrá a llamar a tu puerta.
Con los ojos parpadeando en medio del humo blanco, la hermana-gata dice:
– Lo que me da miedo es que los chinos van años luz por delante de nosotros en la carrera de los juguetes sexuales…
La mirada del agente-yo viaja hasta posarse en Magda, fuera, esperando lista para ser recipiente de la semilla de este agente. La boca de este agente cita al tirano fascista y emperador lunático Adolf Hitler y dice:
– «La era de la individual felicidad se ha terminado».
La hermana-huésped dice:
– ¿Cómo es tu familia?
El pelo de la hermana está recogido detrás de su cabeza, trenzado en forma de una única soga. Con las nalgas de la hermana ahuecadas sobre la silla de trabajo, la hermana-huésped dice:
– O sea, ¿cómo fue tu infancia? -Dice-: ¿Cómo son las cosas en el sitio del que vienes?
Al momento siguiente, las manos del agente-yo agarran el velo de tela amarilla de la ventana de manera que las capas de tela se reúnen en el centro, bloqueando la vista del árbol, del exterior y de Magda. Eclipse.
Cito: «La era de la individual felicidad se ha terminado».
Al momento siguiente la bombilla de la lámpara-cigüeña que iluminaba la superficie de trabajo se pone negra y se muere. Deja de salir humo del soldador al rojo vivo. El soldador se enfría hasta fundirse con la pistola. La hermana-gata dice:
– Mierda.
Proyecto en suspenso. Y dice:
– Esas amas de casa salidas…
En la cámara en penumbra, a oscuras, el agente-yo dice:
– ¿Aclaración?
Con el agente-yo y la hermana-gata sentados como gemelos dentro de la oscuridad, la hermana-huésped dice:
– Sospecho que han hecho saltar un fusible.
Y este agente dice:
– Revisión. -Dice-: Por favor, repite mención de la naturaleza del trabajo del padre-huésped en seguridad de gobierno con prioridad ultrasecreta… -Dice-: Proporciona más detalles, por favor.
COMUNICADO QUINTO
Empieza aquí el quinto informe del agente-yo, donde el agente número 67 rememora jornada de sesión de adiestramiento. Laboratorio de preparación de operaciones XXXXX. Nación natal XXXXX. Fecha de hace muchos años. Para que conste en acta, se narra aquí una historia formativa del agente-yo.
Se describe aquí aula-laboratorio estándar posicionada en sótano que no posee ventanas. Ubicación dividida por largo pasillo que va entre superficies de trabajo alargadas, la pared cubierta de cubas plateadas de alambre entretejido que albergan a animales residentes. Roedores blancos. Experimentos frecuentes con sufrimiento de conejos. Conejos de Indias. Compañeros-agentes realizan pruebas de exposición de animales a agentes químicos. La ubicación apesta igual que el restaurante elegante americano del centro comercial con animales bebés.
Bebés perro conocidos en América como «ternera». Bebés gato como «cerdo».