—Lárgate de aquí, orangután —dije, y hablé literalmente porque eso era exactamente lo que parecía: un brillante orangután amarillo.
El suelo temblaba bajo mis pies, pero también otras cosas me sucedían, y no me di cuenta de lo que significaba el temblor hasta que el orangután regresó y gritó:
—¡Una bandada de pájaros está pasando bajo nosotros, jefe! Salga rápido, antes de que…
Pero eso fue todo lo que pudo decir antes de que la casa se desplomara a nuestro alrededor y el suelo de hojalata me golpeara la cabeza y me derribara. Placet es un mundo de locura. Me gusta.