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Moore se sacó los anteojos, cerró los ojos, y se los masajeó.

– El problema es que no sé si queda alguien más como él hoy en día. Y si lo matan como a Hal Sinclair… bueno, ¿quién sabe lo que puede pasar?

4

No me fui a la cama hasta después de medianoche. Era demasiado tarde para tomar el último avión de vuelta a Logan, y Moore no quería saber nada de que me quedara en un hotel, sobre todo con las muchas habitaciones vacías que había en su casa ahora que sus hijos se habían ido. Así que pasé la noche en su habitación de huéspedes en el segundo piso, y puse el reloj despertador para las seis de la mañana para llegar a la oficina lo suficientemente temprano.

Una hora después, me senté de pronto en la cama, con el corazón en la boca y encendí la lámpara de la mesa de noche. La fotografía todavía estaba allí. Me dije que Molly no debería verla nunca. Me levanté de la cama y bajo la luz amarilla y brillante de la lámpara, la coloqué dentro del sobre y la metí en un compartimiento lateral del maletín.

Apagué la luz, di vueltas y vueltas en la cama hasta que finalmente me rendí y volví a encender la luz. No podía dormir. En general, evito los sedantes, en parte por mi entrenamiento en la Agencia (uno siempre tiene que estar dispuesto a saltar de la cama en un instante) y en parte porque, como abogado especialista en propiedad intelectual, lo peor que puede pasarme durante el día es tener el dolor de cabeza y el sopor que vienen después del sueño inducido por drogas.

Así que encendí el televisor y busqué algo lo suficientemente soporífero, c-span generalmente sirve para dormirme. En la cnn había un programa de noticias con el nombre de Alemania en crisis. Tres periodistas discutían la situación alemana, la caída del mercado de valores alemán, y las manifestaciones neonazis. Todos parecían estar de acuerdo en que Alemania estaba en peligro inminente de sucumbir ante otra dictadura, lo cual sería muy peligroso para el mundo. Y, como eran periodistas, parecían seguros de lo que decían.

A uno de ellos lo reconocí inmediatamente.

Era Miles Preston, corresponsal británico. De mejillas enrojecidas, inteligencia brillante y (a diferencia de muchos ingleses que conozco) fanático de la buena salud y el cuerpo bien mantenido Lo había conocido en mis primeros días en la Agencia Era excelente en lo suyo, estaba maravillosamente bien informado y sus conexiones eran impresionantes Yo siempre escuchaba con mucho cuidado todo lo que tenía que decir

– Creo que hay que llamar a las cosas por su nombre -estaba diciendo desde el estudio de la cnn en Washington- Los así llamados neonazis, los que están detrás de toda esta violencia, son viejos nazis y sólo eso Creo que hace mucho que esperan este momento histórico Finalmente, después de todos estos años, hay un mercado de valores unido, la Deutsche Borse, y miren lo que pasa se desploma completamente, ¿no es cierto''

Lo había conocido durante mi misión en Leipzig, cuando acababa de graduarme en la Granja Estaba solo Laura había vuelto a casa en Reston, Virginia, a tratar de vender nuestra casa para unírseme en Europa Estaba sentado a solas en el Thüringer Hof de la Burgstrasse, una cervecería pequeña y agradable en Altstadt, y seguramente tenia aspecto de desdichado con mi gran balón de cerveza entre las manos

Noté a alguien de pie junto a mi mesa, obviamente un occidental

– Parece aburrido -dijo el hombre con acento británico

– No, para nada -dije- Con suficiente cerveza en el cuerpo, todo el mundo resulta interesante

– En ese caso -dijo Miles Preston-, ¿le molesta si me siento con usted?

Yo me encogí de hombros Él se sentó a mi mesa y dijo

– ¿Estadounidense? ¿Diplomático o algo así?

– Del Departamento de Estado -contesté Me hacía pasar por agregado comercial

– Yo soy del Economist ¿Hace mucho que está aquí?

– Un mes, más o menos -dije

– Y no ve la hora de irse, supongo

– Estoy empezando a cansarme de los alemanes

– Por más cerveza que tome -agregó Preston- ¿Cuánto tiempo le falta para volver a casa?

– Un par de semanas Después, París Y tengo ganas de ir allí Siempre me gustaron los franceses

– Ah -dijo él- Pero en realidad, los franceses son alemanes con mejor comida

Nos entendimos, nos seguimos viendo para tomar un trago o cenar hasta que me transfirieron a París El parecía creer en mi disfraz de Departamento de Estado, por lo menos no lo cuestionaba Tal vez sospechaba que estaba con la Agencia, pero no lo sé En una o dos oportunidades cuando estaba cenando con los amigos de la cIa en el Auerbachs Keller, uno de los pocos restaurantes decentes de la ciudad, muy popular entre los extranjeros, entró por la puerta y me vio, pero no se me acercó Tal vez intuyó que yo no quena presentarlo Eso era algo que me gustaba de él periodista o no, nunca trataba de forzar a la gente a decirle cosas ni hacia preguntas impertinentes acerca de lo que yo estaba realmente haciendo en Leipzig Era sincero hasta la brutalidad -lo cual era fuente de mucho humor entre los dos-, pero al mismo tiempo era capaz de demostrar un tacto extraordinario Los dos estábamos en el mismo tipo de trabajo, razón por la cual me sentía bien con el los dos buscábamos y recogíamos información La única diferencia era que yo lo hacia del lado más sombrío y peligroso de la calle

Ahora, que lo miraba en la televisión de la casa de Ed, levante el teléfono Eran más de la una y media de la mañana pero alguien contestó en la oficina de la CNN en Washington, sin duda un residente joven que me dio la información que yo estaba necesitando

Nos encontramos a la mañana siguiente, muy temprano, y desayunamos juntos en el Mayflower. Miles Preston estaba alegre y encantador como siempre

– ¿Te volviste a casar? -me preguntó después de la segunda taza de café- Lo que le pasó a Laura en París No sé como sobreviviste a eso

– Sí -lo interrumpí- Mi mujer se llama Martha Sinclair. Pediatra

– ¿Doctora, en? Eso es problemático, Ben Una esposa debería tener apenas la inteligencia suficiente como para entender la inteligencia de su esposo, y la estupidez suficiente como para admirarla

– Tal vez Molly sea demasiado inteligente para mi ¿Y tú, Miles? Creo recordar que siempre tenias toda una fila de mujeres detrás de ti

– Nunca me animé a dar el mal paso En fin, ojala se pudiera caer en los brazos de una mujer sin caer en sus garras, ¿no? -Rio bajito e hizo un gesto al camarero para que trajera la tercera taza -Sinclair -murmuró-, Sinclair ¿te casaste con la hija del propietario del Negocio de la Compañía? ¿Es la hija de Harrison Sinclair? Espero que no

– Es ella

– Entonces, tienes mis condolencias ¿Lo lo mataron, Ben?

– Sutil como siempre. Miles ¿Por qué preguntas?

– Lo lamento Perdóname Pero en mi profesión, no puedo pasar por alto ciertos rumores

– Bueno, yo esperaba que pudieras ayudarme tu a mi -le dije- No sé si lo asesinaron o no Pero tú no eres el primero en sugerirlo Y para mí no tiene sentido mi suegro no tenía enemigos personales Por lo menos, que yo sepa

– Pero no tienes que pensar en términos personales Piensa en términos políticos

– ¿En qué sentido?

– Harrison Sinclair era un conocido fanático de la idea de ayudar a Rusia

– Mucha gente no quiere eso

– De acuerdo -dije- Muchos estadounidenses no quieren tirarle dinero a los rusos, buen dinero y todo lo demás Especialmente en un momento de dificultades financieras globales

– No hablaba de eso Hay gente no, digamos fuerzas, Ben, que quieren el colapso total de Rusia

– ¿Qué tipo de fuerzas?

– Piensa en esto Europa del Este es un desastre Está llena de valiosos recursos naturales y de disidentes Muchos europeos del Este olvidaron ya el estalinismo y quieren la dictadura otra vez. Así que la cosa está lista para la cosecha ¿No fue Voltaire el que dijo "El mundo es un vasto templo dedicado a la Discordia'"?

– No entiendo del todo

– Alemania, hombre, Alemania La ola del futuro Estamos a punto de ver el nacimiento de una nueva dictadura alemana Y no va a ser accidental, Ben Hace mucho tiempo que la planifican Y para esos planes, la idea de una Rusia fuerte es la peor de las posibilidades Tienes que acordarte de la forma en que la rivalidad Alemania-Rusia moldeó gran parte de la historia de Europa en este siglo, sobre todo las dos guerras mundiales Una Rusia débil asegura una Alemania fuerte Tal vez, no digo más que tal vez, tu suegro, que siempre apoyo la idea de una Rusia fuerte y democrática, se les metió en el camino A proposito, ¿quién está designado para reemplazarlo?

– Truslow

– Mmmm ¿Un duro, no es cierto, el tal Alex? No exactamente un favorito de la vieja guardia No me sorprendería que se resbalara él también Bueno, tengo que ir a jugar al squash Soy soltero ya me entiendes, tengo que estar en forma Las damas de tu país están cada vez más exigentes

Una hora después en el Aeropuerto Nacional, mientras esperaba el taxi aéreo a Boston, dejé un mensaje en la oficina de Alexander Truslow, en el que aceptaba una reunión.