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– No, Ben, no -dijo Molly cuando volví esa noche

En general es efervescente, hasta juguetona, pero desde la muerte de su padre era una persona distinta cosa que entiendo, claro esta No solo triste, furiosa, agresiva, dolida -el espectro de emociones que experimentamos todos cuando muere uno de nuestros padres-, sino inquieta, dudosa, introspectiva Molly estaba muy diferente en esas semanas y a mi me dolía mucho verla de ese modo

– ¿Como es posible?

No sabia como contestarle asi que sacudí la cabeza

– Pero si tu eres inocente -dijo casi al borde de la histeria- Y eres abogado ¿No hay nada que puedas hacer?

– Si hubiera sido inteligente, no tendría todo el dinero en un solo lugar y esto no habría pasado Una miopía terrible

Ella estaba preparando la comida, algo que hace solo cuando necesita los beneficios terapéuticos de la cocina Tenia puesta una de sus camisetas de universitaria y pantalones vaqueros demasiado grandes, y estaba revolviendo algo que olía a tomates y aceitunas y mucho ajo

No creo que se pueda decir que Molly Sinclair es hermosa, no la primera vez que uno la ve Pero su aspecto va metiéndose en uno de modo que después de un tiempo de conocerla, uno se sorprende si la gente no dice que es directamente una belleza

Es un poco mas alta que yo, un metro setenta por lo menos con una cabellera indomable de rulos negros, ojos entre azules y grises y pestañas negras Tiene ademas una piel rozagante saludable, que para mi es una de sus mejores cualidades Siempre me pareció misteriosa, algo distante, no menos ahora que cuando nos conocimos en la preparatoria Tiene la gracia de un temperamento sereno

Molly era residente de primer año en pediatría en el Hospital General de Massachusetts, y a los treinta y seis era la mayor de su clase porque había empezado tarde Eso es muy de Molly siempre postergando las cosas, especialmente cuando tiene mejores planes En su caso, eso significó dedicarse a caminar por el Nepal durante más de un año después de la preparatoria Y en Harvard, aunque sabia que terminaría en medicina tarde o temprano, empezó por hacer una maestría en literatura italiana, y escribió una tesis sobre Dante, lo cual significa que su italiano es muy fluido a costa de la fluidez de su química orgánica

Molly siempre citaba esa frase de Chejov, en el sentido de que los médicos son iguales a los abogados con una sola diferencia los abogados te roban, los médicos te roban y te matan Sin embargo, amaba la medicina, mucho más que las posesiones materiales Ella y yo habíamos hablado muchas veces sobre dejar nuestros puestos de trabajo, vender esa enorme casa inútil y mudarnos a algún lugar rural, donde abriríamos una clínica para niños con pocos recursos Las conversaciones eran serias sólo a medias La llamaríamos Clínica Ellison-Sinclair, decíamos El nombre sonaba a hospital siquiátnco

Molly disminuyó el fuego de la hornalla y nos fuimos juntos al comedor que, como todas las demás habitaciones de la casa, era un desorden de yeso, cemento, baldes de material, caños de cobre, todo cubierto por una buena capa de polvo blanco Nos sentamos sobre los sillones, protegidos temporariamente por telas de plástico

Hacía ya cinco años, habíamos comprado una hermosa casa vieja en la bahía de Boston, sobre la calle Malborough La casa era hermosa en el exterior El interior era hermoso en potencia La compramos en el momento del pico del mercado, antes de que cayera otra vez Se hubiera podido esperar que yo fuera más astuto en estas cuestiones, pero como todos los demás pensé que los precios de las propiedades seguirían subiendo hasta el infinito, y la casa era lo que algunos avisos de propiedades llaman el "sueño del hombre industrioso" "Arremangúese", proclaman los avisos, "y eche a volar su imaginación" El que nos la vendió no dijo nada acerca del sueño de hombre industrioso, pero tampoco nos dijo que tenia los caños artríticos, termitas en las vigas y humedad de cimientos En la década del 80, la gente decía que la cocaína era la forma que tenía Dios de decirnos "Tienes demasiado dinero" En los noventa, son las hipotecas

Y yo conseguí lo que me merecía: la renovación era un proyecto siempre en marcha, algo bastante semejante a la construcción de las pirámides de Giza Una cosa lleva a la otra Si uno quiere que alguien arregle la escalera, hay que poner una pared nueva, lo cual a su vez requiere Bueno,… ya me entiende.

Por lo menos, no había ratas. Siempre tuve una fobia especial a las ratas, un terror inexplicable, irracional, frente a esas bestezuelas castañas algo mucho mayor que el asco que les profesa todo el mundo Había descartado varias casas anteriores, casas que a Molly le encantaban, porque estaba convencido de que había visto la silueta de una rata en la oscuridad Y ni siquiera quiero hablar de los exterminadores: yo creo que las ratas, como las cucarachas, son imposibles de exterminar, y que ésa es su característica fundamental Nos van a sobrevivir a todos De vez en cuando, mientras elegíamos películas en el video club, Molly se divertía a mis expensas sacando un vídeo de esa película de horror con ratas que se llamaba Willard y sugiriendo que lo alquiláramos para esa noche No me hacía gracia

Y como si nos hicieran falta más motivos de inquietud, hacía meses que discutíamos la idea de tener un bebé A diferencia de lo que suele suceder -la mujer quiere y el hombre no- yo quería un hijo, o varios hijos, y Molly no, y era un "no" vehemente A mí me parecía extraño que una pediatra como ella insistiera en que el secreto de la buena crianza es no criar al hijo del cual uno es padre Así era como lo veía ella: su carrera estaba empezando por fin, y éste era un muy mal momento Eso siempre desembocaba en alguna de nuestras peores peleas Yo le decía que estaba dispuesto a dividir por igual las responsabilidades y ella me contestaba que ningún hombre de la historia de la civilización había compartido verdaderamente las obligaciones de crianza con su mujer La verdad era que yo estaba preparado para tener una familia completa -cuando mi primera esposa, Laura, murió, estaba embarazada- y Molly no Así que las discusiones seguían y seguían

– Podríamos vender la casa de papá en Alexandría -empezó a decir ella

– Con este mercado, no nos darían casi nada Y tu padre no te dejó nada Nunca le importó el dinero

– ¿Y un préstamo?

– ¿Con qué respaldo?

– Puedo salir a trabajar…ya sabes…guardias…

– No sirve, no basta Y te cansarías demasiado

– ¿Pero qué quiere Alex Truslow?

¿Qué quería, sí, cuando el mundo estaba lleno de abogados mucho mejores que yo? Yo no quería repetir frente a Molly la sospecha de Stearns sobre la muerte de su padre De todos modos, eso no hubiera explicado la razón por la que Truslow me quería a mí especialmente Y no tenía sentido ponerla peor de lo que ya estaba-No me gusta pensar en eso -contesté, con voz de cansancio Los dos sabíamos que fuera lo que fuera, tenía que ver con mi pasado en la CIA, probablemente con mi temible reputación, pero eso seguía sin explicar por qué, al menos, no con precisión

– ¿Cómo te fue en la UCIN -le pregunté, refiriéndome a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del hospital, donde había estado haciendo su rotación desde la muerte de su padre

Ella sacudió la cabeza Se negaba a que yo cambiara de tema con tanta facilidad

– Quiero hablar de esto, de Truslow -dijo Toqueteó uno de sus rulos, nerviosa -Mi padre y Truslow eran amigos Colegas que se tenían confianza, quiero decir, no necesariamente amigos íntimos Pero a papá siempre le gustó Alex

– De acuerdo -dije- Será una buena persona Pero si fuiste espía una vez, siempre lo serás

– Se podría decir lo mismo de ti

– Te hice una promesa, Molly

– ¿Crees que Truslow quiere que hagas un trabajo clandestino para él?

– Lo dudo No al precio que cobro por hora

– Pero sí tiene que ver con la CIA.

– Eso, sin duda La CIA es el cliente más importante de la Corporación

– No quiero que lo hagas -dijo Molly- Ya hablamos de eso es tu pasado No tu presente Cortaste con eso para siempre No vuelvas

Sabía lo importante que era para mí separarme del trabajo clandestino que me había llevado a la brutalidad helada de un autómata

– Eso me dice mi instinto -dije- Pero Stearns va a tratar por todos los medios de que no me rehuse Me va a presionar todo lo que pueda

Molly se levantó, se arrodilló en el suelo mirándome, me apoyó las manos sobre las rodillas

– No quiero que vuelvas a trabajar para ellos Me lo prometiste -Me pasaba las manos por los muslos mientras hablaba, seduciéndome y llamándome con una mirada intrigante, más misteriosa que siempre -¿Hay alguien con quien puedas hablar de todo esto? -preguntó

Lo pensé durante un momento

– Ed Moore -le contesté

Edmund Moore, jubilado de la Agencia después de más de treinta años de trabajo, sabía más sobre el funcionamiento interno de la CIA que casi cualquier otra persona en el mundo Había sido mi mentor durante mi breve carrera en inteligencia,mi "rabino", en la jerga interna, y seguía teniendo mucho instinto Vivía en Georgetown, en una hermosísima casona antigua y parecía más ocupado ahora que antes de jubilarse leía aparentemente todas las biografías que podía encontrar, iba a reuniones de jubilados de la CIA, a almuerzos con viejos compañeros, testificaba en comités de investigación del Senado, y hacía otros millones de cosas que yo no podía siquiera imaginar

– Llámalo -dijo ella

– Me parece que voy a hacer algo mejor Si puedo hacerme un rato mañana o pasado mañana, vuelo a Washington a verlo

– Si es que él tiene un rato para tí -dijo Molly Yo había empezado a excitarme eso era lo que ella había querido desde el principio, y cuando me incliné para besarle el cuello, exclamó de pronto -Mierda Esa maldita salsa está quemándose