Sólo había una manera de vencer las tentaciones de su antigua vida: enfocar toda su atención en el borde del abismo, concentrarse en cada paso, mantener la calma, no tener apego a nada más allá del momento presente.
O sea, el tipo de camino que todo ser humano tiene que recorrer; el problema es que nadie se da cuenta de que está siempre al borde del abismo.
EL QUE MÁS SE PREOCUPABA
El autor Leo Buscaglia cierta vez fue invitado a actuar de jurado en un concurso escolar, cuyo tema era: "el niño que más se preocupa por los demás".
El vencedor fue un niño cuyo vecino -un señor de más de ochenta años-acababa de quedar viudo. Al ver al anciano en su huerta, llorando, el niño saltó la cerca, se sentó en su regazo, y allí se quedó por largo tiempo.
Cuando volvió a su casa, la madre le preguntó qué le había dicho al pobre hombre.
– Nada -dijo el niño. -El ha perdido a su esposa y eso debe haberle dolido mucho. Yo fui solamente a ayudarlo a llorar.
EL JARRÓN DE PORCELANA Y LA ROSA
El Gran Maestro y el Guardián compartían la administración de un monasterio zen. Cierto día, el Guardián murió y fue necesario sustituirlo.
El Gran Maestro reunió a todos los discípulos para elegir quién tendría el honor de trabajar directamente a su lado.