Y Zenno comprendió que aunque conociera bien las técnicas zen del mundo espiritual, había olvidado aplicarlas en el mundo de los hombres.
EL JOVEN NO RESPETA LA VEJEZ
El viejo trabajó toda la vida. Cuando se jubiló, compró una hacienda -para que su hijo la administrara-y decidió pasar el resto de sus días en la galería de la casa principal.
El hijo trabajó durante tres años. Entonces comenzó a sentir rabia.
– Mi padre no hace nada -le decía a los amigos. -Se pasa la vida mirando el jardín y deja que yo trabaje como un esclavo para poder alimentarlo.
Un día, decidió acabar con la injusta situación. Construyó una gran caja de madera, fue hasta la galería y dijo:
– Papá, por favor métase ahí.
El padre obedeció. El hijo puso la caja en su camión, y fue hasta el borde de un precipicio. Cuando se preparaba para arrojarla hacia abajo, escuchó la voz del padre:
– Hijo mío, puedes tirarme por el despeñadero, pero guarda la caja. Estás dándole este ejemplo a tus hijos, y con toda seguridad van a necesitar usarla contigo.
EL LAGO Y NARCISO
Casi todo el mundo conoce la historia original (griega) sobre Narciso: un bello joven que todos los días iba a contemplar su rostro en el lago. Estaba tan encantado consigo mismo que, cierta mañana, mientras trataba de admirarse más de cerca, cayó al agua y terminó por morir ahogado. En el lugar donde cayó nació una flor, que a partir de entonces se llamó narciso.