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– Y ellos van a suplicar por Homicidio sin premeditación. Cuando debería ser asesinato en segundo grado.

– Teniente…

– Tal vez haya entrado en pánico, por un minuto o dos, entró en pánico y lo lamentó. Pero que hizo luego? Llamó por ayuda? Ante la mínima posibilidad de que Marsha Stibbs pudiera ser revivida o salvada, pidió por ayuda? No, aprovechó la oportunidad. No sólo encubrió el crimen, sino que dio unos pasos más. Plantó evidencia falsa que pintaba a una mujer muerta como adúltera, dejó que el esposo de la muerta, un hombre que ella decía amar, con el dolor y la duda y la miseria de imaginar si su esposa le había mentido, engañado, traicionado. Proyectó una nube sobre la vida que había robado y entonces todos los que habían conocido a Marsha Stibbs mirarían a través de esa nube y verían a una mujer que había engañado, entonces esperó su momento, preparó el camino, y finalmente tomó su lugar.

Eve sacudió la cabeza. -No malgastes tu pena en ella. Si sientes pena, dásela a Marsha Stibbs, quien perdió su vida por la sola razón de tener a alguien que otra quería.

– Si, señor, sé que tienes razón. Supongo que sólo tengo que acostumbrarme.

– Peabody. Defendiste a Marsha Stibbs en esa entrevista. Hiciste un buen trabajo para ella.

El rostro de Peabody se aclaró, como si sus dudas desaparecieran. -Gracias, teniente.

– Vete a casa, arreglate para esa cena de lujo que vas tener esta noche.

– No terminó mi turno.

– Te estoy soltando una hora antes y quieres discutir sobre eso?

– No, señor! -Peabody sacó una margarita amarilla del montón y se la ofreció.

– Me está pasando propiedad robada, Oficial? -Divertida, Eve la hizo girar, y se volvió hacia el enlace interno que sonaba. -Espera. Dallas.

– Teniente. -El rostro de Whitney llenó la pantalla. -Quiero que usted y su equipo vengan a mi oficina. Quince minutos.

– Sí, señor. Lo siento, Peabody. -Eve se puso de pie.-Quieres tu flor de regreso?

Quince minutos no le daban a Eve tiempo suficiente para terminar de compilar y analizar todos los datos para respaldar su corazonada sobre las vacaciones personales de Julianna. Prefirió armar una argumentación oral en su cabeza para seguir esa corazonada en el camino a la oficina de Whitney.

La argumentación se vino abajo cuando entró y vió a Roarke.-

Estaba sentado en una de las sillas que enfrentaban el escritorio del comandante, al parecer, como si estuviera en su casa. Sus miradas se encontraron, se trabaron, y ella supo instantáneamente que lo que fuera que estaba haciendo ahí, era algo que a ella no le iba a gustar.

– Teniente. -Whitney le hizo gestos de que entraran. -Oficial Peabody, me dijeron que cerró un caso de homicidio esta tarde, con una confesión completa en Entrevista.

– Sí, señor. El caso Marsha Stibbs-

– Buen trabajo.

– Gracias, comandante. En realidad, la teniente Dallas…

– Tuve completa confianza en la habilidad de la Oficial Peabody para investigar y cerrar este caso. -interrumpió Eve. -Esa confianza estuvo justificada. La Oficial Peabody prosiguió esta investagación principalmente en su tiempo libre mientras continuaba sirviendo como mi ayudante y era parte del equipo de investigación formado por los homicidios de Julianna Dunne. Una mención con respecto a este tema fue agregada al archvio de la Oficial Peabody.

– Bien hecho. -dijo Whitney mientras Peabody quedaba sin habla. -Entre. -respondió al golpe en la puerta. -Capitán, detective. -Asintió hacia Feeney y McNab.

– Buen trabajo. -Feeney le hizo un guiño a Peabody y le dio una palmada en el hombro cuando se acercó a ellas. -Roarke. -Hundió las manos en los bolsillos, manoseando su bolsa de nueces. Algo va a pasar, pensó, y va a ser interesante.

– Julianna Dunne. -Whitney comenzó con el nombre, haciendo una pausa para revisar el rostro de sus oficiales. -Ha cometido tres homicidio en este ciudad. Un cuarto en otra ciudad a pesar de que la policía de Denver es… Reticente para confirmarlo en este momento. -sus labios se curvaron en una afilada y sapiente sonrisa cuando miró a Eve. -También es responsable de causar serias heridas a un oficial.

– Comandante…

El cortó la protesta de Eve con una estrecha mirada. -Afortunadamente se recuperó rápido, teniente. Como sea, estos son los hechos, hechos que los medios están ventilando activamente. Hechos por los que este departamento debe responder. Dos de las víctimas eran hombres prominentes, con prominentes conexiones. Las familias de Walter Pettibone y Henry Mouton se han contactado con esta oficina y con la oficina del jefe de policía Tibble, demandando justicia. Demandando respuestas.

– Van a tener justicia, comandante. Mi equipo esta siguiendo todas las pistas activa y tenazmente. Un reporte actualizado del avance estará en sus manos para el final del día.

– Teniente. -Whitney se echó hacia atrás en el sillón. -Su investigación está estancada.

– La investigación tiene múltiples canales. -Eve tragó la indignación que ardía en su garganta. -Y con respeto, comandante, no está estancada sino que es compleja y con muchas capas. La justicia no siempre es servida rápidamente.

– Si ella hubiera sido mantenida donde estaba, no tendríamos una investigación. -La furia de Feeney hizo erupción. -La metimos adentro una vez, y ahora porque un puñado de cretinos y corazones flojos abrieron la puerta de la jaula, tenemos que volver a meterla adentro. Ese es un maldito hecho. Fue Dallas la que la atrapó entonces, y tal vez los medios, esta oficina, y la oficina del maldito jefe deberían recordar eso.

Cuando Eve le puso una mano sne l brazo, él sacudió la cabeza. -No me digas que me calme. -Chasqueó, aun cuando ella no había dicho una palabra.

– Estoy plenamente consciente de la historia de este asunto. -La voz de Whitney mantenía su nivel. -Y también el Jefe Tibble. Y los medios, se lo puedo prometer, lo van a recordar. Pero hoy tenemos que tratar con esto. Los restos que deja Julianna Dunne son muchos, y ese es un problema muy grande. Se burló de usted, -le dijo a Eve. -Y la opinión es que continúa haciéndolo. Estará de acuerdo, teniente, en que Dunne seleccionó New York como su ubicación principal para una revancha? Que su trabajo aquí es un ataque personal contra usted?

– Estaría de acuerdo, comandante, en que el sujeto alberga un rencor, y si bien lo que hace es una satisfacción para ella, asesinando aquí gana el beneficio adicional de envolverme en un combate.

– Ella no tiene un interés particular o una conexión con los hombres que ha asesinado. Lo que hace su investigación más problemática.

– Es improbable que podamos encontrarla y aprenderla por la identificación de sus próximos objetivos. -Ella sintió un pequeño latido de advertencia en la base de su cráneo. -La investigación está mejor encaminada concentrándola en las pautas del sujeto, pautas personales. Como vive, trabaja, organiza. No es una mujer de negarse a si misma las comodidades y lujos que siempre pensó que se merecía y que se tuvo que negar en los casi nueve años de prisión. Actualmente estoy compilando y analizando datos en esa área para respaldar lo que pienso que es una teoría válida.

– Me interesa revisar esos datos y escuchar esa teoría, pero mientras tanto, vamos a dejarlo atrás por un minuto. -El unió las manos, tamborileando con sus dedos índices. -Las probabilidades de la computadora se oponen a la opinión de la Dra. Mira y de la primaria en cuanto a la identidad de uno de los potenciales objetivos. Uno que, después de revisar todos los datos y reportes, yo creo que es y ha sido el objetivo central desde un principio. Si este individuo estuviera dispuesto a cooperar podría muy bienn resultar en una pronta captura de Dunne y el cierre de este caso.

El latido empezó a golpear. -Utilizar civiles…

– Es a menudo conveniente. -terminó Whitney. -Particularmente cuando el civil es conocido por ser… experto en áreas pertinentes.

– Permiso para hablar con usted en privado, señor.

– Denegado.

– Comandante.-Roarke habló por primera vez, en tono bajo, en directo contraste con la creciente tensión el la habitación. -Me permite? Ella va a venir por mi tarde o temprano, Eve. Si arreglamos para que sea pronto, nos da la ventaja y tal vez podamos salvar otra vida.

– Yo objeto usar un civil como cebo. -Ella miraba directamente a Whitney. -Sea quien sea, y lo que pueda ser. Como primaria de esta investigación, tengo el derecho de rehusarme a emplear tácticas que estimo generan riesgos inaceptables para mis hombres, o civiles.

– Y como su comandante, yo tengo el derecho de anular su protesta, de ordenarle que emplee esas tácticas o removerla como primaria.

Esta vez fue Feeney quien aferró el brazo de Eve. Pero Roarke ya se había parado. -Jack- -Su voz ya no estaba totalmente calma cuando se dirigió a Whitney. Deliberadamente, se paró entre él y Eve, enfrentándola para que ella no tuviera otra elección más que mirarlo a la cara.