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– Eso es -dijo Clay-. Lo explicamos detalladamente para ti. ¿Bastante justo?

Winsloe miró fijamente a Clat-.Veinte millones.

– Veinte segundos -dijo Clay.

– Veinticinco mill…

– Diecinueve segundos.

Winsloe soltó su mandíbula, miró desde Clay hacia mí, luego salió de la perrera.

– Él se tomó esto notablemente bien -dije cuando Winsloe se hubo ido.

– ¿Decepcionada? -preguntó Clay.

– Debo confesarlo, había esperado que él se orinase en sus pantalones. Pero no es tan malo. Al menos lo intentará. Más desafío.

Clay sonrió abiertamente -Más diversión.

***

No éramos bastante estúpidos para Cambiar en la perrera. Fuimos afuera y encontramos un claro a aproximadamente veinte metros en el bosque. Clay Cambió primero mientras montaba guardia. Luego cambiamos. Cuando terminé, volvimos a la perrera, donde recogí el olor de Winsloe y lo seguí.

Winsloe no había vuelto al complejo. Tampoco había intentado ir al garaje. Él había ido directamente a los bosques, corriendo por su vida o entreteniéndose con la lastimosa esperanza de poder abrir a la fuerza la cerradura en un cobertizo de equipamientos antes de que lo alcanzáramos. Peor aún -al menos, peor para Winsloe -había tomado el camino principal. Si él había trazado su propio rastro por la maleza, nos habría hecho ir más lentos. En el camino amplio, podríamos correr a toda velocidad, lado a lado. Lo cual hacíamos. Había poca necesidad de precaución. Con sólo una pistola vacía, lo peor que Winsloe podría hacer era esconderse en los arbustos y esperar a que nosotros pasáramos corriendo por delante. No era exactamente causa de grave preocupación.

Pasamos la torre de vigilancia. A mitad de camino para liberar el punto dos atrapé un olorcillo a metal. Mi memoria volvió a esa caza inicial con Lake, y recordé la siguiente señaclass="underline" un armario de equipamiento. ¿De modo que ese era el plan de Winsloe? A menos que él tuviera práctica en forzar cerraduras, él tendría una gran sorpresa. Y nosotros tendríamos una caza muy corta.

Doblé por la esquina y vi el armario delante. Ningún signo de Winsloe. ¿Se había rendido y había corrido? Mientras más me acercaba al cobertizo, noté algo en la tierra. Anteojos de visión nocturna. Al lado de ellos, un cartón de municiones. Y gemelos. Patiné para detenerme. Las puertas del armario estaban abiertas. La luz del sol destellaba de una llave metálica en la cerradura. Winsloe había tenido una llave desde el principio, o sabía donde encontrar una. Ahora estaba armado con Dios sabe que tipo de artillería.

Mientras contemplaba el desastre, Clay me golpeó el hombro, lanzándome contra los arbustos. Una ronda de fuego rompió el silencio. Clay me pinchó más lejos hacia la maleza. Como no me moví lo bastante rápido, él mordió mi anca. Me metí en los arbustos, con el vientre en la tierra. Clay me seguía. Otra ronda de fuego automático regó balas en un amplio arco por encima de nuestras cabezas. Dondequiera que él se escondiera, Winsloe no podía vernos y apuntaba por el sonido. Reduje la marcha a una velocidad lenta, escabulléndome silenciosamente a través de las ramas. Cuando estuvimos fuera de alcance, encontré una espesura y me detuve. Clay avanzó sigilosamente detrás de mí. Él sorbió a lo largo de mi flanco, hasta mi cuello, quitando la sangre. Cuando terminó, lo revisé. Nos habíamos escapado indemnes… hasta ahora. ¿Cuántas armas tenía Winsloe ahora? ¿Cuánta munición? ¿Alguna granada u otras sorpresas? Cuando yo había dicho que quería un desafío, esto no era en lo quq había estado pensando.

Nos acurrucamos en la espesura, no tanto ocultándonos sino quedándonos quietos y seguros mientras encotrábamos la posición de Winsloe. Después de unos minutos, Clay dio un codazo en mi hombro y señaló al nordeste con su hocico. Levanté mi nariz, pero el viento soplaba desde sur. Clay movió las orejas. Escucha, no huelas. Cerré mis ojos, me concentré, y oí un débil arrastre, el sonido de tela rozando contra tela. Winsloe iba al nordeste, al menos a treinta metros de distancia, de vuelta al armario de equipo. Juzgando por el sonido, él arreglaba su equipo o cambiaba a una mejor posición de ventaja, pero se quedaba cerca de un punto. Perfecto. Indiqué a Clay que deberíamos dispersarnos y circular. Él resopló suavemente y salió de la espesura. Cuando salí, él se había ido.

Por el olor de Clay, yo podía decir que él se había ido por la izquierda, de modo que fui a la derecha. Dando a Winsloe un amplio espacio, me arrastré por los arbustos hasta que calculé que estaba justo al norte de él. Entonces reduje la marcha, me hundí, y me arrastré hacia sur. Ahora el viento estaba a mi favor, haciendo volar el olor de Winsloe a mis fosas nasales con cada aliento. Yo debería haber enviado a Clay por este camino. Su sentido del olfato era más pobre que el mío y el viento le habría ayudado. No importaba. Clay se manejaría bien sin la ayuda suplementaria. Él siempre lo hacía.

Otros diez metros pies me acercaron lo suficiente para ver destellos de la chaqueta gris de Winsloe mientras se movía. Husmeando la rierra, olí buscando a Clay y encontré su olor. Siguiéndolo, corrí entre los árboles y recogí el débil centelleo de la piel dorada contra la maleza apagada. Clay estaba más cerca de Winsloe que yo, por lo que me deslicé hacia adelante hasta que hube arreglado la diferencia. Ahora yo podría empujar mi hocico por encima de un arbusto y ver a Winsloe claramente. Él estaba en cuclillas en un claro, las manos apretadas alrededor de un arma automática grande, sus ojos mirando de izquierda a derecha. Mientras observaba, él cambió su posición, girando al sur, contemplando el bosque, luego girando al norte y observando desde ese punto de vista, nunca dejando su espalda a ninguna dirección mucho tiempo. Listo. Muy listo. Mientras él se movía, revisé el claro buscando armas, pero sólo podía ver la pistola. Estaba segura que él había escondido más, probablemente dentro o bajo su chaqueta.

Mientras miraba, oí un gruñido suave a mi izquierda. Era Clay, advirtiéndome que estaba allí, antes de aparecer de repente a mi lado y asustarme. Cuando me di vuelta, él caminó por el último grupo de árboles entre nosotros. Esto no era parte del plan. Resollé y le fruncí el ceño. Él sacudió su cabeza. Con una mirada, yo sabía lo que quería decir. El juego había terminado. Winsloe estaba pesadamente armado, llevando las probabilidades demasiado lejos en su favor. Tiempo para una muerte rápida. Clay hizo un movimiento girando su hocico, luego lo sacudió hacia Winsloe. Otra vez, entendí. Usaríamos el rutinario habitual, aburrido, pero confiable. Clay rodearía el sur otra vez. Yo asustaría a Winsloe y lo conduciría a las mandíbulas de Clay. Exhalé un suspiro canino y esperé hasta que Clay tomara posición. Pero él no se marchó. En vez de eso pinchó mis pies e hizo señas desde Winsloe a mí. Ah, un cambio de rutina. Clay rodearía a Winsloe pro el sur y lo conduciría a mis mandíbulas. Al principio, pensé que Clay era considerado, concediéndome la muerte que yo había pedido. Entonces comprendí que él quería que cambiáramos papeles porque asustar a Winsloe sería más peligroso que matarlo. Bien, supongo que él todavía era considerado, no queriendo que yo volara en pedacitos o algo así. Yo habría discutido el punto, pero quería matarlo a toda costa.

Clay desapareció en el bosque. Rastreé el susurro de sus pasos. Cuando él estaba parcialmente alrededor del escondrijo de Winsloe, Winsloe de repente se puso de pie. Me congelé. ¿Había oído a Clay? Tensa para el ataque, escuché. Todo lo que oí eran los gorjeos normales y los crujidos del bosque. De todos modos, si Winsloe apuntaba el arma en la dirección a Clay, yo saldría de los arbustos en un segundo, toda precaución ida al demonio. Winsloe se enderezó, hizo rodar sus hombros en una flexión, luego miró a los árboles, estirando el cuello y contemplando el cielo. ¿Estaría Clay en posición ya? De ser así, este sería el momento perfecto para atacar. Pero no olí a Clay en la brisa, por lo que todavía debía estar camino al sur. ¡Maldición! Winsloe frotó la parte de atrás de su cuello, luego comprobó su arma, dio una última mirada alrededor, y salió del claro, dirigiéndose al Oeste.